Mr. Bones
Well-known member
Me imagino que ustedes, como yo, lee bastante sobre relojería y relojes en todo tipo de soportes: libros, revistas, webs, foros; aplicaciones tipo Instagram, Facebook o Pinterest y otras.
Mucho se lee sobre precios, modelos, historias y comparativas. Pero no hay ficción donde los protagonistas sean relojes, y esta ficción haya sido escrita en español y sea contemporánea. Por supuesto hubo escritores de la cultura universal que le han dedicado mucha tinta a ellos: Cortázar era un fan de los relojes y los incluía en casi todos sus relatos; Joseph Conrad hizo que un reloj ( o su intento de destrucción ), protagonizara The Secret Agent; Borges y sus relojes y tiempos ilimitados y bifurcados, Borges también se las ingeniaba para meterlos entre tema y tema... y puedo seguir nombrando mas. Pero no quiero abusar de su paciencia muchachos, que ya me tienen mucha.
Lo que no teníamos en español, hasta ahora, era un personaje de ficción que trabajase de investigador, un detective de relojes como los dioses mandan. Y no solo eso: no hemos tenido hasta ahora novelas policiales donde los relojes y sus derivaciones y desventuras fuesen el hilo conductor, todo ello de la mano del detective especializado en relojes Paul Davis.
¿ Pero de dónde ha salido Paul Davis... ?
Les cuento.
Hace un tiempo el escritor e ingeniero informático Javier Gutierrez Chanmorro ( el forero de esta casa cuyo nick es Nikkho ) , se comunicó conmigo. Con mucha amabilidad y cortesía me comentó que había escrito una saga policial muy particular: las andanzas de un detective especializado en relojes. ¿ Su nombre ? Paul Davis.
Quedamos que leería y comentaría.
Pues aquí van mis impresiones.
El formato en que leí la saga es en PDF. No es el ideal, por supuesto, ya que no leo ebooks ni tampoco textos largos en pantallas. La solución que encontré fue imprimir la saga completa, que en el PDF es de 431 páginas. Dada esta limitación, y al no haber podido acceder a la versión impresa, hice esta reseña en base al material que me proporcionó Chamorro.
Paul Davis nació como personaje hace unos años, mas precisamente cuando el escritor Fénix Hebrón publicó dos textos iniciando la saga A Contrarreloj: Paul Davis, el caso del Bell & Ross robado; y Paul Davis, el reloj de la Condesa.
En ambos relatos se describe en una pincelada la columna vertebral del personaje y en primera persona: usuario de Scooter como medio de transporte, aficionado al Aikido, disgusto por las armas de fuego, gran capacidad analítica y deductiva; y lo que nos trae: detective especializado en rastrear y recuperar relojes robados y/o desaparecidos. Paul Davis, nos vamos enterando, trabaja para una compañía de seguros, la Franz LZ Insurances. Y en su muñeca, al menos en estas dos primeras entregas, un Junkers. Davis tiene un latiguillo, o una máxima que se repite en todos los textos: El día comienza cuando me pongo el reloj.
Por una cuestión de espacio y de agilidad en esta exposición me limitaré a mostrar solo 3 relojes de ambas publicaciones.
Siguen las siguientes fotos de relojes, todas tomadas de la web, y que aparecen en estas dos primeras entregas:
1- El posible reloj de Paul Davis en las dos primeras entregas, que al no hacerse mención de modelo es difícil de adivinar, pero es un Junkers - el modelo corrió por mi cuenta-.
2- El Bell & Ross Tourbillon Pink Gold del primer texto.
3- El VC 1972 GM Full Pave del segundo texto.
Los dos primeros textos de Hebrón fueron publicados en 2011.
Y, como todo autor que no le encuentra recorrido, interés o entusiasmo al personaje que escribe, Hebrón tomó una decisión: abandonarlo.
Y es acá donde nuestro compañero Nikkho ( o el ingeniero Javier Gutierrez Chamorro ) entra en escena: había sido lector de los dos primeros textos y consideraba que Paul Davis tenía potencial y que se podía escribir mucho sobre él. Y puso manos a la obra.
Nikkho se puso al hombro el personaje y lo empezó a armar.
