Choco
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Hola nuevamente, sabéis que estoy recuperando los hilos en los que el alojamiento de fotos me ha jugado una mala pasada y ha dejado de mostrar las fotos. Bueno, pues este proyecto no podía ser menos, ya que, aparte de todo el trabajo que llevé a cabo para recuperar este maravilloso reloj, éste me sirvió, para ir resignándome y haciéndome la idea de la muerte de mi madre. Por ello y por todo el sentimiento que tengo al respecto, vuelvo a brindar este proyecto a mi madre, porque seguro que desde donde esté lo estará viendo.
Hola a todos, nuevamente estoy aquí con otra historia, pero en esta ocasión una historia diferente. Como cada cosa, todo tiene su historia y este Universal Genève 1-69 Polerouter con Microrotor para mí, significa mucho. Este reloj llega a mis manos, gracias a un cliente y a la vez amigo mío, cuyo nombre es Fernando. Todo nace durante un trabajo que tuve que realizar en su casa y comentando nuestras aficiones, sale la pasión por los relojes. Es justo aquí, cuando le enseño la restauración del Cauny Prima de mi padre (Historia de un Cauny Prima) y sorprendido de la misma, decidió darme este reloj en la próxima visita que tendríamos. Lo conservaba en una cajita de cartón, después de haberse bañado en la piscina con él puesto y haberlo llevado a un relojero y éste decirle que no tenía solución. Tenía entre mis manos un gran trabajo por delante y que coincidiría con el preámbulo del fallecimiento de mi madre. Mi madre falleció el pasado 29 de febrero y el inicio de este proyecto coincidió con ese triste y fatídico día. Como todos los que ya no tenéis a vuestra madre, padre o a un ser tan querido, sabéis que este hecho deja una pena, sentimiento, dolor, impotencia, resignación, en fin, tantas cosas que nos marcan un antes y un después en la vida. Por ello quiero dedicar este proyecto a mi madre, que donde quiera que esté, seguro que me está viendo y estará muy contenta de lo que he conseguido.
Según el archivo de Ranfft Watches, es un reloj de carga manual y automática, con dial de fecha y cambio de la misma con avance horario (lo confirmo, es una de las peculiaridades de este reloj), de 12,5” 28mm de diámetro, 4,7mm de altura, 17/28 rubíes (aquí se encuentran los 17 del movimiento y los del sistema de carga automática del microrotor), late a 18000 A/h y dispone de una reserva de la carga de 57h. La fecha de fabricación fue desde 1965 hasta 1970. (Según me indica mi amigo Fernando lo compro en el año 1966 en una joyería-relojería de la Calle San Vicente de Valencia) La patente del Microrotor data del 27/05/1977, registrado por Manufacture des Montres Universal Peret Frères, Genève y por el grabado que podréis ver más adelante, pertenece al nº de patente Pat+.+329805+28.
En este proyecto veremos; desmontaje, montaje y aceitado del movimiento al completo, limpieza de todo el óxido de cada una de las piezas del movimiento, reparación de un tornillo, reparación del sistema antichoc del eje volante, cambio de la espiral del volante, equilibrado del volante, mecanizado de un nuevo muelle para el trinquete, soldadura en frío para la uña del árbol del cubo, pulido de plexi, pulido y ajuste de las agujas, pulido de la caja y todo un sinfín de sorpresas que surgieron durante la restauración. Os dejo con las fotos y explicaciones de este gran proyecto, espero que os guste.
Este fue el estado en el que me dio el reloj. En este momento estaba ilusionado, un Univeral Genève estaba entre mis manos, dependía de mí el tener una nueva joya en mi modesta colección.
Destornillando el tornillo enmarcado en la foto, separaría el órgano regulador del movimiento, empezaba aquí toda una historia.
Poco se podía hacer con esa espiral, tendría que buscar una donante.
Aflojando todos los tornillos enmarcados, conseguí quitar el puente de cubo y el puente de rodaje. Los tornillos se resistían y no me fue fácil poder ranurar las cabezas que por el óxido ya no tenían ranura. Lo hice con un puntero fino y un destornillador, con mucho cuidado y precisión para evitar arañazos indeseados, fui lijando la ranura poco a poco, hasta conseguir una buena ranura para asegurar la cabeza del destornillador y con ello afianzar el éxito de poder quitarlos.
Fijaros en la rueda de trasmisión del sistema de remontuar (enmarcada) y en el tornillo del trinquete *. Que decir del óxido de los puentes.
Después de una limpieza con el ultrasonidos, 7 días de remojar con aceite fino 3 en 1, con un poco de desengrasante y por último un par de limpiezas más con el ultrasonidos, pude desentornillar el trinquete, y la rueda de trasmisión del sistema de remontuar. El muelle del trinquete lo perdí, realizando la limpieza profunda, mientras lijaba el mismo con una lija de grano 1500 y el pincel de grata, zasssss!!!! Saltó por los aires y no fui capaz de encontrarlo.
Cuando destapé los dos puentes y me encontré con lo que veis en la foto, estuve a punto de tirar la toalla. Fue toda una decepción, pensé: ¿Qué me ha dado mi amigo Fernando?, ¿Esto sirve para algo?, ¿Qué coño voy a hacer con toda esta pelota de óxido?, en fin, una metralla de pensamientos negativos que hacían cada vez más claro que aparcaría a esta joya en la cajita con el que me lo dieron y nunca más sabría de él.
Después de desmontar el cañón de segundos y a rueda que permite desplazar el cañón al centro, seguí con la odisea y con mis dudas de abandono. Pude desmontar sin problemas la rueda primera (1), la rueda segunda (2) y la rueda de escape (3).
El estado el que veis, pelotas de óxido en cada piñón y óxido por todos los lados. ¿Tiro la toalla o sigo?. A todas horas este planteamiento.
Nuevamente a la pelea, a ranurar las cabezas para limpiar el óxido posado en la ranura y a intentar desmontar el puente de áncora.
Prueba conseguida. ¿Valdrá para algo este áncora?, si parece un chorizo en vez de un áncora, ¿Sigo?. Pues bueno, llegado aquí decidí no quejarme más y seguir adelante, sería cuestión de un trabajo duro, con mucha paciencia y mucha delicadeza, así que, decidí no quejarme más y alegrarme de cada paso que daba.
A seguir ranurando tornillos e intentar desmontar un puente más.
Nuevamente, aunque no lo parezca lo que enmarco es un tornillo sin ranura, manos a la obra y a seguir.
Este cubo dispone de un triple rochete, más adelante os explico el funcionamiento. Como muestro en la fotografía, con sumo cuidado y ejerciendo presión por ambos lados, consigo extraer un doble rochete. Quiero recalcar que para llegar ha realizar esta operación, he tenido en remojo con aceite todo el cubo más de 10 días, he intentado en más de 3 ocasiones el despegar el rochete y poco a poco, ayudándome de limpieza de ultrasonido, grata y lija, sin romper nada, al final lo he conseguido.
Como siempre, apoyando el árbol del cubo en una superficie dura y lisa, sujetando el mismo de los lados, si hacemos presión hacia la superficie, conseguimos destapar la tapa de cubo.
Uauuu!!!! Subidón de alegría, una cosa más desmontada y sin romperla, hay que seguir, poco a poco lo conseguiré.
Volteo el movimiento y empiezo por el otro lado de la platina base. Destornillando los tornillos emparcados consigo destapar el mecanismo del dial de la fecha y los cañones de la hora y minutos, así como, su sistema de funcionamiento.
El dial será irrecuperable, buscaré un donante.
En este punto, decido remojar en aceite todo el movimiento nuevamente, no sé por dónde desmontar y no tengo las cosas claras. Pasado unos días sigo como veis más adelante.
