Claudio
Baneado
Resulta que la Parker 41, modelo ideado para abastecer, sobre todo, al mercado femenino, solo estuvo dos años en producción y comercialización. Fue, como se podría catalogar entonces y ahora, un rotundo fracaso comercial. ¿Que no escribía bien?, ¡no! Era casi igual que la 21 y que la 51 ¿Que era cara?, ¡tampoco! Tenía un precio intermedio entre el modelo 21 (aproximadamente 5 $) y el 51 (aproximadamente 15 $) Pues, entonces, ¿qué es lo que pasó para que se dejara de producir? Algo bien sencillo: las pruebas a que eran sometidas diariamente eran muy difíciles de superar. Los continuos vaivenes, ajetreos y machacaduras que recibían en el interior de los bolsos de las señoras, repletos siempre de llaves, cepillos metálicos para el cabello, etc., conseguían, normalmente, romperlas. Esto fue un error monumental de la Empresa: considerar que un objeto delicado podía ser transportado indemne dentro del bolso de una señora. Una solución a este fracaso hubiera sido el reforzar la resistencia de los materiales de que estaban hechas las plumas; pero quizá hubiera sido peor el remedio que la enfermedad. La Casa optó por modificar o mejorar otros modelos que no habían dado hasta entonces signos de debilidad. Si fue correcta, o no, tal decisión, no es tema en el que deba adentrarme.