Si con Hebrón Paul Davis tenía un esqueleto, Nikkho le puso carne, cabello, ojos, piel, ideas, recuerdos, gustos, gestos, movimiento. Paul Davis, a partir de Chamorro, aparece ante nosotros en 4 dimensiones: alto, ancho, profundidad y pensamiento. Un total hallazgo de Nikkho es que conservó el relato en primera persona, dándole mas vigor a los detalles, en las explicaciones y en las descripciones. Paul Davis, a partir de este momento, se dirige a sus lectores como si fuesen amigos, les explica, les enseña, los hace observadores participantes de sus investigaciones.
El tercer texto de la saga A Contrarreloj Primera Temporada se llama Paul Davis, el comienzo, y ya firmado por JGC ( pongo sus iniciales para no ser redundante ). Con Chamorro en el teclado y Davis en el protagónico, somos llevados en un salto en el tiempo hasta su adolescencia.
Chamorro dedica el texto a Hebrón, el alma mater de Davis.
En Paul Davis, el comienzo, seremos testigos de cómo este señor llegó a ser lo que es hoy. Y en el comienzo fue… un ladrón. Pero no se asusten… que el joven Paul, en sus 15 años, era incapaz de hacerle daño a una hormiga. La adolescencia candorosa y el fervor por los relojes del inquieto Davis lo lleva a delinquir en un Bazar, y nada mas y nada menos que con el imposible Casio LIN-155. Aseguradora mediante, y por trabajo brillante de detective, el señor Franz Lengyel Zsoldos ( quién luego será su amigo y jefe en su propia empresa aseguradora Franz LZ Insurances ) lo encuentra al joven Davis y… bueno, los dejo con el suspenso...
Siguen las siguientes fotos, todas tomadas de la web y de relojes que aparecen en esta tercer parte:
1- Casio F-86W, reloj que usaba en 1986 Paul Davis y a sus 15 años.
2- El reloj que Davis robó y nunca devolvería: el Casio LIN-155.
3- El reloj de Chamorro en sus años de adolescente: Casio F-87W
El cuarto texto de A Contrarreloj Primera Temporada, escrito también por Chamorro, se llama Paul Davis, bienvenido a Miami. Prólogo de Fénix Hebrón, el padre de la criatura.
Nuestro amable y sagaz detective cruza el océano, se reúne con su jefe Franz en la trasnochada, voluptuosa y chillona Miami y unen fuerzas para resolver un caso difícil, el robo de 96 piezas de alta relojería valuadas en 10 millones y en el que hay mucho en danza: dos empresas rivales de guarda valores, empleados corruptos, un influencer demasiado ostentoso y dos pistas que serán clave para resolver el caso: un Casio GW-9400B y un Cadillac Escalade.
Paul Davis, en este texto, dá un salto hacia adelante en cuanto a su reloj: lleva ahora un Longines Hydroconquest.
Sigue las siguiente fotos, todas sacadas de la web y que corresponden a relojes que aparecen en este texto:
1- El Longines Hydroconquest de Paul Davis
2- El Bovet 1822 que está en el Aeropuerto de Miami - aparece en el texto mencionado por Nikkho ( en la foto tres señores de un comercial de Bovet )
3- El Casio GW-9400B que será clave para resolver el robo.
El quinto texto de A Contrareloj Primera Temporada es Paul Davis, un Apple Watch no hace tic tac.
Y tiene los siguientes condimentos: robo indirecto de un Apple Wacth ( como aderezo argumental me pareció magnífico ); un caballero inglés no tan caballero y cuyos negocios no son tan limpios ni tan respetables ( pero al final sí es muy caballero y muy respetable); el número Pi en un mecanismo de caja fuerte en un reloj Henry Harrison ( que sí, que no, que sí… si llegan a leer la saga ya sabrán a qué me refiero ); una agraciada señorita que no es Madonna aunque se llame igual y el nuevo reloj de Davis: Zenith El Primero 410 Triple Calendar & Moonphase Chrono - regalo del mister inglés.
Nikkho, a estas alturas, tiene muy bien aceitado el mecanismo del personaje Davis: tipo metódico, constante, fluido, buena onda, cero violencia, simpático - hasta con quienes le golpean… - agradable; amante de la buena compañía femenina, de los zumos de frutas y de tomar notas con una estilográfica Faber-Castell. Si se puede decir, las únicas ‘armas’ que usa Davis para resolver los casos son su inteligencia, su capacidad deductiva; y tres objetos: una linterna Maglite, una lupa de relojero Eschenbach y la navaja Victorinox Swisschamp.