Después de unos cuantos días de remojo y de sudar un rato, consigo aflojar los tornillos que sujetan el Microrotor a la platina base, ¡TODO UN ÉXITO! Tengo el Microrotor enterito y por fin he conseguido separarlo del resto del movimiento. Empiezo a tener más ilusión para seguir adelante con el proyecto.
Rueda de trasmisión de la carga automática rescatada.
A diferencia de otros movimientos, el UG 1-69 dispone una pletina independiente (1) para recoger y mantener a las ruedas de trasmisión y la rueda de minutos, a diferencia de lo que estamos acostumbrados a ver, ya que, esta labor la suele desempeñar la misma pieza que conforma el muelle flexible del tirete (2). La rueda de minutos (3) recogida por la pletina (1), la rueda multiplicadora 1/24 (4) para la trasmisión final de la rueda del cambio del dial de fecha (5). Con el número (6) se puede diferenciar una pieza con forma de bumerán, la cual participa en el cambio del dial y posiciona el mismo en su registro. Aflojé el tornillo que aparece justo al lado del nº 1 (aunque no se vea el tornillo aquí hay un tornillo) y el que está justo debajo del nº 2, parece no diferenciarse la cabeza del tornillo respecto del muelle del tirete, pero se diferencia su ranura. A partir de aquí no fue una tarea difícil el desmontar todo lo mencionado. Por cierto el cañón de las horas, se encuentra junto con la aguja de las horas y la esfera, en la primera foto del proyecto se puede apreciar.
Aflojo el tornillo enmarcado, tal u como os comenté anteriormente para retirar el muelle del tirete.
Tirete y su resorte.
Solo queda extraer las ruedas que ya detallé anteriormente. No pusieron demasiada resistencia.
Desmonte el piñón de remontuar (1) y el piñón corredizo (2), como una única pieza. Aparte del trabajo de limpieza que tuve que realizar, éstos, permanecieron 15 días, dentro de una encimera con aceite, mezclado con afloja-todo, porque ambas piezas estaban soldadas y no era capaz de separarlas. No quería romper ninguna pieza, ya que, no sería fácil encontrar donantes para esta joya.
Fijaros en los dientes del piñón corredizo, (los que engranan con el piñón de remontuar) no existen, o apenas se aprecian. Ambos piñones estaban soldados completamente por el óxido.
Os cuento cual fue el orden que tomé para ir limpiando las piezas. El primer paso dejar en remojo bajo una mezcla de aceite fino con afloja-todo al 50%, todas las piezas durante 10-15 días. Después 4 limpiezas seguidas en el ultrasonidos, con Isopropanol 100% (cada vez cambiaba el Isopropanol, el tiempo de cada limpiado 8 minutos). Después de un buen secado, faltaba un trabajo de chinos por delante, nada más y nada menos que el cepillado, lijado y pulido de las piezas. Para ello, me ayudé con un pincel de grata, papel de lija (grano 1500 y 2000) y también de mi querida Dremel y un cepillo de puas (eso sí, mucha paciencia y voluntad).
Hay algunas piezas que nos permiten limpiar el óxido como muestro en la fotografía. Eso sí, aquí no hay error que valga, como se te trague la pieza el cepillo, ya no la encuentras. Os aconsejo, utilizar gafas de protección y un dedo como apoyo, de tal forma que el cepillo de la Dremel, limpiará tu dedo y la pieza, la velocidad baja, hay que ir probando hasta que encontréis vuestro punto. Os puedo asegurar que gracias a la Dremel ahorré mucho tiempo de grata, lija……
Para el óxido que había dañado el baño de níquel y había empezado a dañar el bronce de la pletina, me sirvió utilizar un destornillador plano fino (ancho de pala 1mm, 1.5mm). Colocando éste de tal forma que no arañase el baño que estaba en buen estado, iba arrastrando y saltando todo ese óxido que después del método de limpieza que os he explicado antes, no había saltado. Tuve muchísimo cuidado y siempre, colocaba la parte plana del destornillador completamente paralela a la platina base, inclinándolo de tal forma que me permitiera ir haciendo pequeños arañazos pero sin terminar de marcar y dañar el nikel. De esta forma y con mucha paciencia y cuidado fui capaz de ir limpiando el óxido incrustado a las piezas.
Los resultados se iban notando. La autoestima iba subiendo y cada vez creía más en el proyecto, merecían la pena todas esas horas de esfuerzo, veía un final posible. Si os fijáis bien, se pueden apreciar esas picaduras del níquel. Este es el resultado de arañar sin marcar con el destornillador, tal y como, os explicaba antes. Intentando dejar el resto lo mejor posible y no rayarlo todo.
Después de mucho remojo y mucho ultrasonido, no fui capaz de destornillar el tornillo que enmarco en la foto. Tuve que hacer uso del método que en otros hilos he explicado. Con un punzón hecho a medida, un taco de madera, un martillo y tiento, se golpea por la parte de la rosca al tornillo, para sacar a éste por el lado de la cabeza. Después buscaremos un tornillo similar, ligeramente de mayor diámetro al que hemos sacado y lo acondicionaremos para su uso.
Con todo el remojo y las limpiezas con el ultrasonido, conseguí que el Microrotor funcionase, eso sí, no bien del todo. Ahora quedaba despiezarlo e intentar rescatar cada una de las piezas que esconde esta maravilla. Dudé mucho si los dos pitones enmarcados eran tornillos o no. Resultó ser que no, eran dos pivotes donde encaja la tapa de todo el secreto del Microrotor.
Hay cosas que se quedaron pegadas a un lado y cosas al otro lado. Más adelante entraré en detalle con el funcionamiento de esta maravilla.
Por último y después de un último lavado con ultrasonidos para eliminar los pelos de la grata, así como, las pequeñas partículas del pulido que pudieran quedar, se empiezan a ver los primeros resultados aceptables.
Con la famosa soldadura en frío, crearemos la uña del árbol de cubo.
Otro parón y problema que surgió en el camino. Con tanto óxido y tanto deterioro, como no, se tenía que romper algún pasador del sistema antichoc, pues así fue la mala suerte (este pertenece al antichoc del eje volante). Nada, me tuve que poner manos a la obra y para acertar con el pasador donante no me quedó otra que desmontar el asiento del rubí y del pasador. Os muestro las imágenes.
Posicioné la platina base como muestro, buscando un orificio del botador por el cual pasase la pieza del asiento del rubí. Con un botador a medida y plano, justo para no dañar la pieza, se golpea con tiento y precisión para que ésta salga.
Tuve la suerte de encontrar una arandela-pasador con la misma forma y casi el mismo tamaño que el estropeado. Como tenía la otra arandela-pasador (el que conforma el antichoc del puente del órgano regulador), pude buscar el que más se asimilaba, lo conseguí de un movimiento de señora. El inconveniente era que las puntas eran un poco largas. ¿Cómo limar estas cosas tan delicadas y mínimas?
Con un mundo de ideas en la cabeza, se me ocurrió lo que muestro en la imagen. Con suma delicadeza y ayudándome con unas pinzas, abrazo la arandela-pasador con unos alicates de punta plana, después y con papel de grano 2000 con suma delicadeza empiezo la labor de rebajar esas milésimas que sobran.
Arandela-pasador del sistema antichoc, perfectamente ajustada.
Para volver a colocar el asiento del rubí, lo realicé tal y como muestro en la foto. Con tiento y firmeza se golpea hasta enrasar el asiento a la parte exterior de la platina base (por el lado del eje volante). Después tendremos que comprobar la correcta colocación con el volante montado y así, comprobar que existe la holgura necesaria para el correcto funcionamiento de éste.
En principio todo parece marchar bien. El ánimo esta en lo más alto, voy superando cada tropiezo del proyecto y cada vez creo más en la resurrección de este maravilloso reloj.
