Francisco L.
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"En aquel pueblo el mas tonto hacia relojes de palo y le salian andando..." dicho popular.
Fruto de una adquisición reciente, podemos hoy descubrir en uno de los escaparates de Patek Philippe Museum de Ginebra un reloj extraño acompañado por su cadena y por su llave de remontaje, preciosamente conservadas en su estuche, totalmente realizado en madera. Esta curiosidad relojera es la obra de un relojero nacido de una dinastía de artesanos rusos del siglo XIX: Bronnikov.
Gracias a las búsquedas recientes del Dr. Theodore R. Crom, ingeniero americano retirado, aficionado a la relojería antigua y autor de varios libros sobre los instrumentos de relojería , y de la ayuda preciosa que obtuvo por parte de Yuri Y. Yudin, un banquero ruso, nuestro conocimiento sobre Bronnikov y su obra se ve hoy renovado Lo que permitió aclarar numerosos errores trasladados de escritos a escritos sobre su producción.
Cuatro generaciones de artesanos de apelliddo Bronnikov estan catalogadas en la ciudad de Viatka (o Kirov). El más antiguo es Ivan T. Bronnikov (hacia 1770-1860), un carpintero hábil y un tornero. Con ocasión de una exposición artisanal y agrícola en 1837, el Ayuntamiento de Viatka le pide presentar algunos objetos hechos por su mano. Se niega, pretextando su edad, pero propone que su hijo, Semyon Ivanovitch (1800-1875), aporte su contribución .
Para la ocasión, éste realiza un reloj de bolsillo totalmente hecho de madera, proeza que impresiona fuertemente. El zarevitz, el futuro Alexandre II (1818-1881), visitando la exposición lo adquiere. Animado por su éxito, Semyon continúa fabricando relojes de madera, pero tambien de marfil. Tambien crea otros objetos, tales como gemelos, medallones o pequeños cofrecitos, el impacto de sus relojes le hace orientar su carrera hacia la relojería.
Cuentos y leyendas.
Una leyenda nos refiere que Semyon, habiendo tenido entre las manos un reloj que pertenecia a un vendedor rico, se encerrara en su taller durante varios meses, con riesgo de su salud, para producir un reloj de madera tan extraordinario que fue adquirido por el emperador de Japón. Esta historia también es contada bajo otra versión que dice que habrían sido seis años los que tardo Semyon para realizar este reloj. A menudo se ha dicho que es por falta de metales el que este relojero o sus descendientes realizaron sus relojes en materia orgánica. Esta afirmación es falsa porque Viatka es un pueblo importante y metalúrgico. Hay que buscar más bien la razón en el oficio de su abuelo, Ivan, y en el éxito conseguido por los primeros relojes de Semyon. .
Una variante dice que su esposa, preocupada por el prolongado encierro de su marido, lo izo internar en un centro de salud mental. Un año más tarde, después de haberse asegurado de su salud mental, los médicos lo dejaron irse y pudo así terminar su reloj. Todavía se comenta que este trabajo fue de tal envergadura que produjo no más de diez relojes durante toda su vida o qué su trabajo lo hizo volverse ciego pero que continuó a pesar de su ceguera creando relojes.
Estos relojes, que no fueron concebidos por una utilización diaria, estaban considerados curiosidades lujosas, raras y caras. Sus precios de venta eran importantes; le costaban al comprador aproximadamente 120 rublos la pieza, mientras que un reloj de oro valía entre 90 y 100 rublos.
Relojeros de padre a hijos
Semyon tiene siete hijos(hilos), entre los cuales Mikhaïl y Nikolaï Semyonovitch que persigue la obra de su padre. El último relojero conocido de la familia es Nikolaï Mikhailovitch, el hijo de Mikhaïl. Deja a Viatka para ir a Moscú en 1909 o 1910 y trabaja para la casa Pablo Buhré. Así como muchos artesanos de su tiempo, Bronnikov presentan sus productos en el momento de exposiciones locales o regionales pero igualmente en Moscú y en San Petersburgo. Así es como en 1867, el ministro ruso de Asuntos Exteriores les encarga dos pares de relojes;que son realizados en un mes y medio. Un premio de honor les será otorgado por ello en la Exposición de San Petesburgo. Otro ejemplo: en 1896, Mikhaïl Semyonovitch consigue una medalla de plata para un reloj acompañado por su cadena que se presenta en la Exposición industrial de todas las Rusias a Nizhny Novgorod. Estos premios y mencionnes le permiten obtener una fama cierta gracias a las recompensas obtenidas.. Bronnikov comercializa sus creaciones desde sus talleres de Viatka o desde los centros artesanales de los distritos regionales o provinciales. En total, sobre tres generaciones, su producción relojera de la dinastía Bronnikov puede ser considerada de unos quinientos relojes, creados sobre cerca de tres cuartos de siglo. El número de relojes que ha sobrevivido puede ser evaluado a aproximadamente doscientos. La firma esta grabada dentro del fondo de la caja en viejo alfabeto cirílico.