En idioma español tenemos y tuvimos muchísimos escritores de policiales, y de todo tipo y para todo gusto. Pero hay algo que distingue, sin embargo, a Chamorro y su detective: el fluir de los párrafos hacia arriba y abajo y los costados, convertir en acompañante al lector, llevarlo de la mano por el texto y hacerlo cómplice de las deducciones y los pensamientos del motivado y persistente investigador relojero.
En este texto en particular se habla de muchos relojes.
Solo pondré tres:
1- El Zenith El Primero 410 triple calendar Moonphase y Chrono de Paul Davis.
2- El Henry Harrison con caja de William Kent, reloj realizado por encargo de George II de Inglaterra.
3- El Rolex Daytona del mister inglés.
Pasamos ahora al sexto texto de la saga: Paul Davis y el reloj de carey.
Nuestro amigo Davis vuelve a sacrificarse en pos de los relojes y la relojería y va a trabajar duro y con denodado sacrificio en un caso detectivesco en República Dominicana; y además, contratado por ese país.
¿ La trama ? Un poco ya la tenemos en el título. En el mercado están emergiendo unos extraños y poco legales guardatiempos con caja de carey ( ilegal ) y mecanismos CYS 2052 robados a la afamada casa cubana ( calibre customizado por Cuervo & Sobrinos a partir del ETA 7100 ). El gobierno de este pequeño país caribeño no desea que se los siga señalando como los reyes del mercado ilegal de carey, y menos que menos, que se los machaque con el tráfico de relojes robados.
Nuestro astuto detective va descubriendo claves y pistas: una diminuta marca de un sol en las cajas de carey, el Waltham de un niño, y su abuelo, un humilde pero honesto relojero que deseaba cumplir sus sueños…
Siguen las siguiente fotos sobre relojes aparecidos en el texto:
1 - El Chopard Grand Prix de Monaco de Titanio y Acero del cónsul dominicano don Luis Emiliano de los Santos, el contratante de Paul Davis.
2- El Ulyse Nardin Maxi Marine Chrono de un colaborador de la policía dominicana ( un yanki de nombre James Connor ).
3- El reloj de sol en la Plaza del Sol, nombrado en el texto.
Y llegamos a la última parte de la saga, el bloque dedicado a los relatos cortos y que se agrupan en Paul Davis, Control de Aduanas.
Los 6 primeros libros de la saga siguen el formato novella, es decir, cortos para ser novelas pero largos para ser cuentos. La novella tiene el tamaño ideal si se quiere hacer un relato descriptivo, argumentativo y a la vez ameno y con ritmo.
Aquí, sin embargo, en la séptima parte de la saga, Chamorro nos regala 10 escritos breves y a modo de ejercicio de estilo y exploración; un poco, y como dicen los escritores, darse libertad de garabatear y jugar con el personaje.
Hay cuentos clásicos ( Control de Aduanas, que le dá el nombre a esta séptima entrega; El Regalo Inesperado, muy bien escrito; o La Apuesta en la Trattoria de Claudio, con gran ritmo ), testimonios ( muy logrados los textos de la Bomba de Relojería y La Hora de la Hora ); acertijos ( El Acertijo de los Relojes de Arena ), historias de terceros ( Olga y el Vostok Komandirskie ); sueños ( En La plaza del Mercado ); y la perla de este volúmen: reaparece el padre de Paul Davis - Fénix Hebrón - con un cuento muy bien estructurado y rematado donde Javier Gutierrez Chamorro escritor y un ferviente lector carioca, de nombre Leando Pessoa, son los protagonistas… muy a pesar de Paul Davis.
Siguen tres relojes nombrados en este volumen, todas imágenes de la web:
1- EL Omega Speedmaster ‘57 Titanio, regalo para Davis de parte de Omega ( aparece en el cuento El Regalo Inesperado).
2- El Tudor Pelagos que el dueño de un perro perdido desea regalar a Davis, pero este con mucha cortesía lo declina ( aparece en el cuento El Perro al que le gustan los pastelitos ).