Siguiente contratiempo, ya os comenté antes, que durante la limpieza de todas las piezas perdí el muelle del trinquete. Tenía que idear y buscar una solución para ello. Se me ocurrió acoplar un muelle común en el espacio que tenía entre el trinquete y el puente de cubo. Entre distintos movimientos de un lote que compré, encontré uno que podría ajustar con mucha garantía de éxito, así que, había que ponerse manos a la obra. Como muestro en la fotografía, casi todos los muelles de trinquete, tienen dos extremos el (1) extremo que engancha al trinquete y el extremo (2), el cual se fija al puente de cubo.
El trabajo consistía en realizar un asiento para el extremo (1) del muelle de trinquete donante. Para ello, teníamos que encontrar el punto exacto, donde el muelle realizara bien su trabajo, para ello y colocando tantas veces como haga falta el trinquete, para poder calcular dónde se situará la punta de éste, de tal forma que retorne hacia el rochete con la tensión del muelle. Un mal cálculo en este paso, nos llevará al fracaso en el resultado. Como muestro en la foto, marqué el punto del extremo (1), de tal forma que el extremo (2), el que agarra al trinquete, estaba en su posición correcta y la punta del trinquete, sobrepasaba el extremo de la circunferencia por donde recorrerá el rochete.
Ahora solo quedaba realizar el rebaje para el acople del extremo del muelle del tirete. Con un punzón para realizar la marca en el puente de cubo y un taladro manual, conseguiría el resto.
Aunque no lo parezca, en esta operación hay que tener sumo cuidado, ya que, el espesor del puente de cubo en el punto donde hice el acople, es sumamente fino. Un despiste o error nos llevaría a perforar el puente de cubo.
El éxito del trabajo parecía llegar pronto.
En esta imagen se puede ver lo que expliqué anteriormente para calcular donde hacer el rebaje para el extremo del muelle. Podéis ver que en estado de reposo, el trinquete supera de sobra el límite de la circunferencia por donde recorrerá el rochete, por lo que cuando éste esté, el muelle ejercerá la presión suficiente, para que el trinquete pueda desarrollar bien su trabajo. Prueba conseguida.
El óxido seguía dándome trabajo y haciendo de las suyas. Por más que lo intenté (remojo, ultrasonidos, afloja-todo, calor, frío) no fue posible liberar a esta rueda de la soldadura que el óxido había generado. Es una rueda de trasmisión que está situada entre la rueda de trasmisión que conocemos de normal y el rochete. Después explicaré el por qué de este ingenioso diseño. Para poder liberarla tuve que sacar el pasador remachado que la recoge entre el puente y su eje.
Ayudándome del botador, una hoja de un cúter y del punzón adecuado, conseguí separarla de su soldadura. Los pasos: buscar un punzón adecuado, colocar la pieza en un agujero adecuado del botador (el diámetro algo superior a la rueda), el cúter es para que tenga apoyo el puente por ese extremo y no se hunda al golpear. Después un golpe seco y con tiento.
Ahora tendría que realizar la misma operación con el eje y la rueda (1), ya que éste, seguía soldado a la misma.
Por último y como con el resto de piezas; grata, papel de grano 1500/2000 y ultrasonidos. ¡Ojo! La grata, el papel de lija y cualquier método que se utilice para limpiar y quitar el óxido, lo utilizaremos con suma delicadeza, un exagerado uso o abuso de éstos, puede reducir el tamaño de las piezas y provocar la inutilidad de las mismas.
¡Bien, bien y bien! Que felicidad me dio llegar hasta aquí. El montón de horas, trabajo y esfuerzo que dejaba atrás, parecía merecer la pena, el final con éxito parecía estar más cerca. Tuve la suerte de encontrar donantes de lo que no fui capaz de recuperar o que no tenía. La espiral, agujas y el dial de la fecha, fueron los únicos donantes que necesité. Empezaba la parte más deseada del proyecto, el montaje una vez rescatadas todas las piezas del movimiento y con el aspecto que podéis observar en la foto, toda una gozada estaba por venir.
Para el montaje del puente del órgano regulador siempre utilizo el siguiente método. En una superficie lisa y dura (el mismo tablero de la mesa en la que trabajo) coloco en el siguiente orden las piezas unas encima de la otra, primero coloca el asiento del rubí (3), después coloco la raqueta del porta-pitón (2) y por último la raqueta del registro (1). Llegado aquí, coloco el puente del órgano regulador (4) e inserto el pasador del asiento del rubí para que se conforme el conjunto del puente.
Intento dejar la raqueta del porta-pitón y la del registro de tal forma que me permita insertar el pasador como muestro en la imagen.
Puente del órgano regulador montado.
Después de todas las perrerías que he hecho con el movimiento y sobre todo si recordáis, tuve que sacar el asiento del rubí del eje volante que se encuentra en la pletina base y ajustar una arandela del sistema de amortiguación. Por tanto para no seguir adelante con el montaje del movimiento, llegado a este punto decido montar el rubí de ambos lados y comprobar que el eje volante gira libremente con la holgura necesaria para un buen funcionamiento. Estas pruebas nos darán un % muy alto de éxito en el funcionamiento del órgano regulador. Hacer esto más adelante también se puede, pero la verdad es; que si fuese necesario ajustar el asiento, sería peligroso dar golpes con todo o parte del movimiento montado. A mí me resulta más cómodo montar el rubí en el asiento, así como, colocar la arandela de seguridad del amortiguador con el puente cogido al movimiento, por eso siempre lo coloco de esta manera para evitar movimientos inesperados del puente.
Tuve suerte, acerté con el posicionamiento del asiento del rubí. Conseguí una holgura, que desde mi punto de vista es la correcta. El eje volante, gira libremente y sin ninguna resistencia en cualquier posición, otro contratiempo superado. La adrenalina me sube y el ánimo se dispara, sigo muy ilusionado con este proyecto.
Una particularidad más de este movimiento, el cubo y sus rochetes. Dispone de dos rochetes como muestro en la fotografía, uno de ellos engrana fijamente al árbol y el otro sobre éste y mediante un mecanismo idéntico al piñón de una bicicleta (rochete más pequeño), conocido como bloque de una dirección. El motivo de ello es para liberar el rochete de la carga automática, cuando la carga manual está en funcionamiento.
Con un poco de grasa fina para relojería (Jismaa 124) y como siempre, limpio el muelle real mientras lo estiro y al mismo tiempo lo engraso.
Como no tengo estrapada, utilizo las uñas y mis dedos para colocar con cierta destreza y con pulso el muelle real dentro de su cubo. Es una operación fácil, pero requiere de precisión y concentración para evitar ladear y marcar el muelle real y no hacer saltar parte del cubo por los aires.
Antes de tapar el cubo, al igual que antes de empezar a colocar el muelle real dentro del cubo, salpico con pequeñas marcas de grasa fina de relojería la tapa. Ello hará que, una vez empiece a trabajar el muelle real, impregne toda la superficie que tenga contacto con el muelle, consiguiendo así un buen deslizamiento del muelle real.
Ya solo nos queda tapar el cubo una vez colocado el árbol de cubo en su posición correcta. Para ello me ayudo de unos alicates de punta plana.
Cubo de carga montado.
La joya por excelencia de Universal Genève, el Microrotor. Que ingenio, que precisión, que fuerza de carga en resumen una maravilla. Os cuento, la masa oscilante (1) (no he podido encontrar de que material está fabricada, tengo la impresión de que se trata de una aleación entre níquel y cobre), platina base del microrotor (2) se observa claramente de los dos rubíes que tiene, tapa del microrotor (3) con los dos rubíes frontales de la tapa base, piñón de trasmisión de la masa oscilante (4), rueda de corona de remontuar del microrotor (5), piñones de trasmisión de carga (6 y 6.1) uno engrana liberando el otro, cuando la masa oscilante gira hacia la derecha y el segundo engrana liberando al primero, cuando la masa oscilante gira hacia la izquierda, trinquete y muelle de trinquete del microrotor (7) y por último el platillo de embrague de los piñones de trasmisión (8) éste es el encargado de embragar un piñón de trasmisión a la vez que desembraga el otro.
