Charlino
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“Esta criatura llega desde las profundidades del tiempo. Nada parece haberla forzado a cambiar, evolucionar o adaptarse. Con su andar robusto y tosco, ha surcado el tiempo, ha recorrido montañas submarinas y simas profundas sin verse afectada por las grandes crisis ecológicas que han diezmado tantas especies, algunas mucho más veloces que ella. Los límulos, también conocidos como cangrejos herradura, merecen nuestro respeto. Inmutable, su morfología apenas ha cambiado en los 150 millones de años que lleva viviendo en el fondo del mar”. (Pangatalan. La isla de los límulos. Por Laurent Ballesta. Blancpain, Letres du Brassus nº. 20).
Este verano, poco después de estrenar mi Orient King Master, estaba leyendo con él puesto un libro que también me habían regalado por mi cumpleaños; la descripción que hacían sobre el límulo, una criatura marina inmutable con el paso de los millones de años, me hizo mirar el King Master pensando que le venía como anillo al dedo. Es la sensación que me ha dado este reloj desde que cayó en mis manos. Es como su primitivo antecesor de los años 60, no ha cambiado en él casi nada en décadas, conserva toda su estética y sus detalles, su particular interpretación del estilo compresor que sigue gustando a muchos, y hasta su mismo tamaño.
Este mío es la primera versión del King Master, fabricado a finales de los años 90, pero en un estado impresionante, como nuevo, con el venerado calibre 469 que animó a infinidad de relojes Orient durante más de 40 años. Ya en los años 2000 apareció la segunda serie, exactamente igual y con el mismo calibre, pero con unos ligeros cambios en la pulsera, que pasaba a tener eslabones finales macizos y un cierre más moderno por pulsadores. La última serie ha supuesto el mayor cambio, el calibre 469 fue sustituido por el F6922 con el fin de dotar al reloj de cuerda manual y parada de segundero, igual que sucedió con el Mako y otros Orient a partir de 2015 y 2016. Ganó en eso, aunque perdió el pulsador a las dos, uno de los rasgos característicos del viejo King Diver, algo a lo que se puede dar más importancia o menos según las preferencias de cada uno. También vemos el nuevo calibre en la leyenda de 22 jewels de la esfera, a diferencia del tradicional 21 jewels.
El Orient King Master es una reedición muy fiel al original, pero está lógicamente actualizado en algunos aspectos para poder competir en el mercado, en concreto con una pulsera de acero de eslabones macizos, mucho mejor que las originales de chapa doblada típicas de la época, y un cristal mineral en lugar del plexiglás de los 60. La mejora de la pulsera me parece muy bien, lo del cristal ya no estoy tan seguro, quizá preferiría el plexi original para no temer a los arañazos en un cristal tan abombado. En cualquier caso son cambios lógicos y no quitan un ápice de encanto vintage al King Master, que es casi como tener un reloj de los años 60 en las manos. Aquí vemos un ejemplar del King Diver original (el brazalete no es el suyo, es difícil verlos con el original).
Y otro con la esfera gris y una correa.
Sin embargo, el reloj también se siente fresco y casi diría que “moderno”. En parte gracias al tamaño de 42mm, muy grande en los años 60 y totalmente de actualidad hoy día, y en parte porque con el gusto por lo retro, los relojes de estilo compresor gustan hoy día. Desde luego, los Orient King Diver de los años 60 eran en aquella época relojes muy modernos y llamativos por su estilo deportivo, su tamaño y su elaborada estética.
La época antigua de Orient es mucho más misteriosa que la de Seiko y otras marcas más conocidas en Occidente. Investigar algo sobre sus modelos antiguos a veces es casi como investigar sobre el yeti o sobre el monstruo del lago Ness. Para mí no es un inconveniente, es un incentivo para investigar más sobre la marca en busca de nuevos descubrimientos que a veces sorprenden. En Japón y otros países asiáticos, lógicamente, estarán más familiarizados desde siempre con los Orient antiguos, solo hay que ver las piezas maravillosas de los años 50 y 60 que suelen verse en venta habitualmente por allí, pero en Occidente las primeras décadas de Orient son tan desconocidas que cuando en 2020 sacaron su modelo Weekly Auto Orient King Diver para conmemorar los 70 años de la marca, casi todo el mundo se extrañó mucho de ese nombre y de que no llevase “su logotipo de toda la vida”.
Y es que el logotipo del escudo con la O, coronado y flanqueado por leones rampantes, que quedó como el más representativo de la marca, no apareció hasta casi 20 años después de la fundación de la misma. Antes apareció, ya en 1951, el logotipo de los Orient Star, y luego se sucedieron distintos nombres con la palabra Orient incluida y aún sin el logotipo famoso, como Orient Star Dynamic, Olympia Orient, Orient Fineness, Royal Orient, Orient AAA De Luxe, Calendar Auto Orient, Weekly Auto Orient. Entre ellos, se ve una línea de evolución. En Orient, una de las dificultades para estudiar los modelos antiguos es que no se les puede datar con exactitud, al no tener un número de serie con fecha como los Seiko, o los Citizen de los años 60 en adelante. Hay poca información y muchas veces contradictoria; según la fuente, el mismo modelo se empezó a fabricar en 1964, o en 1965, o en el 67,…Salvo en casos concretos de modelos de los que se sabe el año con seguridad, lo prudente es no dar fechas. Pero se ve una línea de evolución de los modelos en función de los avances técnicos que iban adoptando. En un corto periodo de tiempo, los 60 en este caso, se puede ver de cuándo son por el nivel de evolución del modelo. Así, se ve la evolución primero por la adopción de la fecha a la que se sumó poco después el día de la semana. Esto fue muy importante en aquella época, algo que damos por básico hoy día como la ventana con la fecha, supuso un avance tan importante en aquellos tiempos que daba nombre a los modelos que lo iban incorporando, como sucedió en 1945 con el Rolex Datejust, o en 1954 con el Tissot Visodate. Volviendo con Orient, a los relojes que fueron incorporando la fecha, y poco después el del día de la semana, se les añadió luego el hermetismo al agua, apareciendo los modelos llamados swimmer (nadador) y los diver (buceador) y King Diver (rey buceador).