3- El Orient Polaris ( aparece en el cuento La Apuesta en la Trattoria de Claudio ).
A quién le interese: los libros por separado de Paul Davis o la saga completa A Contarreloj Primera Temporada y en un solo volumen están en Amazon; la versión kindle está disponible, y creo es gratuita. También está la versión impresa.
Como conclusión: es muy difícil hacerse camino por el árido y poco amigable mundillo editorial. Muchos publican, un puñado llega al gran público.
Se supone que el 3 % de aquellos que publican logra una parcial visualización; los canales de promoción son acotadísimos - muy contradictorio en la Era de la Interacción - y a veces es muy agotador tratar e insistir con los propios textos. De ese 3% que publican y logran hacerse paso solo un 0.5 % logra vivir de lo que hace y ama: escribir.
En ese camino utópico, quimérico, pero feliz, de lanzarse a crear y a proponer nuevos aires a la narrativa y ficción aventurera hay que tener agallas; las que tiene Javier Gutierrez Chamorro y sus ganas de seguir con su personaje que ya había sido descartado por otro autor.
Por lo leído y por lo intuido, hay Paul Davis para rato. El personaje es fresco, muy llevadero; las novellas y los cuentos se leen sin esfuerzo. Y cuando nos queremos dar cuenta ya terminamos uno y empezamos el siguiente.
Unos muy pocos escritores de policiales en español, y de manera tangencial, hacen aparecer acá y allá algún reloj; como si fuesen excusas, decorados o soplones.
Pero en el caso de la saga A Contrarreloj Primera Temporada los relojes son los actores principales y comparten escenario con Paul Davis y sus casos detectivescos.
Aprovechemos, entonces, esta maravillosa situación de poder leer ficción con relojes en primer plano y nada mas y nada menos que escrita por un compañero de afición. Demás está decir que muchos ya conocen a Nikkho por su excelente página de internet: La Bitácora de Javier Gutierrez Chamorro ( Guti ).
Agradezco a Nikkho la confianza y paciencia al haberme confiado la realización de esta reseña.
También agradezco la paciencia de todos ustedes.
Abrazos, gracias por leer y ver.
Y que tengan una excelente semana.
Mucho se lee sobre precios, modelos, historias y comparativas. Pero no hay ficción donde los protagonistas sean relojes, y esta ficción haya sido escrita en español y sea contemporánea. Por supuesto hubo escritores de la cultura universal que le han dedicado mucha tinta a ellos: Cortázar era un fan de los relojes y los incluía en casi todos sus relatos; Joseph Conrad hizo que un reloj ( o su intento de destrucción ), protagonizara The Secret Agent; Borges y sus relojes y tiempos ilimitados y bifurcados, Borges también se las ingeniaba para meterlos entre tema y tema... y puedo seguir nombrando mas. Pero no quiero abusar de su paciencia muchachos, que ya me tienen mucha.
Lo que no teníamos en español, hasta ahora, era un personaje de ficción que trabajase de investigador, un detective de relojes como los dioses mandan. Y no solo eso: no hemos tenido hasta ahora novelas policiales donde los relojes y sus derivaciones y desventuras fuesen el hilo conductor, todo ello de la mano del detective especializado en relojes Paul Davis.
¿ Pero de dónde ha salido Paul Davis... ?
Les cuento.
Hace un tiempo el escritor e ingeniero informático Javier Gutierrez Chanmorro ( el forero de esta casa cuyo nick es Nikkho ) , se comunicó conmigo. Con mucha amabilidad y cortesía me comentó que había escrito una saga policial muy particular: las andanzas de un detective especializado en relojes. ¿ Su nombre ? Paul Davis.
Quedamos que leería y comentaría.
Pues aquí van mis impresiones.
El formato en que leí la saga es en PDF. No es el ideal, por supuesto, ya que no leo ebooks ni tampoco textos largos en pantallas. La solución que encontré fue imprimir la saga completa, que en el PDF es de 431 páginas. Dada esta limitación, y al no haber podido acceder a la versión impresa, hice esta reseña en base al material que me proporcionó Chamorro.