Fijaros en los orficios que enmarco, justo aquí encajan los pivotes del platillo una vez que colocamos éste, en el pivote que hay en la platina base del microrotor. Estos orificios tienen un diámetro ligeramente superior al de los pivotes del platillo de embrague, permitiendo así que éste, tenga un ligero movimiento de vaivén, de tal forma que pueda desempeñar la función de embrague y desembrague de los piñones de trasmisión (6 y 6.1).
Aceito los pivotes del platillo con aceite espeso tipo Moebius HP-1300, quiero indicar que como siempre, para aclararme con el aceitado y engrasado de los movimiento que desmonto, hago uso del manual de despiece y aceitado del ETA 6498.
Monto el platillo en su asiento. Con el mismo tipo de aceite, engraso el pivote central donde se ubica el platillo.
Coloco los dos piñones de trasmisión (6 y 6.1) y aceito los pivotes donde se alojan cada uno.
Monto la rueda de corona de remontuar del microrotor (5) y coloco el trinquete. Me detengo aquí para explicaros lo mejor posible esta maravilla, es increíble como piezas tan pequeñas están tan bien calculadas para su empeño, alucinante, os cuento. La rueda de remontuar (5) como podéis observar en la foto, la conforman un piñón (imagen incrustada arriba a la derecha) el cual engranará con la rueda de remontuar que más adelante veremos, una corona inferior (la más grande) la que engranará con los piñones de trasmisión (3 y 4) y una corona superior (la más pequeña) que servirá para que el trinquete (2) pueda desarrollar su función. Bueno explicado esto, os cuento el funcionamiento tan simple y tan bien ingeniado; cuando el piñón de la masa oscilante (1) gira hacia la derecha tal y como muestro en la flecha (centro de la platina base), éste hace girar al piñón (3) de tal forma que hace que el platillo lo desembrague de la rueda de remontuar (5) y a su vez que el piñón (4) embrague a la rueda de remontuar (5) en el sentido que indico con la flechas marcadas, haciendo girar a la rueda de remontuar en el único sentido de giro que tiene y que marco con la flecha. He realizado una línea imaginaria en rojo que atraviesa los dos pivotes del platillo y se posiciona en P1 para que podáis comprobar como realiza el vaivén más adelante. Si por lo contrario el piñón de la masa oscilante ((1) fotografía de abajo) gira hacia la izquierda, éste hace girar al piñón (3) de tal forma que hace que el platillo lo embrague a la rueda de remontuar (5) y a su vez que el piñón (4) lo desembrague de la rueda de remontuar (5) en el sentido que indico con las flecha marcadas (foto de abajo), haciendo girar a la rueda de remontuar en el único sentido de giro que tiene y que marco con la flecha. He realizado una línea imaginaria en rojo que atraviesa los dos pivotes del platillo y se posiciona ahora en P2 para que podáis comprobar claramente entre las dos fotos (la de arriba y la de abajo), como realiza el vaivén el platillo de embrague. Anonadado me quedo cuando entiendo y veo como funciona esta minúscula maravilla.
Coloco el muelle del trinquete en su posición y tapo el sistema de remontuar de la carga automática.
Como os muestro en esta foto y en la de abajo, la tapa del sistema de remontuar del microrotor encajará y se cerrará con tornillos una vez cojamos el piñón de la masa oscilante a todo el conjunto. Esto no lo puedo realizar aún, hasta que no atornille el piñón de la masa oscilante a ella.
Lo siguiente que hay que hacer y que hice, fue atornillar (*) el piñón de la masa a ésta y después todo el conjunto de la masa y piñón al resto del sistema de remontuar del microrotor.
Microrotor montado y funcionando a la perfección, solo faltaría aceitar los rubíes (aquí se alojan los ejes del trinquete y de la rueda de remontuar). Para una precisión y mejorar el rendimiento del microrotor, el fabricante incorporó estos rubíes en esto dos puntos que son fundamentales para su buen funcionamiento. En esta foto podéis ver como queda el Microrotor con la masa oscilante al norte y en la foto de abajo cuando la masa esta al sur.
Antes de seguir con el montaje, aceito los rubíes comentados anteriormente. Para ello utilizo aceite grueso Moebius HP-1300.
Al igual que cada vez que desmonto y monto un movimiento, después de ensamblar el puente del órgano regulador, armar el tambor y en este caso montar al completo el Microrotor me encuentro en el mejor momento para todos aquellos a los que nos gusta tanto este apasionante mundo de la relojería, llega la hora de disfrutar del montaje del movimiento. Una vez llegado a este punto y después de todo el lijado, limpiado y ajustado de piezas que he tenido que llevar a cabo en este proyecto, decido probar que todo ajusta bien antes de empezar con el montaje.
Lo primero que quiero probar es el áncora, recordad que tenía mucho lastre y la verdad es que; limpiar esta miniatura no me ha sido muy fácil y además el resultado no es de lo que más me ha gustado.
Otra particularidad de este movimiento y marca de la firma son los topes de la palanca del áncora. En casi todos los movimientos convencionales que he desmontado, estos están formados por dos palitos-pivotes que están incrustados en la platina base del movimiento. En este movimiento y como se puede observar en la foto, los topes del recorrido de la palanca los conforman el mismo puente de áncora. Con ello se mejora la precisión en el recorrido del áncora y el posicionamiento de la paleta de entrada y paleta de salida respecto a la rueda de escape, es inamovible. Me gusta encontrar diferencias tan especiales y la verdad, he disfrutado en este proyecto porque hay muchas diferencias que desmarcan a este maravilloso movimiento de otros más convencionales. Una vez montada el áncora y su puente, compruebo que el movimiento de esta es suave y perfecto.
Otro contratiempo que surgió durante las pruebas de las principales piezas, fue la rueda de centro (1). Otra peculiaridad de este movimiento. En casi todos los movimiento que he visto e incluso he llegado a desmontar y montar, la rueda de centro la compone un eje, un piñon y una corona dentada, bueno pues este movimiento y como se puede ver en la foto no. Aquí la rueda de centro es el piñón de doble dentado (1) junto con el piñón con eje de cuadratura (2). Por otro lado y como consecuencia de un movimiento que tiene aguja de segundos central, se encuentra el resorte del eje de segundos (5) y el puente (4) que abrigará todo el conjunto. La rueda de centro (1) tuve que ajustarla, ya que presentaba adherencias minúsculas de óxido que aun habiendo realizado todas las limpiezas que os he contado anteriormente, aún se resistían y entorpecían el buen funcionar del engranaje. Os enseño unas fotos de todo lo que tuve que hacer.
Ayudándome del útil para escariar y cerrar virolas, sujeto la rueda de centro y suavemente pulo el eje.
Repasando aquellos dientes que tenían adherido partículas de óxido y que entorpecían el buen engranaje de la rueda de centro.
Mi intención es ajustar bien el conjunto de engranajes que comprenden la rueda de centro y el centrado de la segundera, con el fin de, iniciar desde este punto con el montaje del movimiento. Para ello, aceito con aceite grueso Moebius HP-1300, el asiento para el piñón del eje de cuadratura del cañón de minutos.
Coloco la rueda de centro y el piñón con eje de cuadratura, e incluso hago una comprobación de engrane sin el puente, notando que marcha bien la cosa.
Coloco el puente y sigo aceitando el piñón con eje de cuadratura y el rubí de la rueda de centro.
Conjunto montado y girando con un buen engranado. Paso conseguido.
Monto el cubo y su puente, compruebo que el engranado del conjunto de la rueda de centro con éste es bueno y sigo montando provisionalmente el tren de rodaje para comprobar su buen funcionamiento.
