Hoy viernes 26 de noviembre, decido pasarme por el Centro Relojero Pedro Izquierdo. El motivo de mi visita es para la restauración de 2 relojes, un Longines y un Record. Llego al centro en torno a las 11 de la mañana, un poco nerviosillo de la emoción por poder conocer al maestro de la restauración. Al llegar, me atiende una señorita, preguntándome:
- Qué desea?
- Buenos días, venía porque quería saber si merece la pena restaurar este reloj (y le muestro el Record, reloj desconocido para mí, ya que con el Longines lo tenía clarísimo).
- Pues eso lo tiene que decidir usted.
- Lo sé, pero desconozco la marca y no sé si merece la pena o no.
- Nosotros no peritamos relojes y la restauración le costará de 150 € para arriba.
- Gracias señorita, pero no estoy preguntando ni el precio ni quiero que me lo periten, tan solo me gustaría saber o si alguien me pudiera aconsejar si como reloj, como máquina merece la pena restaurarlo o no.
- Esto no es un Omega (me responde).
- Ya lo leo también yo que no es un Omega, señorita, es un Record.
- Lo tiene que decidir usted, pero le cuesta mínimo 150 €
- Vale, pero no hay nadie que me pudiese aconsejar sobre este reloj?
- No, si quiere resturarlo lo tiene que decidir usted.
Como veía que no llegaba a ningún sitio, me armo de valor y le pregunto por el Maestro:
- Por favor, podría ver a don Pedro?
- No, él no le puede atender, puedo ayudarle yo?
- Bueno, está claro que usted no puede, ni tan siquiera para preguntarle a don Pedro si tiene 1 minuto.
Y con la ilusión que tenía esta mañana con la restauración de mis dos relojes en manos del maestro, me marcho del Centro con cara de tonto.
Finalmente, he decidido restaurar los 2 relojes, ya veremos como quedan. En cuanto estén listos, pondré fotos de los mismos.
Don Pedro, imagino que este post le interesará, porque si la señorita del mostrador atiende siempre a todo el mundo como me ha atendido a mi esta mañana, tira por tierra toda su obra y buen hacer, y supongo que muchos admiradores de su trabajo como es mi caso, quedan decepcionados en cuanto al trato frío, distante y deshumanizado.
Saludos a todos y mis respetos a don Pedro.
- Qué desea?
- Buenos días, venía porque quería saber si merece la pena restaurar este reloj (y le muestro el Record, reloj desconocido para mí, ya que con el Longines lo tenía clarísimo).
- Pues eso lo tiene que decidir usted.
- Lo sé, pero desconozco la marca y no sé si merece la pena o no.
- Nosotros no peritamos relojes y la restauración le costará de 150 € para arriba.
- Gracias señorita, pero no estoy preguntando ni el precio ni quiero que me lo periten, tan solo me gustaría saber o si alguien me pudiera aconsejar si como reloj, como máquina merece la pena restaurarlo o no.
- Esto no es un Omega (me responde).
- Ya lo leo también yo que no es un Omega, señorita, es un Record.
- Lo tiene que decidir usted, pero le cuesta mínimo 150 €
- Vale, pero no hay nadie que me pudiese aconsejar sobre este reloj?
- No, si quiere resturarlo lo tiene que decidir usted.
Como veía que no llegaba a ningún sitio, me armo de valor y le pregunto por el Maestro:
- Por favor, podría ver a don Pedro?
- No, él no le puede atender, puedo ayudarle yo?
- Bueno, está claro que usted no puede, ni tan siquiera para preguntarle a don Pedro si tiene 1 minuto.
Y con la ilusión que tenía esta mañana con la restauración de mis dos relojes en manos del maestro, me marcho del Centro con cara de tonto.
Finalmente, he decidido restaurar los 2 relojes, ya veremos como quedan. En cuanto estén listos, pondré fotos de los mismos.
Don Pedro, imagino que este post le interesará, porque si la señorita del mostrador atiende siempre a todo el mundo como me ha atendido a mi esta mañana, tira por tierra toda su obra y buen hacer, y supongo que muchos admiradores de su trabajo como es mi caso, quedan decepcionados en cuanto al trato frío, distante y deshumanizado.
Saludos a todos y mis respetos a don Pedro.