Paul Davis nació como personaje hace unos años, mas precisamente cuando el escritor Fénix Hebrón publicó dos textos iniciando la saga A Contrarreloj: Paul Davis, el caso del Bell & Ross robado; y Paul Davis, el reloj de la Condesa.
En ambos relatos se describe en una pincelada la columna vertebral del personaje y en primera persona: usuario de Scooter como medio de transporte, aficionado al Aikido, disgusto por las armas de fuego, gran capacidad analítica y deductiva; y lo que nos trae: detective especializado en rastrear y recuperar relojes robados y/o desaparecidos. Paul Davis, nos vamos enterando, trabaja para una compañía de seguros, la Franz LZ Insurances. Y en su muñeca, al menos en estas dos primeras entregas, un Junkers. Davis tiene un latiguillo, o una máxima que se repite en todos los textos: El día comienza cuando me pongo el reloj.
Por una cuestión de espacio y de agilidad en esta exposición me limitaré a mostrar solo 3 relojes de ambas publicaciones.
Siguen las siguientes fotos de relojes, todas tomadas de la web, y que aparecen en estas dos primeras entregas:
1- El posible reloj de Paul Davis en las dos primeras entregas, que al no hacerse mención de modelo es difícil de adivinar, pero es un Junkers - el modelo corrió por mi cuenta-.
2- El Bell & Ross Tourbillon Pink Gold del primer texto.
3- El VC 1972 GM Full Pave del segundo texto.
Los dos primeros textos de Hebrón fueron publicados en 2011.
Y, como todo autor que no le encuentra recorrido, interés o entusiasmo al personaje que escribe, Hebrón tomó una decisión: abandonarlo.
Y es acá donde nuestro compañero Nikkho ( o el ingeniero Javier Gutierrez Chamorro ) entra en escena: había sido lector de los dos primeros textos y consideraba que Paul Davis tenía potencial y que se podía escribir mucho sobre él. Y puso manos a la obra.
Nikkho se puso al hombro el personaje y lo empezó a armar.
Si con Hebrón Paul Davis tenía un esqueleto, Nikkho le puso carne, cabello, ojos, piel, ideas, recuerdos, gustos, gestos, movimiento. Paul Davis, a partir de Chamorro, aparece ante nosotros en 4 dimensiones: alto, ancho, profundidad y pensamiento. Un total hallazgo de Nikkho es que conservó el relato en primera persona, dándole mas vigor a los detalles, en las explicaciones y en las descripciones. Paul Davis, a partir de este momento, se dirige a sus lectores como si fuesen amigos, les explica, les enseña, los hace observadores participantes de sus investigaciones.
El tercer texto de la saga A Contrarreloj Primera Temporada se llama Paul Davis, el comienzo, y ya firmado por JGC ( pongo sus iniciales para no ser redundante ). Con Chamorro en el teclado y Davis en el protagónico, somos llevados en un salto en el tiempo hasta su adolescencia.
Chamorro dedica el texto a Hebrón, el alma mater de Davis.
En Paul Davis, el comienzo, seremos testigos de cómo este señor llegó a ser lo que es hoy. Y en el comienzo fue… un ladrón. Pero no se asusten… que el joven Paul, en sus 15 años, era incapaz de hacerle daño a una hormiga. La adolescencia candorosa y el fervor por los relojes del inquieto Davis lo lleva a delinquir en un Bazar, y nada mas y nada menos que con el imposible Casio LIN-155. Aseguradora mediante, y por trabajo brillante de detective, el señor Franz Lengyel Zsoldos ( quién luego será su amigo y jefe en su propia empresa aseguradora Franz LZ Insurances ) lo encuentra al joven Davis y… bueno, los dejo con el suspenso...
Siguen las siguientes fotos, todas tomadas de la web y de relojes que aparecen en esta tercer parte:
1- Casio F-86W, reloj que usaba en 1986 Paul Davis y a sus 15 años.
2- El reloj que Davis robó y nunca devolvería: el Casio LIN-155.
3- El reloj de Chamorro en sus años de adolescente: Casio F-87W
El cuarto texto de A Contrarreloj Primera Temporada, escrito también por Chamorro, se llama Paul Davis, bienvenido a Miami. Prólogo de Fénix Hebrón, el padre de la criatura.
