Fernando Burón
Well-known member
La Escritura manuscrita aparenta “no ser práctica” , para qué darse el esfuerzo de sentarse, acomodar una hoja de papel, pluma, tinta y papel secante para dar rienda a un ritual “anacrónico” , lento y fatigoso” …en el cuál para consolidar un renglón escrito debe pensarse en el anterior y en el que vendrá después mientras la mano ligada al cerebro va delineando signos, sílabas, palabras y oraciones plenas de sentido, es decir “vivas” en el amplio contexto de la palabra.
El ritual de cargar el estanque de la pluma con ese elixir mágico que es la tinta ya va preparando el camino al proceso de la escritura, es como el precalentamiento del deportista que no debe entrar al juego “sin estar preparado” ; acá mente , espíritu y cuerpo se preparan para dar rienda suelta a un proceso que tiene más de arte que de ejecución mecánica.
El papel y la pluma preparada son una invitación fantástica a desarrollar todo nuestro intelecto, ideas, valores y anhelos que, quedarán plasmados en dicho papel como un recuerdo eterno de ése momento especial, exclusivo y único en que una parte de nuestra vida la dejamos delineada en dicho papel, siendo una extensión de nosotros volcada por la magia de la tinta sobre el papel por ese maravilloso instrumento que es la pluma.
No hay mejor cable a tierra con nuestro yo y la justa relación con el no yo , es decir con los demás , que sentarse a solas con ese ser interno, tan esquivo y lejano y poder reconocerle a través de su representación manifestada en una simple escritura manuscrita, prueba sensible y práctica acerca de quién realmente somos y por qué actuamos de una forma u otra , haciendo de este ritual un proceso de sanidad único y exclusivo, que nos limpia, libera y mejora...
El ritual de cargar el estanque de la pluma con ese elixir mágico que es la tinta ya va preparando el camino al proceso de la escritura, es como el precalentamiento del deportista que no debe entrar al juego “sin estar preparado” ; acá mente , espíritu y cuerpo se preparan para dar rienda suelta a un proceso que tiene más de arte que de ejecución mecánica.
El papel y la pluma preparada son una invitación fantástica a desarrollar todo nuestro intelecto, ideas, valores y anhelos que, quedarán plasmados en dicho papel como un recuerdo eterno de ése momento especial, exclusivo y único en que una parte de nuestra vida la dejamos delineada en dicho papel, siendo una extensión de nosotros volcada por la magia de la tinta sobre el papel por ese maravilloso instrumento que es la pluma.
No hay mejor cable a tierra con nuestro yo y la justa relación con el no yo , es decir con los demás , que sentarse a solas con ese ser interno, tan esquivo y lejano y poder reconocerle a través de su representación manifestada en una simple escritura manuscrita, prueba sensible y práctica acerca de quién realmente somos y por qué actuamos de una forma u otra , haciendo de este ritual un proceso de sanidad único y exclusivo, que nos limpia, libera y mejora...