Después de probar y afinar el tren de rodaje para su buen funcionamiento (para ello desmonté el áncora), monto el Microrotor y la rueda de remontuar para comprobar todo el engranaje cumple con mis sueños y así es. Todo pinta bien y me encuentro muy contento por no haber tirado la toalla. Empieza los más bonito y lo más deseado por los apasionados a este mundo, el montaje del movimiento una vez, restaurado, reparado y limpiado el mismo.
Hola a todos, nuevamente estoy aquí con otra historia, pero en esta ocasión una historia diferente. Como cada cosa, todo tiene su historia y este Universal Genève 1-69 Polerouter con Microrotor para mí, significa mucho. Este reloj llega a mis manos, gracias a un cliente y a la vez amigo mío, cuyo nombre es Fernando. Todo nace durante un trabajo que tuve que realizar en su casa y comentando nuestras aficiones, sale la pasión por los relojes. Es justo aquí, cuando le enseño la restauración del Cauny Prima de mi padre (Historia de un Cauny Prima) y sorprendido de la misma, decidió darme este reloj en la próxima visita que tendríamos. Lo conservaba en una cajita de cartón, después de haberse bañado en la piscina con él puesto y haberlo llevado a un relojero y éste decirle que no tenía solución. Tenía entre mis manos un gran trabajo por delante y que coincidiría con el preámbulo del fallecimiento de mi madre. Mi madre falleció el pasado 29 de febrero y el inicio de este proyecto coincidió con ese triste y fatídico día. Como todos los que ya no tenéis a vuestra madre, padre o a un ser tan querido, sabéis que este hecho deja una pena, sentimiento, dolor, impotencia, resignación, en fin, tantas cosas que nos marcan un antes y un después en la vida. Por ello quiero dedicar este proyecto a mi madre, que donde quiera que esté, seguro que me está viendo y estará muy contenta de lo que he conseguido.
Según el archivo de Ranfft Watches, es un reloj de carga manual y automática, con dial de fecha y cambio de la misma con avance horario (lo confirmo, es una de las peculiaridades de este reloj), de 12,5” 28mm de diámetro, 4,7mm de altura, 17/28 rubíes (aquí se encuentran los 17 del movimiento y los del sistema de carga automática del microrotor), late a 18000 A/h y dispone de una reserva de la carga de 57h. La fecha de fabricación fue desde 1965 hasta 1970. (Según me indica mi amigo Fernando lo compro en el año 1966 en una joyería-relojería de la Calle San Vicente de Valencia) La patente del Microrotor data del 27/05/1977, registrado por Manufacture des Montres Universal Peret Frères, Genève y por el grabado que podréis ver más adelante, pertenece al nº de patente Pat+.+329805+28.
En este proyecto veremos; desmontaje, montaje y aceitado del movimiento al completo, limpieza de todo el óxido de cada una de las piezas del movimiento, reparación de un tornillo, reparación del sistema antichoc del eje volante, cambio de la espiral del volante, equilibrado del volante, mecanizado de un nuevo muelle para el trinquete, soldadura en frío para la uña del árbol del cubo, pulido de plexi, pulido y ajuste de las agujas, pulido de la caja y todo un sinfín de sorpresas que surgieron durante la restauración. Os dejo con las fotos y explicaciones de este gran proyecto, espero que os guste.
Este fue el estado en el que me dio el reloj. En este momento estaba ilusionado, un Univeral Genève estaba entre mis manos, dependía de mí el tener una nueva joya en mi modesta colección.
Destornillando el tornillo enmarcado en la foto, separaría el órgano regulador del movimiento, empezaba aquí toda una historia.
Poco se podía hacer con esa espiral, tendría que buscar una donante.
Aflojando todos los tornillos enmarcados, conseguí quitar el puente de cubo y el puente de rodaje. Los tornillos se resistían y no me fue fácil poder ranurar las cabezas que por el óxido ya no tenían ranura. Lo hice con un puntero fino y un destornillador, con mucho cuidado y precisión para evitar arañazos indeseados, fui lijando la ranura poco a poco, hasta conseguir una buena ranura para asegurar la cabeza del destornillador y con ello afianzar el éxito de poder quitarlos.
Fijaros en la rueda de trasmisión del sistema de remontuar (enmarcada) y en el tornillo del trinquete *. Que decir del óxido de los puentes.
Después de una limpieza con el ultrasonidos, 7 días de remojar con aceite fino 3 en 1, con un poco de desengrasante y por último un par de limpiezas más con el ultrasonidos, pude desentornillar el trinquete, y la rueda de trasmisión del sistema de remontuar. El muelle del trinquete lo perdí, realizando la limpieza profunda, mientras lijaba el mismo con una lija de grano 1500 y el pincel de grata, zasssss!!!! Saltó por los aires y no fui capaz de encontrarlo.
Cuando destapé los dos puentes y me encontré con lo que veis en la foto, estuve a punto de tirar la toalla. Fue toda una decepción, pensé: ¿Qué me ha dado mi amigo Fernando?, ¿Esto sirve para algo?, ¿Qué coño voy a hacer con toda esta pelota de óxido?, en fin, una metralla de pensamientos negativos que hacían cada vez más claro que aparcaría a esta joya en la cajita con el que me lo dieron y nunca más sabría de él.
Después de desmontar el cañón de segundos y a rueda que permite desplazar el cañón al centro, seguí con la odisea y con mis dudas de abandono. Pude desmontar sin problemas la rueda primera (1), la rueda segunda (2) y la rueda de escape (3).
El estado el que veis, pelotas de óxido en cada piñón y óxido por todos los lados. ¿Tiro la toalla o sigo?. A todas horas este planteamiento.
Nuevamente a la pelea, a ranurar las cabezas para limpiar el óxido posado en la ranura y a intentar desmontar el puente de áncora.
Prueba conseguida. ¿Valdrá para algo este áncora?, si parece un chorizo en vez de un áncora, ¿Sigo?. Pues bueno, llegado aquí decidí no quejarme más y seguir adelante, sería cuestión de un trabajo duro, con mucha paciencia y mucha delicadeza, así que, decidí no quejarme más y alegrarme de cada paso que daba.
A seguir ranurando tornillos e intentar desmontar un puente más.
Nuevamente, aunque no lo parezca lo que enmarco es un tornillo sin ranura, manos a la obra y a seguir.
Este cubo dispone de un triple rochete, más adelante os explico el funcionamiento. Como muestro en la fotografía, con sumo cuidado y ejerciendo presión por ambos lados, consigo extraer un doble rochete. Quiero recalcar que para llegar ha realizar esta operación, he tenido en remojo con aceite todo el cubo más de 10 días, he intentado en más de 3 ocasiones el despegar el rochete y poco a poco, ayudándome de limpieza de ultrasonido, grata y lija, sin romper nada, al final lo he conseguido.
Como siempre, apoyando el árbol del cubo en una superficie dura y lisa, sujetando el mismo de los lados, si hacemos presión hacia la superficie, conseguimos destapar la tapa de cubo.
Uauuu!!!! Subidón de alegría, una cosa más desmontada y sin romperla, hay que seguir, poco a poco lo conseguiré.
Volteo el movimiento y empiezo por el otro lado de la platina base. Destornillando los tornillos emparcados consigo destapar el mecanismo del dial de la fecha y los cañones de la hora y minutos, así como, su sistema de funcionamiento.
El dial será irrecuperable, buscaré un donante.
En este punto, decido remojar en aceite todo el movimiento nuevamente, no sé por dónde desmontar y no tengo las cosas claras. Pasado unos días sigo como veis más adelante.
Después de unos cuantos días de remojo y de sudar un rato, consigo aflojar los tornillos que sujetan el Microrotor a la platina base, ¡TODO UN ÉXITO! Tengo el Microrotor enterito y por fin he conseguido separarlo del resto del movimiento. Empiezo a tener más ilusión para seguir adelante con el proyecto.
Rueda de trasmisión de la carga automática rescatada.