Nuestro amable y sagaz detective cruza el océano, se reúne con su jefe Franz en la trasnochada, voluptuosa y chillona Miami y unen fuerzas para resolver un caso difícil, el robo de 96 piezas de alta relojería valuadas en 10 millones y en el que hay mucho en danza: dos empresas rivales de guarda valores, empleados corruptos, un influencer demasiado ostentoso y dos pistas que serán clave para resolver el caso: un Casio GW-9400B y un Cadillac Escalade.
Paul Davis, en este texto, dá un salto hacia adelante en cuanto a su reloj: lleva ahora un Longines Hydroconquest.
Sigue las siguiente fotos, todas sacadas de la web y que corresponden a relojes que aparecen en este texto:
1- El Longines Hydroconquest de Paul Davis
2- El Bovet 1822 que está en el Aeropuerto de Miami - aparece en el texto mencionado por Nikkho ( en la foto tres señores de un comercial de Bovet )
3- El Casio GW-9400B que será clave para resolver el robo.
El quinto texto de A Contrareloj Primera Temporada es Paul Davis, un Apple Watch no hace tic tac.
Y tiene los siguientes condimentos: robo indirecto de un Apple Wacth ( como aderezo argumental me pareció magnífico ); un caballero inglés no tan caballero y cuyos negocios no son tan limpios ni tan respetables ( pero al final sí es muy caballero y muy respetable); el número Pi en un mecanismo de caja fuerte en un reloj Henry Harrison ( que sí, que no, que sí… si llegan a leer la saga ya sabrán a qué me refiero ); una agraciada señorita que no es Madonna aunque se llame igual y el nuevo reloj de Davis: Zenith El Primero 410 Triple Calendar & Moonphase Chrono - regalo del mister inglés.
Nikkho, a estas alturas, tiene muy bien aceitado el mecanismo del personaje Davis: tipo metódico, constante, fluido, buena onda, cero violencia, simpático - hasta con quienes le golpean… - agradable; amante de la buena compañía femenina, de los zumos de frutas y de tomar notas con una estilográfica Faber-Castell. Si se puede decir, las únicas ‘armas’ que usa Davis para resolver los casos son su inteligencia, su capacidad deductiva; y tres objetos: una linterna Maglite, una lupa de relojero Eschenbach y la navaja Victorinox Swisschamp.
En idioma español tenemos y tuvimos muchísimos escritores de policiales, y de todo tipo y para todo gusto. Pero hay algo que distingue, sin embargo, a Chamorro y su detective: el fluir de los párrafos hacia arriba y abajo y los costados, convertir en acompañante al lector, llevarlo de la mano por el texto y hacerlo cómplice de las deducciones y los pensamientos del motivado y persistente investigador relojero.
En este texto en particular se habla de muchos relojes.
Solo pondré tres:
1- El Zenith El Primero 410 triple calendar Moonphase y Chrono de Paul Davis.
2- El Henry Harrison con caja de William Kent, reloj realizado por encargo de George II de Inglaterra.
3- El Rolex Daytona del mister inglés.
Pasamos ahora al sexto texto de la saga: Paul Davis y el reloj de carey.
Nuestro amigo Davis vuelve a sacrificarse en pos de los relojes y la relojería y va a trabajar duro y con denodado sacrificio en un caso detectivesco en República Dominicana; y además, contratado por ese país.
¿ La trama ? Un poco ya la tenemos en el título. En el mercado están emergiendo unos extraños y poco legales guardatiempos con caja de carey ( ilegal ) y mecanismos CYS 2052 robados a la afamada casa cubana ( calibre customizado por Cuervo & Sobrinos a partir del ETA 7100 ). El gobierno de este pequeño país caribeño no desea que se los siga señalando como los reyes del mercado ilegal de carey, y menos que menos, que se los machaque con el tráfico de relojes robados.
Nuestro astuto detective va descubriendo claves y pistas: una diminuta marca de un sol en las cajas de carey, el Waltham de un niño, y su abuelo, un humilde pero honesto relojero que deseaba cumplir sus sueños…
Siguen las siguiente fotos sobre relojes aparecidos en el texto:
1 - El Chopard Grand Prix de Monaco de Titanio y Acero del cónsul dominicano don Luis Emiliano de los Santos, el contratante de Paul Davis.