Un Calendar Auto Orient, con fecha como indica su nombre pero aún sin nada de hermetismo; principios de los 60.
Weekly Auto Orient, que a la fecha de los Calendar añadía el día de la semana como su nombre indica, y aún era “de secano”.
Un modelo de Weekly Auto Orient de vestir, sin hermetismo, con una tapa en la que vemos la inscripción Calendar Auto Orient Weekly, anunciando que es un Calendar pero ya con día de la semana también; es un modelo de transición entre las familias Calendar y Weekly.
Calendar Auto Orient Swimmer (nadador). Este ya es un reloj con fecha al que se ha añadido algo de hermetismo al agua.
Un Calendar Auto Orient Swimmer también de esfera clara y una bonita decoración de un tiburón en la trasera.
Calendar Auto Orient Diver 40M, con fecha y apto para buceo. Y otra variante, Calendar Auto Orient 21 Diver, de 1964.
Weekly Auto Orient King Diver, de 1965, que a la fecha y día añade la resistencia al agua para buceo a poca profundidad. Calibre Orient 660 muy afamado, con cuerda automática basada en el sistema Pellaton de IWC. Es del que se hizo la excelente y fiel reedición para el 70 Aniversario de la marca en 2020.
Finalmente, cuando se asumió ya como normal la incorporación de calendario de fecha y día, a finales de los años 60 quedó solo el nombre Orient y el logotipo a partir de entonces habitual, con el apellido King Diver en el modelo resultante de toda la evolución anterior que es el que homenajean los King Master. Los primeros llevaron el calibre 1942 de 21 jewels, igual que los primeros World Diver, para luego pasar ya a principios de los 70’s al calibre 469 en su primera versión.
Hubo algunos modelos intermedios, como eslabones perdidos, que unían la familia de los Calendar Auto con la de los King Diver.
Y modelos con un primer logotipo solo con una gran O de Orient en color rojo, primer germen del posterior logo definitivo en que la O entraba en el escudo coronado flanqueado por leones. Es el Calendar Orient AAA Swimmer.
Otra curiosidad fueron los Orient de las series Calendar y King Diver en versiones Horas del Mundo, otra característica que tuvo mucho éxito en la época. Primero fue el Calendar Auto Orient World Trip, de 1964, que apareció en la serie de TV de 1965 Spy Catcher J3 como equipamiento de una especie de James Bond a la japonesa; este agente especial tenía un equipamiento muy moderno, conducía una especie de Chevrolet Corvette Stingray anfibio y en la muñeca llevaba un Calendar Auto Orient Swimmer World Trip.
Desde finales de los 60 hasta mediados de los 70, otro horas del mundo, el famoso Orient World Diver (según unas fuentes empezó en 1967, y según otras en el 69), este sí mucho más conocido ya en Occidente, primero con el calibre 1942 y ventanas de día a las 9 y fecha a las 3, y a partir de 1973 en las versiones posteriores con el entonces nuevo calibre 46941, primero llamados aún World Diver y finalmente solo WD, cuando la ley dejó de permitir el uso de la palabra diver en relojes que no cumpliesen la norma ISO correspondiente.
En 1965 Orient dio a luz una bestia que aún hoy día sorprende, imaginemos en su época (según alguna fuente, sería de 1969). Cuando los King Diver habituales tenían aún una limitada resistencia al agua de wr.40m, y los wr.150m se veían como verdaderas herramientas de buceo, Orient puso en la calle este mostruo abisal con hermetismo wr. 1000M y, aunque con un diámetro de unos 38mm, un aspecto contundente por su caja (suiza) de formas macizas, su plexi abombado y su diseño general. Dicen que puesto en la muñeca parece más grande.
Y por último, quiero enseñar también otro curioso eslabón perdido. Este fue el Weekly Auto Orient ya con la estética exacta del King Diver de 1968-69. Esfera gris rayos de sol, con el logotipo del escudo y los leones, las tres estrellas, cruceta blanca, mismos índices aplicados en forma de pódium, y la caja ya del King Diver con sus coronas a las 3 y las 4, pero aún el nombre del Weekly Auto Orient y la ventana del día a las 6.
Ese era el contexto en el que nació el Orient King Diver al que rinde culto el King Master, y por lo tanto esos son los orígenes de esta reedición que os presento. Hubo más modelos, comentar sobre todos ellos sería muy largo y siempre quedarían más por enseñar, porque los años 60 fueron enormemente productivos en Orient y en toda la industria japonesa en general. Viendo estos ejemplos quedan pocas dudas de lo fiel que es el King Master y de por qué es un reloj que transmite toda la esencia y la tradición de los primeros tiempos de la saga acuática de Orient.