A diferencia de otros movimientos, el UG 1-69 dispone una pletina independiente (1) para recoger y mantener a las ruedas de trasmisión y la rueda de minutos, a diferencia de lo que estamos acostumbrados a ver, ya que, esta labor la suele desempeñar la misma pieza que conforma el muelle flexible del tirete (2). La rueda de minutos (3) recogida por la pletina (1), la rueda multiplicadora 1/24 (4) para la trasmisión final de la rueda del cambio del dial de fecha (5). Con el número (6) se puede diferenciar una pieza con forma de bumerán, la cual participa en el cambio del dial y posiciona el mismo en su registro. Aflojé el tornillo que aparece justo al lado del nº 1 (aunque no se vea el tornillo aquí hay un tornillo) y el que está justo debajo del nº 2, parece no diferenciarse la cabeza del tornillo respecto del muelle del tirete, pero se diferencia su ranura. A partir de aquí no fue una tarea difícil el desmontar todo lo mencionado. Por cierto el cañón de las horas, se encuentra junto con la aguja de las horas y la esfera, en la primera foto del proyecto se puede apreciar.
Aflojo el tornillo enmarcado, tal u como os comenté anteriormente para retirar el muelle del tirete.
Tirete y su resorte.
Solo queda extraer las ruedas que ya detallé anteriormente. No pusieron demasiada resistencia.
Desmonte el piñón de remontuar (1) y el piñón corredizo (2), como una única pieza. Aparte del trabajo de limpieza que tuve que realizar, éstos, permanecieron 15 días, dentro de una encimera con aceite, mezclado con afloja-todo, porque ambas piezas estaban soldadas y no era capaz de separarlas. No quería romper ninguna pieza, ya que, no sería fácil encontrar donantes para esta joya.
Fijaros en los dientes del piñón corredizo, (los que engranan con el piñón de remontuar) no existen, o apenas se aprecian. Ambos piñones estaban soldados completamente por el óxido.
Os cuento cual fue el orden que tomé para ir limpiando las piezas. El primer paso dejar en remojo bajo una mezcla de aceite fino con afloja-todo al 50%, todas las piezas durante 10-15 días. Después 4 limpiezas seguidas en el ultrasonidos, con Isopropanol 100% (cada vez cambiaba el Isopropanol, el tiempo de cada limpiado 8 minutos). Después de un buen secado, faltaba un trabajo de chinos por delante, nada más y nada menos que el cepillado, lijado y pulido de las piezas. Para ello, me ayudé con un pincel de grata, papel de lija (grano 1500 y 2000) y también de mi querida Dremel y un cepillo de puas (eso sí, mucha paciencia y voluntad).
Hay algunas piezas que nos permiten limpiar el óxido como muestro en la fotografía. Eso sí, aquí no hay error que valga, como se te trague la pieza el cepillo, ya no la encuentras. Os aconsejo, utilizar gafas de protección y un dedo como apoyo, de tal forma que el cepillo de la Dremel, limpiará tu dedo y la pieza, la velocidad baja, hay que ir probando hasta que encontréis vuestro punto. Os puedo asegurar que gracias a la Dremel ahorré mucho tiempo de grata, lija……
Para el óxido que había dañado el baño de níquel y había empezado a dañar el bronce de la pletina, me sirvió utilizar un destornillador plano fino (ancho de pala 1mm, 1.5mm). Colocando éste de tal forma que no arañase el baño que estaba en buen estado, iba arrastrando y saltando todo ese óxido que después del método de limpieza que os he explicado antes, no había saltado. Tuve muchísimo cuidado y siempre, colocaba la parte plana del destornillador completamente paralela a la platina base, inclinándolo de tal forma que me permitiera ir haciendo pequeños arañazos pero sin terminar de marcar y dañar el nikel. De esta forma y con mucha paciencia y cuidado fui capaz de ir limpiando el óxido incrustado a las piezas.
Los resultados se iban notando. La autoestima iba subiendo y cada vez creía más en el proyecto, merecían la pena todas esas horas de esfuerzo, veía un final posible. Si os fijáis bien, se pueden apreciar esas picaduras del níquel. Este es el resultado de arañar sin marcar con el destornillador, tal y como, os explicaba antes. Intentando dejar el resto lo mejor posible y no rayarlo todo.
Después de mucho remojo y mucho ultrasonido, no fui capaz de destornillar el tornillo que enmarco en la foto. Tuve que hacer uso del método que en otros hilos he explicado. Con un punzón hecho a medida, un taco de madera, un martillo y tiento, se golpea por la parte de la rosca al tornillo, para sacar a éste por el lado de la cabeza. Después buscaremos un tornillo similar, ligeramente de mayor diámetro al que hemos sacado y lo acondicionaremos para su uso.
Con todo el remojo y las limpiezas con el ultrasonido, conseguí que el Microrotor funcionase, eso sí, no bien del todo. Ahora quedaba despiezarlo e intentar rescatar cada una de las piezas que esconde esta maravilla. Dudé mucho si los dos pitones enmarcados eran tornillos o no. Resultó ser que no, eran dos pivotes donde encaja la tapa de todo el secreto del Microrotor.
Hay cosas que se quedaron pegadas a un lado y cosas al otro lado. Más adelante entraré en detalle con el funcionamiento de esta maravilla.
Por último y después de un último lavado con ultrasonidos para eliminar los pelos de la grata, así como, las pequeñas partículas del pulido que pudieran quedar, se empiezan a ver los primeros resultados aceptables.
Con la famosa soldadura en frío, crearemos la uña del árbol de cubo.
Otro parón y problema que surgió en el camino. Con tanto óxido y tanto deterioro, como no, se tenía que romper algún pasador del sistema antichoc, pues así fue la mala suerte (este pertenece al antichoc del eje volante). Nada, me tuve que poner manos a la obra y para acertar con el pasador donante no me quedó otra que desmontar el asiento del rubí y del pasador. Os muestro las imágenes.
Posicioné la platina base como muestro, buscando un orificio del botador por el cual pasase la pieza del asiento del rubí. Con un botador a medida y plano, justo para no dañar la pieza, se golpea con tiento y precisión para que ésta salga.
Tuve la suerte de encontrar una arandela-pasador con la misma forma y casi el mismo tamaño que el estropeado. Como tenía la otra arandela-pasador (el que conforma el antichoc del puente del órgano regulador), pude buscar el que más se asimilaba, lo conseguí de un movimiento de señora. El inconveniente era que las puntas eran un poco largas. ¿Cómo limar estas cosas tan delicadas y mínimas?
Con un mundo de ideas en la cabeza, se me ocurrió lo que muestro en la imagen. Con suma delicadeza y ayudándome con unas pinzas, abrazo la arandela-pasador con unos alicates de punta plana, después y con papel de grano 2000 con suma delicadeza empiezo la labor de rebajar esas milésimas que sobran.
Arandela-pasador del sistema antichoc, perfectamente ajustada.
Para volver a colocar el asiento del rubí, lo realicé tal y como muestro en la foto. Con tiento y firmeza se golpea hasta enrasar el asiento a la parte exterior de la platina base (por el lado del eje volante). Después tendremos que comprobar la correcta colocación con el volante montado y así, comprobar que existe la holgura necesaria para el correcto funcionamiento de éste.
En principio todo parece marchar bien. El ánimo esta en lo más alto, voy superando cada tropiezo del proyecto y cada vez creo más en la resurrección de este maravilloso reloj.
Siguiente contratiempo, ya os comenté antes, que durante la limpieza de todas las piezas perdí el muelle del trinquete. Tenía que idear y buscar una solución para ello. Se me ocurrió acoplar un muelle común en el espacio que tenía entre el trinquete y el puente de cubo. Entre distintos movimientos de un lote que compré, encontré uno que podría ajustar con mucha garantía de éxito, así que, había que ponerse manos a la obra. Como muestro en la fotografía, casi todos los muelles de trinquete, tienen dos extremos el (1) extremo que engancha al trinquete y el extremo (2), el cual se fija al puente de cubo.
