Choco
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Esta historia pertenece a una queridísima persona, ella es mi cuñada. Tantas cosas me gustaría contaros de ella, que necesitaría días para redactarlo. Solo contaros que para mí, es como una hermana con la cual compartes todo lo que la vida te va dando y una persona con un gran corazón. Bueno, este Seiko 2205A pertenece a ella y fue un regalo de comunión que su queridísimo tío le regaló. Según la información que he podido rescatar se trata de un movimiento Seiko modelo 2205A, con 7’75’’’, 17 rubíes, reserva de cuerda de 32h, con una frecuencia de trabajo de 28800Ah, con carga automática y manual y con dial de fecha. Su fecha de fabricación fue 1968 y su funcionamiento era perfecto, excepto que necesitaba un calibrado y el dial de la fecha no permitía el cambio del mismo de forma manual. En concreto lo único que hice con este reloj, fue romper ese miedo que tenía a estas maravillosas miniaturas, aceitar, desencajar el mecanismo que permite el cambio del dial de la fecha, calibrar el movimiento en + 24’’ día, pulido del plexiglás y de la caja. Os muestro como desarrollé el trabajo.
Tal y como me llegó el reloj.
Comparando la miniatura con un automático de mi colección.
Cada paso, me causaba más respeto. El tamaño de este movimiento es increíblemente pequeño, apenas 1,5mm más de diámetro que un céntimo.
Con un pincel y con mucha delicadez, limpie la espera, apenas tenía suciedad, quizás alguna cosita pegada que tuve que rascar con la ayuda de un palillo de bog.
Aceitado de todos los ejes y partes que pude aceitar sin desmontar nada más del movimiento. Presentaba un buen aspecto de estado y limpieza el movimiento, no quería cagarla, era mi primer trabajo con estas miniaturas.
Preparando la otra parte del movimiento para aceitar.
Lo enmarcado, es el sistema de cambio del dial de la fecha, me imagino que muy conocido por vosotros. Con número 1, la pieza que estaba encajada y que impedía el cambio de la fecha de forma manual. Solo tuve que colocarla bien en su cojinete, así como, aceitarla y listo. Cuando sacamos la tija para realizar el cambio de hora, si empujamos un poco más hacia fuera (en el sentido de la flecha), es entonces cuando la pieza 1, empuja con su uña al diente del dial desplazándose en el sentido de la flecha, consiguiendo así el cambio de fecha. Aceité todas las partes que tenían contacto y todos los puntos que lo necesitaban.
Plexiglás, caja y bisel pulido. Resto de movimiento aceitado, montado y listo para su montaje.
Calibrando el mecanismo antes de montar la masa oscilante de la carga automática.
Miniatura funcionando y con un lavadito de cara.
Tal y como me llegó el reloj.
Comparando la miniatura con un automático de mi colección.
Cada paso, me causaba más respeto. El tamaño de este movimiento es increíblemente pequeño, apenas 1,5mm más de diámetro que un céntimo.
Con un pincel y con mucha delicadez, limpie la espera, apenas tenía suciedad, quizás alguna cosita pegada que tuve que rascar con la ayuda de un palillo de bog.
Aceitado de todos los ejes y partes que pude aceitar sin desmontar nada más del movimiento. Presentaba un buen aspecto de estado y limpieza el movimiento, no quería cagarla, era mi primer trabajo con estas miniaturas.
Preparando la otra parte del movimiento para aceitar.
Lo enmarcado, es el sistema de cambio del dial de la fecha, me imagino que muy conocido por vosotros. Con número 1, la pieza que estaba encajada y que impedía el cambio de la fecha de forma manual. Solo tuve que colocarla bien en su cojinete, así como, aceitarla y listo. Cuando sacamos la tija para realizar el cambio de hora, si empujamos un poco más hacia fuera (en el sentido de la flecha), es entonces cuando la pieza 1, empuja con su uña al diente del dial desplazándose en el sentido de la flecha, consiguiendo así el cambio de fecha. Aceité todas las partes que tenían contacto y todos los puntos que lo necesitaban.
Plexiglás, caja y bisel pulido. Resto de movimiento aceitado, montado y listo para su montaje.
Calibrando el mecanismo antes de montar la masa oscilante de la carga automática.
Miniatura funcionando y con un lavadito de cara.