Mi Orient King Master.
Orient suele hacer unas reediciones muy fieles al original, pero en este caso lo llevaron al extremo. Hasta la misma medida de 42mm. Características tan particulares de aquel Orient de los años 60 como los apliques de las horas cuadrados y en forma de pódium fueron calcados en el King Master. También la forma y tamaño de los índices del bisel interno, el tamaño del logotipo, que es un gran aplique al estilo antiguo (una pena que hoy día lo hagan más pequeño), la cruceta blanca que divide la esfera en cuartos, las agujas exactamente iguales en forma y tamaño, el estriado del bisel externo es exacto al del modelo original, aunque lógicamente, después de medio siglo, el de los King Diver antiguos que han sobrevivido se ve ya más redondeado, desgastado. O las dos coronas firmadas con la O de Orient en alto relieve. En cada detalle, el King Master ha heredado todos los rasgos de su abuelo de los años 60. Muy japonés y muy Orient, tiene todo lo que un amante de la marca puede desear.
Visto más de cerca, se puede ver la calidad y el nivel de elaboración de la esfera, con unos apliques gruesos y todo bien rematado.
Me encantan los apliques de los Orient, son gruesos, bien hechos. Las tradicionales tres estrellas de Orient significan que el reloj tiene calidad, diseño y precio buenos. Son cosas de otros tiempos, pero eso es tradición, es parte del encanto de un reloj como este. Y es cierto, este como todos los Orient que las han llevado, cumplen con estas tres características que representan muy bien a la marca.
La caja tiene las mismas formas que la del abuelo, hasta en el achaflanado de las asas entre las caras superior y lateral; también las bonitas coronas, grandes y cómodas, abombadas al estilo antiguo y firmadas con un abultado y bonito alto relieve con la gran O, el bisel estriado tan típico de la época,…se cuidó hasta el más mínimo detalle al reeditar este modelo de forma fiel al original.
El cristal abombado es una de las cosas que me encantan de este reloj, como de otros relojes de estilo clásico, aunque tenga sus inconvenientes. El original tenía un plexiglás, mientras que este es cristal mineral. No se tiene la despreocupación ante posibles rayones que tenemos con un plexi, como en los Vostok Amphibia y Komandirskie, pero visualmente es igual que el antiguo plexi del King Diver, precioso.
La lupa sobre la fecha es otro detalle característico del King Diver original que se ha mantenido, a mí me gusta mucho y resulta práctica para vistas ya un poco cansadas; no es que los Orient tengan los números de los discos de fecha pequeños, se leen bien normalmente, pero la lupa se nota bastante, ayuda aunque no a todo el mundo le gusta.
Es un cristal grande, bastante alto, biselado y abombado, y crea unas distorsiones importantes en la esfera y agujas al mirarlo acostado, todo lo cual le da un perfecto carácter vintage al reloj. A parte de lo expuesto que está a los arañazos, un inconveniente es también la gran cantidad de reflejos que produce, lo que junto a la esfera gris rayos de sol y los brillos de los apliques, dificulta bastante las fotografías. Un ejemplo, en esta foto al lado de su hermano el Orient Voyager se ve la diferencia, en las mismas condiciones de luz, entre un buen cristal de zafiro plano y con anti reflejos y uno mineral abombado sin anti reflejos; el Voyager parece que no tiene cristal, y el King es todo reflejos…
La trasera es de fondo ciego, una tapa de acero roscada con la información técnica habitual en los relojes, donde destacan dos cosas. Primero, que el reloj es anterior a la etapa EPSON de Orient, donde ya nos hemos acostumbrado a aquello que tanto nos extrañó hace pocos años de ver ese nombre en los Orient. En este, como en todos los anteriores a 2017, la firma es Orient Watch Co. LTD. Eso no es ni mejor ni peor, Orient goza ahora de muy buena salud y los Orient actuales son Orient de pies a cabeza, fabricados por la manufactura nipona como siempre y con sus propios diseños y señas de identidad, sus genes. Pero la verdad es que a mí me gusta más ver el Orient Watch Co. en la trasera.
A parte, lo que más me gusta de la trasera es la decoración del marlín saltando entre las olas. Es una decoración sencilla, pero está ahí, y es una decoración típica de ambiente marinero que siempre gusta en los relojes diver o de estilo diver. Es el mismo marlín de los Racer de los años 90 o de los famosos Casio Marlin digitales de los 80 o el de agujas más actual, indicador de que estamos ante un reloj apto para actividades acuáticas. Todos los King Master han tenido en la tapa trasera su marlín, tanto los 469 como el último F6922, pero curiosamente a partir de 2017, cuando desapareció el Orient Watch Co. LTD a cambio del EPSON, el marlín también desapareció, quedando una trasera más sosa.
Aunque no era una decoración propia del King Diver de los 60, sí era quizá por eso un sello de identidad de la reedición King Master, quizá lo único que le diferenciaba del original, y a mí me gusta que lo tenga.
El brazalete de acero de este King Master primera serie es de eslabones macizos, con eslabones finales huecos y cierre de chapa doblada. Viene a ser de una calidad similar a la del Orient Mako, correcto para el reloj. Es entero cepillado, sin adornos, con filas de tres eslabones, más ancho el central. Un brazalete sencillo y propio de un reloj de estilo deportivo.
