mornabis
Member
Muy buenas a todos,
He de confesaros, amigos, que tengo un gran miedo. Bueno, mejor dicho, hasta el día de hoy, lo he tenido.
Siempre he odiado los arañazos en los cristales de los relojes.
Si se araña un poquito la caja igual no le doy mucha importancia, pero si se me araña el cristal, ya no puedo mirar la hora. Solo veo el miserable rayajo en cada postura y con cada luz que lo miro, quitándoseme las ganas de portar el reloj en la muñeca. Si no puedo arreglarlo, cambio el cristal. Es por eso que siempre suelo usar plexis.
Incluso cuando voy de viaje, suelo tener un botecito de xerapol o polywatch en la maleta por si el tema se pone chungo... :neutral:
Pues bien, este miedo estaba empezando a convertirse en fobia, ya que, hace unos meses, arañé el cristal de mi tan preciado Pleamar.
No era gran cosa, no era profundo, era como varias rayitas microscópicas que solo se llegaban a ver con un ángulo determinado, pero yo ya no lo podía disfrutar.
Mira que me había dicho mil veces: "Porqué no le pones el plexi? con lo chulo que tiene que quedar, mira que un día de estos..." pero nada, ahí que iba yo de temerario por la vida...
El caso es que el otro día, tras una visita al centro relojero, Pedro me comentó que descartase la idea de sustituir el cristal, ya que me iba a salir muy caro...
No me quedó mas remedio que marcharme cavilando, acerca de como podría yo superar este tan pésimo bache que estaba acabando con mi salud.
"Pues le echo pasta de diamantes, de esa que uso para las navajas de afeitar, seguro que con eso queda estupendo..." Ingenuo de mí, pensaba yo.
Llego a casa, y manos a la obra que me pongo. Saco las herramientas de los trastos de afeitar, y, tras una esmerada limpieza del zafiro, pongo un chutezillo de la pasta de 1 micrómetro, de esa que viene en jeringa, la mas fina que tengo.
No creí que necesitara empezar con otra mas basta, ya que los arañazos eran casi imperceptibles, y estaba en lo cierto.
Me dejé el dedo gordo, ya que esta pasta no es de las desperdiciar, y no la apliqué sobre ningún material, usé mi pequeño dedo gordo, como hago con los plexis, pero aplicando mas fuerza, y conseguí que los arañazos se marcharan.:great:
Bueno se marcharan, en realidad llegaron otros inquilinos...:grrrrrr: mirando con otra luz de leds y otros ángulos, descubrí que los arañazos originales no se apreciaban en absoluto, pero por todo el cristal habían aparecido otros microscópicos, con forma de círculo, que a decir verdad, me molestaban menos que los primeros, pero ahí estaban, sin dejarme dormir....:grrrrrr:
El caso es que entre pesadillas, escuché una voz: Óxido de ceeeerioooooo!!!! me decía desde lejos y bajito.
Era internet, como siempre ahí, dándoselas de listilla, con su dulcecilla voz...
Coño, me dije, pues si cien gramos de esta mierda cuestan 16 euros... Ni un duro mas voy a pagar, incluso voy a tirar de cuenta premium de amazon de mi compi Abel, pero esto, lo pruebo yo... En plan maruja de "Las manchas, una solución quiero..."
Y joder, me llega el paquetito ese que es muy sospechoso, y digo yo: "Que bien, si hay un motonazo, aquí no voy a racanear. Hago una masilla, y a empapar bien un trapo, que no se respire miseria...".
Y gente, tras cinco minutitos de arrastrar por las microfibras mi pleamar, CINCO MINUTOS!!, el cristal ha quedado PERFECTO, se me saltan las lágrimas, oiga.
Os puedo asegurar que lo he inspeccionado al máximo, y ha quedado de maravilla.
Incluso ha mejorado con respecto a como lo había dejado con la pasta, ya que el cristal había cogido un aspecto "viejo", por los otros rayajillos. :yipi:
Miedo perdido, y capítulo superado. Mas contento estoy, que unas castañuelas... arty:arty:
Aquí os dejo una afotillo del susodicho óxido de cerio, y de la pasta de diamante.
Las fotos del pleamar ya las haré cuando me llegue la milanesa que le he pillado, ya que Rafa me ha quitado el miedo, ya que le he leído que le han quitado eslabones a una suya(no sabía que se podía). Y psicoac también me a animado con esta última foto del pleamar y copañía...
Espero que hayais disfrutado mucho con el tostón...