2- El Ulyse Nardin Maxi Marine Chrono de un colaborador de la policía dominicana ( un yanki de nombre James Connor ).
3- El reloj de sol en la Plaza del Sol, nombrado en el texto.
Y llegamos a la última parte de la saga, el bloque dedicado a los relatos cortos y que se agrupan en Paul Davis, Control de Aduanas.
Los 6 primeros libros de la saga siguen el formato novella, es decir, cortos para ser novelas pero largos para ser cuentos. La novella tiene el tamaño ideal si se quiere hacer un relato descriptivo, argumentativo y a la vez ameno y con ritmo.
Aquí, sin embargo, en la séptima parte de la saga, Chamorro nos regala 10 escritos breves y a modo de ejercicio de estilo y exploración; un poco, y como dicen los escritores, darse libertad de garabatear y jugar con el personaje.
Hay cuentos clásicos ( Control de Aduanas, que le dá el nombre a esta séptima entrega; El Regalo Inesperado, muy bien escrito; o La Apuesta en la Trattoria de Claudio, con gran ritmo ), testimonios ( muy logrados los textos de la Bomba de Relojería y La Hora de la Hora ); acertijos ( El Acertijo de los Relojes de Arena ), historias de terceros ( Olga y el Vostok Komandirskie ); sueños ( En La plaza del Mercado ); y la perla de este volúmen: reaparece el padre de Paul Davis - Fénix Hebrón - con un cuento muy bien estructurado y rematado donde Javier Gutierrez Chamorro escritor y un ferviente lector carioca, de nombre Leando Pessoa, son los protagonistas… muy a pesar de Paul Davis.
Siguen tres relojes nombrados en este volumen, todas imágenes de la web:
1- EL Omega Speedmaster ‘57 Titanio, regalo para Davis de parte de Omega ( aparece en el cuento El Regalo Inesperado).
2- El Tudor Pelagos que el dueño de un perro perdido desea regalar a Davis, pero este con mucha cortesía lo declina ( aparece en el cuento El Perro al que le gustan los pastelitos ).
3- El Orient Polaris ( aparece en el cuento La Apuesta en la Trattoria de Claudio ).
A quién le interese: los libros por separado de Paul Davis o la saga completa A Contarreloj Primera Temporada y en un solo volumen están en Amazon; la versión kindle está disponible, y creo es gratuita. También está la versión impresa.
Como conclusión: es muy difícil hacerse camino por el árido y poco amigable mundillo editorial. Muchos publican, un puñado llega al gran público.
Se supone que el 3 % de aquellos que publican logra una parcial visualización; los canales de promoción son acotadísimos - muy contradictorio en la Era de la Interacción - y a veces es muy agotador tratar e insistir con los propios textos. De ese 3% que publican y logran hacerse paso solo un 0.5 % logra vivir de lo que hace y ama: escribir.
En ese camino utópico, quimérico, pero feliz, de lanzarse a crear y a proponer nuevos aires a la narrativa y ficción aventurera hay que tener agallas; las que tiene Javier Gutierrez Chamorro y sus ganas de seguir con su personaje que ya había sido descartado por otro autor.
Por lo leído y por lo intuido, hay Paul Davis para rato. El personaje es fresco, muy llevadero; las novellas y los cuentos se leen sin esfuerzo. Y cuando nos queremos dar cuenta ya terminamos uno y empezamos el siguiente.
Unos muy pocos escritores de policiales en español, y de manera tangencial, hacen aparecer acá y allá algún reloj; como si fuesen excusas, decorados o soplones.
Pero en el caso de la saga A Contrarreloj Primera Temporada los relojes son los actores principales y comparten escenario con Paul Davis y sus casos detectivescos.
Aprovechemos, entonces, esta maravillosa situación de poder leer ficción con relojes en primer plano y nada mas y nada menos que escrita por un compañero de afición. Demás está decir que muchos ya conocen a Nikkho por su excelente página de internet: La Bitácora de Javier Gutierrez Chamorro ( Guti ).
Agradezco a Nikkho la confianza y paciencia al haberme confiado la realización de esta reseña.
También agradezco la paciencia de todos ustedes.
Abrazos, gracias por leer y ver.
Y que tengan una excelente semana.