El brazalete se va estrechando hacia el cierre, lo que a mí me da más sensación vintage, y el cierre es a la antigua usanza, por presión en lugar de doble pulsador. Tener un cierre de estilo antiguo tiene sus inconvenientes y sus ventajas. No es tan cómodo como los cierres de pulsadores pero no me importa, tengo bastantes relojes veteranos con cierres así y estoy acostumbrado, además aumenta la sensación de vintage que me gusta de este. Lo mejor es que tiene seis puntos de micro ajuste, un lujo en estos tiempos en que nos obligan a andar quitando y poniendo eslabones durante el año por culpa de los cierres modernos con solo tres, dos o ningún punto de micro ajuste. En el extremo opuesto están los relojes como el Seiko SARX. El brazalete es excelente, mucho mejor que el del King Master, con un cierre muy elegante, totalmente enrasado, pero sin un solo punto de ajuste, con lo cual ya sé que dentro de poco al empezar el otoño toca andar añadiendo eslabones, ¿uno entero, o medio eslabón? ¿Quizá eslabón y medio, o eso ya más adelante con el frío de pleno invierno?...un rollo. Con el cierre antiguo de mi King Master no tengo ese problema.
El brazalete es una de las cosas que cambian en las distintas versiones del King Master. A partir de la segunda versión de principios de los 2000 tiene eslabones finales macizos y cierre por doble pulsador, con menos micro ajuste.
En cuanto al calibre, el King Master como he dicho equipó el 46943 hasta el año 2015-2016 en que se cambió por el calibre F6922, con cuerda manual y parada de segundero, más acorde ya a los tiempos y a la competencia del 4R36 de Seiko. Es la mejora más importante del modelo durante sus 25 años en el mercado, lógica si tenemos en cuenta que lo mismo ocurrió con los Mako y Ray, con los Sun and Moon, el Curator y otros modelos de la marca, a partir de alrededor de 2016. Tengo el Mako II, comprado en 2018, ya con el calibre F6922, y siempre me he alegrado de tenerlo con cuerda manual y parada de segundero. A mí sin embargo, en el caso del King Master, me encanta haber conseguido uno con el calibre 469. En otros modelos de Orient de concepción o estilo más modernos agradezco más el F6922, el 469 podía parecer ya anacrónico al carecer de cuerda manual y parada, pero el King Master es una reedición muy fiel del King Diver de los 60, tan fiel que, en este caso, sí echo de menos el pulsador de las dos en la versión más moderna. Además me encanta saber que dentro de mi King está este calibre mítico de la marca, que equipó a muchos Orient durante más de 40 años, y que es mucho más cercano al calibre del King Diver original al que homenajea. De hecho, los King Diver incorporaron el 46940 a partir de 1971 cuando este calibre empezó a fabricarse. Y en 2011, Orient le hizo un merecido homenaje a su calibre 469, con la Edición Especial del King Diver Cal. 469 40th Anniversary.
Por eso, por ser un calibre legendario en la marca, el calibre que trajo a los Orient mecánicos desde los tiempos antiguos hasta la época actual, y por transmitir más sensaciones de vintage, que es lo que más me gusta del King Master, me encanta haber podido conseguir un King Master 469, más purista imposible. Seguramente mi suerte ha sido que no pocos prefieren el King con el calibre moderno, y quizá por eso he podido yo hacerme con este, y como nuevo. Por supuesto, esto es mi gusto personal, también es lógico que muchos lo prefieran con el calibre más moderno, en cualquier caso el King Master es el mismo salvo esos detalles.
Me encanta esta zona con las dos coronas grandes firmadas con la O y el pulsador a las 2. Llevo toda la vida viéndola en el World Diver de mi padre de 1972, el reloj que hizo que me gustase Orient desde que tengo uso de razón.
El reloj se siente muy cómodo en la muñeca. En la época del King Diver original sus 42mm se verían muy grandes, pero hoy día es un tamaño estándar para un reloj deportivo con bisel ancho, y además del tamaño perfecto, el reloj tiene un peso moderado y un brazalete cómodo. Es un reloj que por bonito, equilibrado y cómodo no dan ganas de quitárselo.
Aún no me puedo creer que este reloj haya caído en mis manos, tan nuevo como si no se hubiese estrenado, sin un arañazo, sin una sola marca en el cristal, hasta con su pegatina de protección aún en la tapa trasera cuando lo compré y el brazalete impoluto, sin una sola marca ni siquiera en el cierre. Es un reloj que podía haber pasado por un NOS, aunque por lo visto no lo era. Con algo más de 20 años está nuevo, no sé cómo lo habrán usado para estar así. Muy, muy poco y con un mimo exquisito, porque se ve que no tiene nada pulido y lo tiene todo absolutamente original. Ahora ya le he hecho algún arañacillo en el brazalete, que normalmente ni se ve, porque estoy disfrutando usándolo, aunque con más cuidado aún que con otros de mis relojes favoritos, porque lo considero sin duda un icono de la marca y un reloj de colección. De hecho el King Master ha enriquecido mucho mi colección de Orient.
Gracias por interesaros por el tema y por llegar hasta aquí.
Hoy día Orient ha llegado a tener muchos modelos acuáticos de calidad, los Mako y Ray, Kamasu, M-Force, diver certificados y piezas de categoría como el imponente Pro Saturation 300M, los Triton, Orient Star 200M, etc. Ahí queda el reportaje para todo aquel que quiera saber un poco más sobre Orient y sobre sus comienzos en el mundo de los relojes acuáticos, el inicio de una de las lineas más importantes de la historia de la marca.