Inhabituales hasta el fin.
Los movimientos de estos relojes estan hechos de madera diversa, incluyendo el nogal, la madreselva, el boj, la palmera o el bambú endurecido. Las cajas están en boj, y después de 1895, en abedul, mientras que las esferas son a menudo decoradas con marfil o el hueso, ocasionalmente con nácar. Los relojes son a veces conservados en su estuche de protección, y suelen estar acompañados por una cadena y por una llave de remontar. Pero encontrarlos completos se volvió muy dificil.
Del punto de vista técnico, los relojes de Bronnikov son de una bella factura y presentan una construcción inhabitual. En lugar de tener las ruedas colocadas entre dos platinas, sea en una jaula, como es comúnmente el caso hasta finales del siglo XVIII, o entre la platina de base y los puentes, lo que se generaliza poco a poco después de 1800, es aquí la espalda de la esfera sirve de platina de base también formando parte integrante de la caja. La rueda de minuteria que conduce las agujas es bien visible en el centro de la esfera. Esta disposición es recurrente en casi quince años de producción, aunque también se compruebe una evolución en la forma del calibre , así como los cambios en el número de dientes de los móviles (ruedas y piñones).
Todavía anotemos que este tipo de construcción fue repetido a finales del siglo XIX por el relojero américano establecido en Ginebra, Albert Henry Potter (1836-1908), con sus relojes economicos manufacturados para los comerciales de Ginebra (1891-1895). Idea también que sirvio de base, al principio de los años 1980, de Swatch. En Rusia, el reloj Bronnikov es conservado en numerosos museos y en algunas colecciones particulares
Más cerca de nosotros, los vemos expuestos en el Mathematisch-Physikalischer Salon de Dresde, el Museo Internacional de Relojería de Chaux-de-Fonds y en el Uhrenmuseum Beyer de Zurich (dos relojes: un de madera, el otro de marfil).
En cuanto al reloj que aparece al principio de este artículo, es del Patek Philippe Museum. Proviene de la colección del relojero e historiador alemán Jürgen Abeler, situada en el museo privado, Wuppertaler Uhrenmuseum de Wuppertal en Rhénanie-du-Nord-Westphalie, hoy desaparecido.
Fuente:
Worldtempus y otros.
Espero que os distraiga.
Salve.
Fruto de una adquisición reciente, podemos hoy descubrir en uno de los escaparates de Patek Philippe Museum de Ginebra un reloj extraño acompañado por su cadena y por su llave de remontaje, preciosamente conservadas en su estuche, totalmente realizado en madera. Esta curiosidad relojera es la obra de un relojero nacido de una dinastía de artesanos rusos del siglo XIX: Bronnikov.
Gracias a las búsquedas recientes del Dr. Theodore R. Crom, ingeniero americano retirado, aficionado a la relojería antigua y autor de varios libros sobre los instrumentos de relojería , y de la ayuda preciosa que obtuvo por parte de Yuri Y. Yudin, un banquero ruso, nuestro conocimiento sobre Bronnikov y su obra se ve hoy renovado Lo que permitió aclarar numerosos errores trasladados de escritos a escritos sobre su producción.
Cuatro generaciones de artesanos de apelliddo Bronnikov estan catalogadas en la ciudad de Viatka (o Kirov). El más antiguo es Ivan T. Bronnikov (hacia 1770-1860), un carpintero hábil y un tornero. Con ocasión de una exposición artisanal y agrícola en 1837, el Ayuntamiento de Viatka le pide presentar algunos objetos hechos por su mano. Se niega, pretextando su edad, pero propone que su hijo, Semyon Ivanovitch (1800-1875), aporte su contribución .
Para la ocasión, éste realiza un reloj de bolsillo totalmente hecho de madera, proeza que impresiona fuertemente. El zarevitz, el futuro Alexandre II (1818-1881), visitando la exposición lo adquiere. Animado por su éxito, Semyon continúa fabricando relojes de madera, pero tambien de marfil. Tambien crea otros objetos, tales como gemelos, medallones o pequeños cofrecitos, el impacto de sus relojes le hace orientar su carrera hacia la relojería.
Cuentos y leyendas.
Una leyenda nos refiere que Semyon, habiendo tenido entre las manos un reloj que pertenecia a un vendedor rico, se encerrara en su taller durante varios meses, con riesgo de su salud, para producir un reloj de madera tan extraordinario que fue adquirido por el emperador de Japón. Esta historia también es contada bajo otra versión que dice que habrían sido seis años los que tardo Semyon para realizar este reloj. A menudo se ha dicho que es por falta de metales el que este relojero o sus descendientes realizaron sus relojes en materia orgánica. Esta afirmación es falsa porque Viatka es un pueblo importante y metalúrgico. Hay que buscar más bien la razón en el oficio de su abuelo, Ivan, y en el éxito conseguido por los primeros relojes de Semyon. .