Un abrazo grande.
He de confesaros, amigos, que tengo un gran miedo. Bueno, mejor dicho, hasta el día de hoy, lo he tenido.
Siempre he odiado los arañazos en los cristales de los relojes.
Si se araña un poquito la caja igual no le doy mucha importancia, pero si se me araña el cristal, ya no puedo mirar la hora. Solo veo el miserable rayajo en cada postura y con cada luz que lo miro, quitándoseme las ganas de portar el reloj en la muñeca. Si no puedo arreglarlo, cambio el cristal. Es por eso que siempre suelo usar plexis.
Incluso cuando voy de viaje, suelo tener un botecito de xerapol o polywatch en la maleta por si el tema se pone chungo... :neutral:
Pues bien, este miedo estaba empezando a convertirse en fobia, ya que, hace unos meses, arañé el cristal de mi tan preciado Pleamar.
No era gran cosa, no era profundo, era como varias rayitas microscópicas que solo se llegaban a ver con un ángulo determinado, pero yo ya no lo podía disfrutar.
Mira que me había dicho mil veces: "Porqué no le pones el plexi? con lo chulo que tiene que quedar, mira que un día de estos..." pero nada, ahí que iba yo de temerario por la vida...
El caso es que el otro día, tras una visita al centro relojero, Pedro me comentó que descartase la idea de sustituir el cristal, ya que me iba a salir muy caro...
No me quedó mas remedio que marcharme cavilando, acerca de como podría yo superar este tan pésimo bache que estaba acabando con mi salud.
"Pues le echo pasta de diamantes, de esa que uso para las navajas de afeitar, seguro que con eso queda estupendo..." Ingenuo de mí, pensaba yo.
Llego a casa, y manos a la obra que me pongo. Saco las herramientas de los trastos de afeitar, y, tras una esmerada limpieza del zafiro, pongo un chutezillo de la pasta de 1 micrómetro, de esa que viene en jeringa, la mas fina que tengo.
No creí que necesitara empezar con otra mas basta, ya que los arañazos eran casi imperceptibles, y estaba en lo cierto.
Me dejé el dedo gordo, ya que esta pasta no es de las desperdiciar, y no la apliqué sobre ningún material, usé mi pequeño dedo gordo, como hago con los plexis, pero aplicando mas fuerza, y conseguí que los arañazos se marcharan.:great:
Bueno se marcharan, en realidad llegaron otros inquilinos...:grrrrrr: mirando con otra luz de leds y otros ángulos, descubrí que los arañazos originales no se apreciaban en absoluto, pero por todo el cristal habían aparecido otros microscópicos, con forma de círculo, que a decir verdad, me molestaban menos que los primeros, pero ahí estaban, sin dejarme dormir....:grrrrrr:
El caso es que entre pesadillas, escuché una voz: Óxido de ceeeerioooooo!!!! me decía desde lejos y bajito.
Era internet, como siempre ahí, dándoselas de listilla, con su dulcecilla voz...
Coño, me dije, pues si cien gramos de esta mierda cuestan 16 euros... Ni un duro mas voy a pagar, incluso voy a tirar de cuenta premium de amazon de mi compi Abel, pero esto, lo pruebo yo... En plan maruja de "Las manchas, una solución quiero..."
Y joder, me llega el paquetito ese que es muy sospechoso, y digo yo: "Que bien, si hay un motonazo, aquí no voy a racanear. Hago una masilla, y a empapar bien un trapo, que no se respire miseria...".
Y gente, tras cinco minutitos de arrastrar por las microfibras mi pleamar, CINCO MINUTOS!!, el cristal ha quedado PERFECTO, se me saltan las lágrimas, oiga.
Os puedo asegurar que lo he inspeccionado al máximo, y ha quedado de maravilla.
Incluso ha mejorado con respecto a como lo había dejado con la pasta, ya que el cristal había cogido un aspecto "viejo", por los otros rayajillos. :yipi:
Miedo perdido, y capítulo superado. Mas contento estoy, que unas castañuelas... arty:arty:
Aquí os dejo una afotillo del susodicho óxido de cerio, y de la pasta de diamante.
Las fotos del pleamar ya las haré cuando me llegue la milanesa que le he pillado, ya que Rafa me ha quitado el miedo, ya que le he leído que le han quitado eslabones a una suya(no sabía que se podía). Y psicoac también me a animado con esta última foto del pleamar y copañía...
Espero que hayais disfrutado mucho con el tostón...
Un abrazo grande.