Aunque el King Master no sea una novedad, espero que haya resultado entretenido ver tantos Orient antiguos y que el reportaje y el reloj hayan sido del agrado general, no solo de los Orient adictos.
¡Saludos!
Este verano, poco después de estrenar mi Orient King Master, estaba leyendo con él puesto un libro que también me habían regalado por mi cumpleaños; la descripción que hacían sobre el límulo, una criatura marina inmutable con el paso de los millones de años, me hizo mirar el King Master pensando que le venía como anillo al dedo. Es la sensación que me ha dado este reloj desde que cayó en mis manos. Es como su primitivo antecesor de los años 60, no ha cambiado en él casi nada en décadas, conserva toda su estética y sus detalles, su particular interpretación del estilo compresor que sigue gustando a muchos, y hasta su mismo tamaño.
Este mío es la primera versión del King Master, fabricado a finales de los años 90, pero en un estado impresionante, como nuevo, con el venerado calibre 469 que animó a infinidad de relojes Orient durante más de 40 años. Ya en los años 2000 apareció la segunda serie, exactamente igual y con el mismo calibre, pero con unos ligeros cambios en la pulsera, que pasaba a tener eslabones finales macizos y un cierre más moderno por pulsadores. La última serie ha supuesto el mayor cambio, el calibre 469 fue sustituido por el F6922 con el fin de dotar al reloj de cuerda manual y parada de segundero, igual que sucedió con el Mako y otros Orient a partir de 2015 y 2016. Ganó en eso, aunque perdió el pulsador a las dos, uno de los rasgos característicos del viejo King Diver, algo a lo que se puede dar más importancia o menos según las preferencias de cada uno. También vemos el nuevo calibre en la leyenda de 22 jewels de la esfera, a diferencia del tradicional 21 jewels.
El Orient King Master es una reedición muy fiel al original, pero está lógicamente actualizado en algunos aspectos para poder competir en el mercado, en concreto con una pulsera de acero de eslabones macizos, mucho mejor que las originales de chapa doblada típicas de la época, y un cristal mineral en lugar del plexiglás de los 60. La mejora de la pulsera me parece muy bien, lo del cristal ya no estoy tan seguro, quizá preferiría el plexi original para no temer a los arañazos en un cristal tan abombado. En cualquier caso son cambios lógicos y no quitan un ápice de encanto vintage al King Master, que es casi como tener un reloj de los años 60 en las manos. Aquí vemos un ejemplar del King Diver original (el brazalete no es el suyo, es difícil verlos con el original).
Y otro con la esfera gris y una correa.
Sin embargo, el reloj también se siente fresco y casi diría que “moderno”. En parte gracias al tamaño de 42mm, muy grande en los años 60 y totalmente de actualidad hoy día, y en parte porque con el gusto por lo retro, los relojes de estilo compresor gustan hoy día. Desde luego, los Orient King Diver de los años 60 eran en aquella época relojes muy modernos y llamativos por su estilo deportivo, su tamaño y su elaborada estética.
La época antigua de Orient es mucho más misteriosa que la de Seiko y otras marcas más conocidas en Occidente. Investigar algo sobre sus modelos antiguos a veces es casi como investigar sobre el yeti o sobre el monstruo del lago Ness. Para mí no es un inconveniente, es un incentivo para investigar más sobre la marca en busca de nuevos descubrimientos que a veces sorprenden. En Japón y otros países asiáticos, lógicamente, estarán más familiarizados desde siempre con los Orient antiguos, solo hay que ver las piezas maravillosas de los años 50 y 60 que suelen verse en venta habitualmente por allí, pero en Occidente las primeras décadas de Orient son tan desconocidas que cuando en 2020 sacaron su modelo Weekly Auto Orient King Diver para conmemorar los 70 años de la marca, casi todo el mundo se extrañó mucho de ese nombre y de que no llevase “su logotipo de toda la vida”.
Y es que el logotipo del escudo con la O, coronado y flanqueado por leones rampantes, que quedó como el más representativo de la marca, no apareció hasta casi 20 años después de la fundación de la misma. Antes apareció, ya en 1951, el logotipo de los Orient Star, y luego se sucedieron distintos nombres con la palabra Orient incluida y aún sin el logotipo famoso, como Orient Star Dynamic, Olympia Orient, Orient Fineness, Royal Orient, Orient AAA De Luxe, Calendar Auto Orient, Weekly Auto Orient. Entre ellos, se ve una línea de evolución. En Orient, una de las dificultades para estudiar los modelos antiguos es que no se les puede datar con exactitud, al no tener un número de serie con fecha como los Seiko, o los Citizen de los años 60 en adelante. Hay poca información y muchas veces contradictoria; según la fuente, el mismo modelo se empezó a fabricar en 1964, o en 1965, o en el 67,…Salvo en casos concretos de modelos de los que se sabe el año con seguridad, lo prudente es no dar fechas. Pero se ve una línea de evolución de los modelos en función de los avances técnicos que iban adoptando. En un corto periodo de tiempo, los 60 en este caso, se puede ver de cuándo son por el nivel de evolución del modelo. Así, se ve la evolución primero por la adopción de la fecha a la que se sumó poco después el día de la semana. Esto fue muy importante en aquella época, algo que damos por básico hoy día como la ventana con la fecha, supuso un avance tan importante en aquellos tiempos que daba nombre a los modelos que lo iban incorporando, como sucedió en 1945 con el Rolex Datejust, o en 1954 con el Tissot Visodate. Volviendo con Orient, a los relojes que fueron incorporando la fecha, y poco después el del día de la semana, se les añadió luego el hermetismo al agua, apareciendo los modelos llamados swimmer (nadador) y los diver (buceador) y King Diver (rey buceador).