El trabajo consistía en realizar un asiento para el extremo (1) del muelle de trinquete donante. Para ello, teníamos que encontrar el punto exacto, donde el muelle realizara bien su trabajo, para ello y colocando tantas veces como haga falta el trinquete, para poder calcular dónde se situará la punta de éste, de tal forma que retorne hacia el rochete con la tensión del muelle. Un mal cálculo en este paso, nos llevará al fracaso en el resultado. Como muestro en la foto, marqué el punto del extremo (1), de tal forma que el extremo (2), el que agarra al trinquete, estaba en su posición correcta y la punta del trinquete, sobrepasaba el extremo de la circunferencia por donde recorrerá el rochete.
Ahora solo quedaba realizar el rebaje para el acople del extremo del muelle del tirete. Con un punzón para realizar la marca en el puente de cubo y un taladro manual, conseguiría el resto.
Aunque no lo parezca, en esta operación hay que tener sumo cuidado, ya que, el espesor del puente de cubo en el punto donde hice el acople, es sumamente fino. Un despiste o error nos llevaría a perforar el puente de cubo.
El éxito del trabajo parecía llegar pronto.
En esta imagen se puede ver lo que expliqué anteriormente para calcular donde hacer el rebaje para el extremo del muelle. Podéis ver que en estado de reposo, el trinquete supera de sobra el límite de la circunferencia por donde recorrerá el rochete, por lo que cuando éste esté, el muelle ejercerá la presión suficiente, para que el trinquete pueda desarrollar bien su trabajo. Prueba conseguida.
El óxido seguía dándome trabajo y haciendo de las suyas. Por más que lo intenté (remojo, ultrasonidos, afloja-todo, calor, frío) no fue posible liberar a esta rueda de la soldadura que el óxido había generado. Es una rueda de trasmisión que está situada entre la rueda de trasmisión que conocemos de normal y el rochete. Después explicaré el por qué de este ingenioso diseño. Para poder liberarla tuve que sacar el pasador remachado que la recoge entre el puente y su eje.
Ayudándome del botador, una hoja de un cúter y del punzón adecuado, conseguí separarla de su soldadura. Los pasos: buscar un punzón adecuado, colocar la pieza en un agujero adecuado del botador (el diámetro algo superior a la rueda), el cúter es para que tenga apoyo el puente por ese extremo y no se hunda al golpear. Después un golpe seco y con tiento.
Ahora tendría que realizar la misma operación con el eje y la rueda (1), ya que éste, seguía soldado a la misma.
Por último y como con el resto de piezas; grata, papel de grano 1500/2000 y ultrasonidos. ¡Ojo! La grata, el papel de lija y cualquier método que se utilice para limpiar y quitar el óxido, lo utilizaremos con suma delicadeza, un exagerado uso o abuso de éstos, puede reducir el tamaño de las piezas y provocar la inutilidad de las mismas.
¡Bien, bien y bien! Que felicidad me dio llegar hasta aquí. El montón de horas, trabajo y esfuerzo que dejaba atrás, parecía merecer la pena, el final con éxito parecía estar más cerca. Tuve la suerte de encontrar donantes de lo que no fui capaz de recuperar o que no tenía. La espiral, agujas y el dial de la fecha, fueron los únicos donantes que necesité. Empezaba la parte más deseada del proyecto, el montaje una vez rescatadas todas las piezas del movimiento y con el aspecto que podéis observar en la foto, toda una gozada estaba por venir.
Para el montaje del puente del órgano regulador siempre utilizo el siguiente método. En una superficie lisa y dura (el mismo tablero de la mesa en la que trabajo) coloco en el siguiente orden las piezas unas encima de la otra, primero coloca el asiento del rubí (3), después coloco la raqueta del porta-pitón (2) y por último la raqueta del registro (1). Llegado aquí, coloco el puente del órgano regulador (4) e inserto el pasador del asiento del rubí para que se conforme el conjunto del puente.
Intento dejar la raqueta del porta-pitón y la del registro de tal forma que me permita insertar el pasador como muestro en la imagen.
Puente del órgano regulador montado.
Después de todas las perrerías que he hecho con el movimiento y sobre todo si recordáis, tuve que sacar el asiento del rubí del eje volante que se encuentra en la pletina base y ajustar una arandela del sistema de amortiguación. Por tanto para no seguir adelante con el montaje del movimiento, llegado a este punto decido montar el rubí de ambos lados y comprobar que el eje volante gira libremente con la holgura necesaria para un buen funcionamiento. Estas pruebas nos darán un % muy alto de éxito en el funcionamiento del órgano regulador. Hacer esto más adelante también se puede, pero la verdad es; que si fuese necesario ajustar el asiento, sería peligroso dar golpes con todo o parte del movimiento montado. A mí me resulta más cómodo montar el rubí en el asiento, así como, colocar la arandela de seguridad del amortiguador con el puente cogido al movimiento, por eso siempre lo coloco de esta manera para evitar movimientos inesperados del puente.
Tuve suerte, acerté con el posicionamiento del asiento del rubí. Conseguí una holgura, que desde mi punto de vista es la correcta. El eje volante, gira libremente y sin ninguna resistencia en cualquier posición, otro contratiempo superado. La adrenalina me sube y el ánimo se dispara, sigo muy ilusionado con este proyecto.
Una particularidad más de este movimiento, el cubo y sus rochetes. Dispone de dos rochetes como muestro en la fotografía, uno de ellos engrana fijamente al árbol y el otro sobre éste y mediante un mecanismo idéntico al piñón de una bicicleta (rochete más pequeño), conocido como bloque de una dirección. El motivo de ello es para liberar el rochete de la carga automática, cuando la carga manual está en funcionamiento.
Con un poco de grasa fina para relojería (Jismaa 124) y como siempre, limpio el muelle real mientras lo estiro y al mismo tiempo lo engraso.
Como no tengo estrapada, utilizo las uñas y mis dedos para colocar con cierta destreza y con pulso el muelle real dentro de su cubo. Es una operación fácil, pero requiere de precisión y concentración para evitar ladear y marcar el muelle real y no hacer saltar parte del cubo por los aires.
Antes de tapar el cubo, al igual que antes de empezar a colocar el muelle real dentro del cubo, salpico con pequeñas marcas de grasa fina de relojería la tapa. Ello hará que, una vez empiece a trabajar el muelle real, impregne toda la superficie que tenga contacto con el muelle, consiguiendo así un buen deslizamiento del muelle real.
Ya solo nos queda tapar el cubo una vez colocado el árbol de cubo en su posición correcta. Para ello me ayudo de unos alicates de punta plana.
Cubo de carga montado.
La joya por excelencia de Universal Genève, el Microrotor. Que ingenio, que precisión, que fuerza de carga en resumen una maravilla. Os cuento, la masa oscilante (1) (no he podido encontrar de que material está fabricada, tengo la impresión de que se trata de una aleación entre níquel y cobre), platina base del microrotor (2) se observa claramente de los dos rubíes que tiene, tapa del microrotor (3) con los dos rubíes frontales de la tapa base, piñón de trasmisión de la masa oscilante (4), rueda de corona de remontuar del microrotor (5), piñones de trasmisión de carga (6 y 6.1) uno engrana liberando el otro, cuando la masa oscilante gira hacia la derecha y el segundo engrana liberando al primero, cuando la masa oscilante gira hacia la izquierda, trinquete y muelle de trinquete del microrotor (7) y por último el platillo de embrague de los piñones de trasmisión (8) éste es el encargado de embragar un piñón de trasmisión a la vez que desembraga el otro.
