Pues me gustan, todos, incluso los menos sublimes. Al fin y al cabo le dan un poco de color a la vida; o al menos al bolsillo donde los lleves, si es que los puedes llevar encima para usarlos diariamente aunque sean kits de caligrafía. Y Sheaffer es una buena marca.
Y si encima puedes cambiar el plumín a gusto del consumidor, para elegir el que mejor se adapte a tus preferencias, mejor aún.
¡Enhorabuena, compañera!