Un Calendar Auto Orient, con fecha como indica su nombre pero aún sin nada de hermetismo; principios de los 60.
Weekly Auto Orient, que a la fecha de los Calendar añadía el día de la semana como su nombre indica, y aún era “de secano”.
Un modelo de Weekly Auto Orient de vestir, sin hermetismo, con una tapa en la que vemos la inscripción Calendar Auto Orient Weekly, anunciando que es un Calendar pero ya con día de la semana también; es un modelo de transición entre las familias Calendar y Weekly.
Calendar Auto Orient Swimmer (nadador). Este ya es un reloj con fecha al que se ha añadido algo de hermetismo al agua.
Un Calendar Auto Orient Swimmer también de esfera clara y una bonita decoración de un tiburón en la trasera.
Calendar Auto Orient Diver 40M, con fecha y apto para buceo. Y otra variante, Calendar Auto Orient 21 Diver, de 1964.
Weekly Auto Orient King Diver, de 1965, que a la fecha y día añade la resistencia al agua para buceo a poca profundidad. Calibre Orient 660 muy afamado, con cuerda automática basada en el sistema Pellaton de IWC. Es del que se hizo la excelente y fiel reedición para el 70 Aniversario de la marca en 2020.
Finalmente, cuando se asumió ya como normal la incorporación de calendario de fecha y día, a finales de los años 60 quedó solo el nombre Orient y el logotipo a partir de entonces habitual, con el apellido King Diver en el modelo resultante de toda la evolución anterior que es el que homenajean los King Master. Los primeros llevaron el calibre 1942 de 21 jewels, igual que los primeros World Diver, para luego pasar ya a principios de los 70’s al calibre 469 en su primera versión.
Hubo algunos modelos intermedios, como eslabones perdidos, que unían la familia de los Calendar Auto con la de los King Diver.
Y modelos con un primer logotipo solo con una gran O de Orient en color rojo, primer germen del posterior logo definitivo en que la O entraba en el escudo coronado flanqueado por leones. Es el Calendar Orient AAA Swimmer.
Otra curiosidad fueron los Orient de las series Calendar y King Diver en versiones Horas del Mundo, otra característica que tuvo mucho éxito en la época. Primero fue el Calendar Auto Orient World Trip, de 1964, que apareció en la serie de TV de 1965 Spy Catcher J3 como equipamiento de una especie de James Bond a la japonesa; este agente especial tenía un equipamiento muy moderno, conducía una especie de Chevrolet Corvette Stingray anfibio y en la muñeca llevaba un Calendar Auto Orient Swimmer World Trip.
Desde finales de los 60 hasta mediados de los 70, otro horas del mundo, el famoso Orient World Diver (según unas fuentes empezó en 1967, y según otras en el 69), este sí mucho más conocido ya en Occidente, primero con el calibre 1942 y ventanas de día a las 9 y fecha a las 3, y a partir de 1973 en las versiones posteriores con el entonces nuevo calibre 46941, primero llamados aún World Diver y finalmente solo WD, cuando la ley dejó de permitir el uso de la palabra diver en relojes que no cumpliesen la norma ISO correspondiente.
En 1965 Orient dio a luz una bestia que aún hoy día sorprende, imaginemos en su época (según alguna fuente, sería de 1969). Cuando los King Diver habituales tenían aún una limitada resistencia al agua de wr.40m, y los wr.150m se veían como verdaderas herramientas de buceo, Orient puso en la calle este mostruo abisal con hermetismo wr. 1000M y, aunque con un diámetro de unos 38mm, un aspecto contundente por su caja (suiza) de formas macizas, su plexi abombado y su diseño general. Dicen que puesto en la muñeca parece más grande.
Y por último, quiero enseñar también otro curioso eslabón perdido. Este fue el Weekly Auto Orient ya con la estética exacta del King Diver de 1968-69. Esfera gris rayos de sol, con el logotipo del escudo y los leones, las tres estrellas, cruceta blanca, mismos índices aplicados en forma de pódium, y la caja ya del King Diver con sus coronas a las 3 y las 4, pero aún el nombre del Weekly Auto Orient y la ventana del día a las 6.
Ese era el contexto en el que nació el Orient King Diver al que rinde culto el King Master, y por lo tanto esos son los orígenes de esta reedición que os presento. Hubo más modelos, comentar sobre todos ellos sería muy largo y siempre quedarían más por enseñar, porque los años 60 fueron enormemente productivos en Orient y en toda la industria japonesa en general. Viendo estos ejemplos quedan pocas dudas de lo fiel que es el King Master y de por qué es un reloj que transmite toda la esencia y la tradición de los primeros tiempos de la saga acuática de Orient.
Mi Orient King Master.