Fijaros en los orficios que enmarco, justo aquí encajan los pivotes del platillo una vez que colocamos éste, en el pivote que hay en la platina base del microrotor. Estos orificios tienen un diámetro ligeramente superior al de los pivotes del platillo de embrague, permitiendo así que éste, tenga un ligero movimiento de vaivén, de tal forma que pueda desempeñar la función de embrague y desembrague de los piñones de trasmisión (6 y 6.1).
Aceito los pivotes del platillo con aceite espeso tipo Moebius HP-1300, quiero indicar que como siempre, para aclararme con el aceitado y engrasado de los movimiento que desmonto, hago uso del manual de despiece y aceitado del ETA 6498.
Monto el platillo en su asiento. Con el mismo tipo de aceite, engraso el pivote central donde se ubica el platillo.
Coloco los dos piñones de trasmisión (6 y 6.1) y aceito los pivotes donde se alojan cada uno.
Monto la rueda de corona de remontuar del microrotor (5) y coloco el trinquete. Me detengo aquí para explicaros lo mejor posible esta maravilla, es increíble como piezas tan pequeñas están tan bien calculadas para su empeño, alucinante, os cuento. La rueda de remontuar (5) como podéis observar en la foto, la conforman un piñón (imagen incrustada arriba a la derecha) el cual engranará con la rueda de remontuar que más adelante veremos, una corona inferior (la más grande) la que engranará con los piñones de trasmisión (3 y 4) y una corona superior (la más pequeña) que servirá para que el trinquete (2) pueda desarrollar su función. Bueno explicado esto, os cuento el funcionamiento tan simple y tan bien ingeniado; cuando el piñón de la masa oscilante (1) gira hacia la derecha tal y como muestro en la flecha (centro de la platina base), éste hace girar al piñón (3) de tal forma que hace que el platillo lo desembrague de la rueda de remontuar (5) y a su vez que el piñón (4) embrague a la rueda de remontuar (5) en el sentido que indico con la flechas marcadas, haciendo girar a la rueda de remontuar en el único sentido de giro que tiene y que marco con la flecha. He realizado una línea imaginaria en rojo que atraviesa los dos pivotes del platillo y se posiciona en P1 para que podáis comprobar como realiza el vaivén más adelante. Si por lo contrario el piñón de la masa oscilante ((1) fotografía de abajo) gira hacia la izquierda, éste hace girar al piñón (3) de tal forma que hace que el platillo lo embrague a la rueda de remontuar (5) y a su vez que el piñón (4) lo desembrague de la rueda de remontuar (5) en el sentido que indico con las flecha marcadas (foto de abajo), haciendo girar a la rueda de remontuar en el único sentido de giro que tiene y que marco con la flecha. He realizado una línea imaginaria en rojo que atraviesa los dos pivotes del platillo y se posiciona ahora en P2 para que podáis comprobar claramente entre las dos fotos (la de arriba y la de abajo), como realiza el vaivén el platillo de embrague. Anonadado me quedo cuando entiendo y veo como funciona esta minúscula maravilla.
Coloco el muelle del trinquete en su posición y tapo el sistema de remontuar de la carga automática.
Como os muestro en esta foto y en la de abajo, la tapa del sistema de remontuar del microrotor encajará y se cerrará con tornillos una vez cojamos el piñón de la masa oscilante a todo el conjunto. Esto no lo puedo realizar aún, hasta que no atornille el piñón de la masa oscilante a ella.
Lo siguiente que hay que hacer y que hice, fue atornillar (*) el piñón de la masa a ésta y después todo el conjunto de la masa y piñón al resto del sistema de remontuar del microrotor.
Microrotor montado y funcionando a la perfección, solo faltaría aceitar los rubíes (aquí se alojan los ejes del trinquete y de la rueda de remontuar). Para una precisión y mejorar el rendimiento del microrotor, el fabricante incorporó estos rubíes en esto dos puntos que son fundamentales para su buen funcionamiento. En esta foto podéis ver como queda el Microrotor con la masa oscilante al norte y en la foto de abajo cuando la masa esta al sur.
Antes de seguir con el montaje, aceito los rubíes comentados anteriormente. Para ello utilizo aceite grueso Moebius HP-1300.
Al igual que cada vez que desmonto y monto un movimiento, después de ensamblar el puente del órgano regulador, armar el tambor y en este caso montar al completo el Microrotor me encuentro en el mejor momento para todos aquellos a los que nos gusta tanto este apasionante mundo de la relojería, llega la hora de disfrutar del montaje del movimiento. Una vez llegado a este punto y después de todo el lijado, limpiado y ajustado de piezas que he tenido que llevar a cabo en este proyecto, decido probar que todo ajusta bien antes de empezar con el montaje.
Lo primero que quiero probar es el áncora, recordad que tenía mucho lastre y la verdad es que; limpiar esta miniatura no me ha sido muy fácil y además el resultado no es de lo que más me ha gustado.
Otra particularidad de este movimiento y marca de la firma son los topes de la palanca del áncora. En casi todos los movimientos convencionales que he desmontado, estos están formados por dos palitos-pivotes que están incrustados en la platina base del movimiento. En este movimiento y como se puede observar en la foto, los topes del recorrido de la palanca los conforman el mismo puente de áncora. Con ello se mejora la precisión en el recorrido del áncora y el posicionamiento de la paleta de entrada y paleta de salida respecto a la rueda de escape, es inamovible. Me gusta encontrar diferencias tan especiales y la verdad, he disfrutado en este proyecto porque hay muchas diferencias que desmarcan a este maravilloso movimiento de otros más convencionales. Una vez montada el áncora y su puente, compruebo que el movimiento de esta es suave y perfecto.
Otro contratiempo que surgió durante las pruebas de las principales piezas, fue la rueda de centro (1). Otra peculiaridad de este movimiento. En casi todos los movimiento que he visto e incluso he llegado a desmontar y montar, la rueda de centro la compone un eje, un piñon y una corona dentada, bueno pues este movimiento y como se puede ver en la foto no. Aquí la rueda de centro es el piñón de doble dentado (1) junto con el piñón con eje de cuadratura (2). Por otro lado y como consecuencia de un movimiento que tiene aguja de segundos central, se encuentra el resorte del eje de segundos (5) y el puente (4) que abrigará todo el conjunto. La rueda de centro (1) tuve que ajustarla, ya que presentaba adherencias minúsculas de óxido que aun habiendo realizado todas las limpiezas que os he contado anteriormente, aún se resistían y entorpecían el buen funcionar del engranaje. Os enseño unas fotos de todo lo que tuve que hacer.
Ayudándome del útil para escariar y cerrar virolas, sujeto la rueda de centro y suavemente pulo el eje.
Repasando aquellos dientes que tenían adherido partículas de óxido y que entorpecían el buen engranaje de la rueda de centro.
Mi intención es ajustar bien el conjunto de engranajes que comprenden la rueda de centro y el centrado de la segundera, con el fin de, iniciar desde este punto con el montaje del movimiento. Para ello, aceito con aceite grueso Moebius HP-1300, el asiento para el piñón del eje de cuadratura del cañón de minutos.
Coloco la rueda de centro y el piñón con eje de cuadratura, e incluso hago una comprobación de engrane sin el puente, notando que marcha bien la cosa.
Coloco el puente y sigo aceitando el piñón con eje de cuadratura y el rubí de la rueda de centro.
Conjunto montado y girando con un buen engranado. Paso conseguido.
Monto el cubo y su puente, compruebo que el engranado del conjunto de la rueda de centro con éste es bueno y sigo montando provisionalmente el tren de rodaje para comprobar su buen funcionamiento.
Después de probar y afinar el tren de rodaje para su buen funcionamiento (para ello desmonté el áncora), monto el Microrotor y la rueda de remontuar para comprobar todo el engranaje cumple con mis sueños y así es. Todo pinta bien y me encuentro muy contento por no haber tirado la toalla. Empieza los más bonito y lo más deseado por los apasionados a este mundo, el montaje del movimiento una vez, restaurado, reparado y limpiado el mismo.