Una variante dice que su esposa, preocupada por el prolongado encierro de su marido, lo izo internar en un centro de salud mental. Un año más tarde, después de haberse asegurado de su salud mental, los médicos lo dejaron irse y pudo así terminar su reloj. Todavía se comenta que este trabajo fue de tal envergadura que produjo no más de diez relojes durante toda su vida o qué su trabajo lo hizo volverse ciego pero que continuó a pesar de su ceguera creando relojes.
Estos relojes, que no fueron concebidos por una utilización diaria, estaban considerados curiosidades lujosas, raras y caras. Sus precios de venta eran importantes; le costaban al comprador aproximadamente 120 rublos la pieza, mientras que un reloj de oro valía entre 90 y 100 rublos.
Relojeros de padre a hijos
Semyon tiene siete hijos(hilos), entre los cuales Mikhaïl y Nikolaï Semyonovitch que persigue la obra de su padre. El último relojero conocido de la familia es Nikolaï Mikhailovitch, el hijo de Mikhaïl. Deja a Viatka para ir a Moscú en 1909 o 1910 y trabaja para la casa Pablo Buhré. Así como muchos artesanos de su tiempo, Bronnikov presentan sus productos en el momento de exposiciones locales o regionales pero igualmente en Moscú y en San Petersburgo. Así es como en 1867, el ministro ruso de Asuntos Exteriores les encarga dos pares de relojes;que son realizados en un mes y medio. Un premio de honor les será otorgado por ello en la Exposición de San Petesburgo. Otro ejemplo: en 1896, Mikhaïl Semyonovitch consigue una medalla de plata para un reloj acompañado por su cadena que se presenta en la Exposición industrial de todas las Rusias a Nizhny Novgorod. Estos premios y mencionnes le permiten obtener una fama cierta gracias a las recompensas obtenidas.. Bronnikov comercializa sus creaciones desde sus talleres de Viatka o desde los centros artesanales de los distritos regionales o provinciales. En total, sobre tres generaciones, su producción relojera de la dinastía Bronnikov puede ser considerada de unos quinientos relojes, creados sobre cerca de tres cuartos de siglo. El número de relojes que ha sobrevivido puede ser evaluado a aproximadamente doscientos. La firma esta grabada dentro del fondo de la caja en viejo alfabeto cirílico.
Inhabituales hasta el fin.
Los movimientos de estos relojes estan hechos de madera diversa, incluyendo el nogal, la madreselva, el boj, la palmera o el bambú endurecido. Las cajas están en boj, y después de 1895, en abedul, mientras que las esferas son a menudo decoradas con marfil o el hueso, ocasionalmente con nácar. Los relojes son a veces conservados en su estuche de protección, y suelen estar acompañados por una cadena y por una llave de remontar. Pero encontrarlos completos se volvió muy dificil.
Del punto de vista técnico, los relojes de Bronnikov son de una bella factura y presentan una construcción inhabitual. En lugar de tener las ruedas colocadas entre dos platinas, sea en una jaula, como es comúnmente el caso hasta finales del siglo XVIII, o entre la platina de base y los puentes, lo que se generaliza poco a poco después de 1800, es aquí la espalda de la esfera sirve de platina de base también formando parte integrante de la caja. La rueda de minuteria que conduce las agujas es bien visible en el centro de la esfera. Esta disposición es recurrente en casi quince años de producción, aunque también se compruebe una evolución en la forma del calibre , así como los cambios en el número de dientes de los móviles (ruedas y piñones).
Todavía anotemos que este tipo de construcción fue repetido a finales del siglo XIX por el relojero américano establecido en Ginebra, Albert Henry Potter (1836-1908), con sus relojes economicos manufacturados para los comerciales de Ginebra (1891-1895). Idea también que sirvio de base, al principio de los años 1980, de Swatch. En Rusia, el reloj Bronnikov es conservado en numerosos museos y en algunas colecciones particulares
Más cerca de nosotros, los vemos expuestos en el Mathematisch-Physikalischer Salon de Dresde, el Museo Internacional de Relojería de Chaux-de-Fonds y en el Uhrenmuseum Beyer de Zurich (dos relojes: un de madera, el otro de marfil).
En cuanto al reloj que aparece al principio de este artículo, es del Patek Philippe Museum. Proviene de la colección del relojero e historiador alemán Jürgen Abeler, situada en el museo privado, Wuppertaler Uhrenmuseum de Wuppertal en Rhénanie-du-Nord-Westphalie, hoy desaparecido.
Fuente:
Worldtempus y otros.
Espero que os distraiga.
Salve.