Orient suele hacer unas reediciones muy fieles al original, pero en este caso lo llevaron al extremo. Hasta la misma medida de 42mm. Características tan particulares de aquel Orient de los años 60 como los apliques de las horas cuadrados y en forma de pódium fueron calcados en el King Master. También la forma y tamaño de los índices del bisel interno, el tamaño del logotipo, que es un gran aplique al estilo antiguo (una pena que hoy día lo hagan más pequeño), la cruceta blanca que divide la esfera en cuartos, las agujas exactamente iguales en forma y tamaño, el estriado del bisel externo es exacto al del modelo original, aunque lógicamente, después de medio siglo, el de los King Diver antiguos que han sobrevivido se ve ya más redondeado, desgastado. O las dos coronas firmadas con la O de Orient en alto relieve. En cada detalle, el King Master ha heredado todos los rasgos de su abuelo de los años 60. Muy japonés y muy Orient, tiene todo lo que un amante de la marca puede desear.
Visto más de cerca, se puede ver la calidad y el nivel de elaboración de la esfera, con unos apliques gruesos y todo bien rematado.
Me encantan los apliques de los Orient, son gruesos, bien hechos. Las tradicionales tres estrellas de Orient significan que el reloj tiene calidad, diseño y precio buenos. Son cosas de otros tiempos, pero eso es tradición, es parte del encanto de un reloj como este. Y es cierto, este como todos los Orient que las han llevado, cumplen con estas tres características que representan muy bien a la marca.
La caja tiene las mismas formas que la del abuelo, hasta en el achaflanado de las asas entre las caras superior y lateral; también las bonitas coronas, grandes y cómodas, abombadas al estilo antiguo y firmadas con un abultado y bonito alto relieve con la gran O, el bisel estriado tan típico de la época,…se cuidó hasta el más mínimo detalle al reeditar este modelo de forma fiel al original.
El cristal abombado es una de las cosas que me encantan de este reloj, como de otros relojes de estilo clásico, aunque tenga sus inconvenientes. El original tenía un plexiglás, mientras que este es cristal mineral. No se tiene la despreocupación ante posibles rayones que tenemos con un plexi, como en los Vostok Amphibia y Komandirskie, pero visualmente es igual que el antiguo plexi del King Diver, precioso.
La lupa sobre la fecha es otro detalle característico del King Diver original que se ha mantenido, a mí me gusta mucho y resulta práctica para vistas ya un poco cansadas; no es que los Orient tengan los números de los discos de fecha pequeños, se leen bien normalmente, pero la lupa se nota bastante, ayuda aunque no a todo el mundo le gusta.
Es un cristal grande, bastante alto, biselado y abombado, y crea unas distorsiones importantes en la esfera y agujas al mirarlo acostado, todo lo cual le da un perfecto carácter vintage al reloj. A parte de lo expuesto que está a los arañazos, un inconveniente es también la gran cantidad de reflejos que produce, lo que junto a la esfera gris rayos de sol y los brillos de los apliques, dificulta bastante las fotografías. Un ejemplo, en esta foto al lado de su hermano el Orient Voyager se ve la diferencia, en las mismas condiciones de luz, entre un buen cristal de zafiro plano y con anti reflejos y uno mineral abombado sin anti reflejos; el Voyager parece que no tiene cristal, y el King es todo reflejos…
La trasera es de fondo ciego, una tapa de acero roscada con la información técnica habitual en los relojes, donde destacan dos cosas. Primero, que el reloj es anterior a la etapa EPSON de Orient, donde ya nos hemos acostumbrado a aquello que tanto nos extrañó hace pocos años de ver ese nombre en los Orient. En este, como en todos los anteriores a 2017, la firma es Orient Watch Co. LTD. Eso no es ni mejor ni peor, Orient goza ahora de muy buena salud y los Orient actuales son Orient de pies a cabeza, fabricados por la manufactura nipona como siempre y con sus propios diseños y señas de identidad, sus genes. Pero la verdad es que a mí me gusta más ver el Orient Watch Co. en la trasera.
A parte, lo que más me gusta de la trasera es la decoración del marlín saltando entre las olas. Es una decoración sencilla, pero está ahí, y es una decoración típica de ambiente marinero que siempre gusta en los relojes diver o de estilo diver. Es el mismo marlín de los Racer de los años 90 o de los famosos Casio Marlin digitales de los 80 o el de agujas más actual, indicador de que estamos ante un reloj apto para actividades acuáticas. Todos los King Master han tenido en la tapa trasera su marlín, tanto los 469 como el último F6922, pero curiosamente a partir de 2017, cuando desapareció el Orient Watch Co. LTD a cambio del EPSON, el marlín también desapareció, quedando una trasera más sosa.
Aunque no era una decoración propia del King Diver de los 60, sí era quizá por eso un sello de identidad de la reedición King Master, quizá lo único que le diferenciaba del original, y a mí me gusta que lo tenga.
El brazalete de acero de este King Master primera serie es de eslabones macizos, con eslabones finales huecos y cierre de chapa doblada. Viene a ser de una calidad similar a la del Orient Mako, correcto para el reloj. Es entero cepillado, sin adornos, con filas de tres eslabones, más ancho el central. Un brazalete sencillo y propio de un reloj de estilo deportivo.
