Mr. Bones
Well-known member
Hablar de la Boca es aludir a un barrio marginal en los bordes mismos de la miseria, lleno de turistas con ansiedad de fotos bonitas en un lugar donde es difícil encontrar imágenes bellas que respondan a cánones de aceptable criterio que no raye lo vulgar.
La Boca es Caminito ( la tan nombrada calle peatonal atiborrada de artistas plásticos con un único motivo: el barrio ); las adyacentes Pedro de Mendoza y Magallanes y sus improvisados guías turísticos, el mal olor, la marginalidad en los rostros mestizos de los pobladores u ocupantes por la fuerza de los muy precarios inquilinatos ( los arquiconocidos " conventillos " ). Hay siempre mucha mezcla de culturas en ese empedrado baboso, en los colores y las voces. Es posible escuchar al mismo tiempo una cumbia, una cachaca paraguaya, un tango y rock metálico; todo sonando al mismo tiempo.
La Boca nació hace ya mas de 2 siglos como depositario de los genoveses, yugoslavos y rusos que migraban enloquecidos en busca de un futuro mejor. La denominación " xeneixe " que sugiere ser hablante del dialecto genovés, habitante de la Boca o simpatizante del famoso club del barrio se funde en una sola pasión: el riachuelo, los colores chillones, hablar a los gritos, tomar mate en la vereda al anochecer, la camiseta del club de los amores ( azul y oro ) que inunda el horizonte de ropa recién lavada y tendida por doquier, al sol.
Los colores, el emblema con escudo y bandera propia de lo que alguna vez fue una república independiente - porque una sublevación de obreros genoveses independizó al barrio del resto de la Argentina en 1882, aunque por poco tiempo - siguen en lo alto del orgulloso barrio. Que incansablemente mezcla otras miradas, otras voces, otros lenguajes y otros destinos.
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Los colores llamativos y los materiales en los que fueron construidos los conventillos son todos sobrantes de barcos: como nunca era suficiente el resto de pintura se seguía pintando con otro. Y en las construcciones mas antiguas aún se pueden individualizar chapas, mástiles, vigas, pisos, mamparas, partes de camarotes u ojos de buey que, con ingenioso y simpático bricolaje convertía un desecho en un hogar.
Hay dos cosas que deseo mostrarles. Una es la tercer mayor colección de mascarones de proa del mundo y que se encuentra como muestra permanente en el Museo Benito Quinquela Martín.
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Y la otra es una pizzería típica del barrio. Lejos del circuito turístico y en pleno corazón xeneixe: la Banchero. Que como adivinarán es donde me empaché de pizza de muzzarella con anchoas y un café con leche. Ya adivino que me dirán que la pizza va mejor con cerveza. Pero no tomo alcohol.
Como todo lo del barrio la Banchero tiene indisoluble ligazón popular con lo artísitico ( la Boca es cuna y cobijo de muchos artistas figurativos ), lo simbólico y lo cultural gastronómico de la Boca.
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Buen fin de semana
La Boca es Caminito ( la tan nombrada calle peatonal atiborrada de artistas plásticos con un único motivo: el barrio ); las adyacentes Pedro de Mendoza y Magallanes y sus improvisados guías turísticos, el mal olor, la marginalidad en los rostros mestizos de los pobladores u ocupantes por la fuerza de los muy precarios inquilinatos ( los arquiconocidos " conventillos " ). Hay siempre mucha mezcla de culturas en ese empedrado baboso, en los colores y las voces. Es posible escuchar al mismo tiempo una cumbia, una cachaca paraguaya, un tango y rock metálico; todo sonando al mismo tiempo.
La Boca nació hace ya mas de 2 siglos como depositario de los genoveses, yugoslavos y rusos que migraban enloquecidos en busca de un futuro mejor. La denominación " xeneixe " que sugiere ser hablante del dialecto genovés, habitante de la Boca o simpatizante del famoso club del barrio se funde en una sola pasión: el riachuelo, los colores chillones, hablar a los gritos, tomar mate en la vereda al anochecer, la camiseta del club de los amores ( azul y oro ) que inunda el horizonte de ropa recién lavada y tendida por doquier, al sol.
Los colores, el emblema con escudo y bandera propia de lo que alguna vez fue una república independiente - porque una sublevación de obreros genoveses independizó al barrio del resto de la Argentina en 1882, aunque por poco tiempo - siguen en lo alto del orgulloso barrio. Que incansablemente mezcla otras miradas, otras voces, otros lenguajes y otros destinos.
Los colores llamativos y los materiales en los que fueron construidos los conventillos son todos sobrantes de barcos: como nunca era suficiente el resto de pintura se seguía pintando con otro. Y en las construcciones mas antiguas aún se pueden individualizar chapas, mástiles, vigas, pisos, mamparas, partes de camarotes u ojos de buey que, con ingenioso y simpático bricolaje convertía un desecho en un hogar.
Hay dos cosas que deseo mostrarles. Una es la tercer mayor colección de mascarones de proa del mundo y que se encuentra como muestra permanente en el Museo Benito Quinquela Martín.
Y la otra es una pizzería típica del barrio. Lejos del circuito turístico y en pleno corazón xeneixe: la Banchero. Que como adivinarán es donde me empaché de pizza de muzzarella con anchoas y un café con leche. Ya adivino que me dirán que la pizza va mejor con cerveza. Pero no tomo alcohol.
Como todo lo del barrio la Banchero tiene indisoluble ligazón popular con lo artísitico ( la Boca es cuna y cobijo de muchos artistas figurativos ), lo simbólico y lo cultural gastronómico de la Boca.
Buen fin de semana