El brazalete se va estrechando hacia el cierre, lo que a mí me da más sensación vintage, y el cierre es a la antigua usanza, por presión en lugar de doble pulsador. Tener un cierre de estilo antiguo tiene sus inconvenientes y sus ventajas. No es tan cómodo como los cierres de pulsadores pero no me importa, tengo bastantes relojes veteranos con cierres así y estoy acostumbrado, además aumenta la sensación de vintage que me gusta de este. Lo mejor es que tiene seis puntos de micro ajuste, un lujo en estos tiempos en que nos obligan a andar quitando y poniendo eslabones durante el año por culpa de los cierres modernos con solo tres, dos o ningún punto de micro ajuste. En el extremo opuesto están los relojes como el Seiko SARX. El brazalete es excelente, mucho mejor que el del King Master, con un cierre muy elegante, totalmente enrasado, pero sin un solo punto de ajuste, con lo cual ya sé que dentro de poco al empezar el otoño toca andar añadiendo eslabones, ¿uno entero, o medio eslabón? ¿Quizá eslabón y medio, o eso ya más adelante con el frío de pleno invierno?...un rollo. Con el cierre antiguo de mi King Master no tengo ese problema.
El brazalete es una de las cosas que cambian en las distintas versiones del King Master. A partir de la segunda versión de principios de los 2000 tiene eslabones finales macizos y cierre por doble pulsador, con menos micro ajuste.
En cuanto al calibre, el King Master como he dicho equipó el 46943 hasta el año 2015-2016 en que se cambió por el calibre F6922, con cuerda manual y parada de segundero, más acorde ya a los tiempos y a la competencia del 4R36 de Seiko. Es la mejora más importante del modelo durante sus 25 años en el mercado, lógica si tenemos en cuenta que lo mismo ocurrió con los Mako y Ray, con los Sun and Moon, el Curator y otros modelos de la marca, a partir de alrededor de 2016. Tengo el Mako II, comprado en 2018, ya con el calibre F6922, y siempre me he alegrado de tenerlo con cuerda manual y parada de segundero. A mí sin embargo, en el caso del King Master, me encanta haber conseguido uno con el calibre 469. En otros modelos de Orient de concepción o estilo más modernos agradezco más el F6922, el 469 podía parecer ya anacrónico al carecer de cuerda manual y parada, pero el King Master es una reedición muy fiel del King Diver de los 60, tan fiel que, en este caso, sí echo de menos el pulsador de las dos en la versión más moderna. Además me encanta saber que dentro de mi King está este calibre mítico de la marca, que equipó a muchos Orient durante más de 40 años, y que es mucho más cercano al calibre del King Diver original al que homenajea. De hecho, los King Diver incorporaron el 46940 a partir de 1971 cuando este calibre empezó a fabricarse. Y en 2011, Orient le hizo un merecido homenaje a su calibre 469, con la Edición Especial del King Diver Cal. 469 40th Anniversary.
Por eso, por ser un calibre legendario en la marca, el calibre que trajo a los Orient mecánicos desde los tiempos antiguos hasta la época actual, y por transmitir más sensaciones de vintage, que es lo que más me gusta del King Master, me encanta haber podido conseguir un King Master 469, más purista imposible. Seguramente mi suerte ha sido que no pocos prefieren el King con el calibre moderno, y quizá por eso he podido yo hacerme con este, y como nuevo. Por supuesto, esto es mi gusto personal, también es lógico que muchos lo prefieran con el calibre más moderno, en cualquier caso el King Master es el mismo salvo esos detalles.
Me encanta esta zona con las dos coronas grandes firmadas con la O y el pulsador a las 2. Llevo toda la vida viéndola en el World Diver de mi padre de 1972, el reloj que hizo que me gustase Orient desde que tengo uso de razón.
El reloj se siente muy cómodo en la muñeca. En la época del King Diver original sus 42mm se verían muy grandes, pero hoy día es un tamaño estándar para un reloj deportivo con bisel ancho, y además del tamaño perfecto, el reloj tiene un peso moderado y un brazalete cómodo. Es un reloj que por bonito, equilibrado y cómodo no dan ganas de quitárselo.
Aún no me puedo creer que este reloj haya caído en mis manos, tan nuevo como si no se hubiese estrenado, sin un arañazo, sin una sola marca en el cristal, hasta con su pegatina de protección aún en la tapa trasera cuando lo compré y el brazalete impoluto, sin una sola marca ni siquiera en el cierre. Es un reloj que podía haber pasado por un NOS, aunque por lo visto no lo era. Con algo más de 20 años está nuevo, no sé cómo lo habrán usado para estar así. Muy, muy poco y con un mimo exquisito, porque se ve que no tiene nada pulido y lo tiene todo absolutamente original. Ahora ya le he hecho algún arañacillo en el brazalete, que normalmente ni se ve, porque estoy disfrutando usándolo, aunque con más cuidado aún que con otros de mis relojes favoritos, porque lo considero sin duda un icono de la marca y un reloj de colección. De hecho el King Master ha enriquecido mucho mi colección de Orient.
Gracias por interesaros por el tema y por llegar hasta aquí.
Hoy día Orient ha llegado a tener muchos modelos acuáticos de calidad, los Mako y Ray, Kamasu, M-Force, diver certificados y piezas de categoría como el imponente Pro Saturation 300M, los Triton, Orient Star 200M, etc. Ahí queda el reportaje para todo aquel que quiera saber un poco más sobre Orient y sobre sus comienzos en el mundo de los relojes acuáticos, el inicio de una de las lineas más importantes de la historia de la marca.
Aunque el King Master no sea una novedad, espero que haya resultado entretenido ver tantos Orient antiguos y que el reportaje y el reloj hayan sido del agrado general, no solo de los Orient adictos.
¡Saludos!
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