Son frecuentes las preguntas que sobre los relojes ROSKOPF y sobre su evolución e historia nos plantean, por lo que he decidido rescatar y extractar un antiguo post en el que Manolo Ramón nos da unas lecciones magistrales sobre los relojes ROSKOPF y su inventorGeorges-Frédéric Roskopf
ROSKOPF Autor: Manolo-Ramon, 21/Oct/2004 22:03 GMT+1
Esencialmente el sistema Roskopf se diferencia de los relojes mecánicos normales, de bolsillo o pulsera, en la supresión de la rueda de centro, remachándose sobre el barrilete una rueda suplementaria en sustitución de aquella, actuando directamente sobre el cañón de minutos; por el escape de clavijas (este escape no lleva paletas, sino que en los brazos del áncora incorpora unas clavijas que sobresalen hacia arriba, sobre las que actúa la rueda de escape, utilizando entalladura en lugar de elipse de rubí, en el platillo del eje volante) y por la supresión de rubís (salvo en el eje de volante); con lo que se abarataba notablemente el precio del reloj, además se aprovechó la coyuntura de que la primera patente de Jean-Adrien Philippe sobre remontaje desde el pendiente del reloj (corona para dar cuerda al reloj y pulsador lateral para ponerlo en hora) acababa de pasar al dominio público (estamos hablando del año 1867). En definitiva, lo que hizo Georges-Frédéric Roskopf, fue simplificar al máximo posible el reloj mecánico, según se dice lo dejó en 57 piezas, frente a las 160 de los relojes de la época, procurando mantener la fiabilidad y resistencia del mecanismo. Contaba entonces 54 años y su idea era la de proveer de relojes a las clases populares y por eso llamó a su reloj “El Proletario”, pero consiguió además revolucionar la industria relojera suiza, a partir de ahí se abrió paso la fabricación masiva y en serie de movimientos mecánicos, que continua en nuestros días con los de cuarzo, por eso se compara a Roskopf con Ford. El reloj recibió una medalla de plata en la Exposición Universal de Paris en ese año de 1867, a cuyo propósito, un descendiente de Abraham-Louis Breguet, Constan-Louis, comentó:
"Cómo proporcionar al obrero un reloj a bajo precio, para permitirle llegar al taller a la hora, ese era el problema. Fue resuelto por un fabricante relojero, el señor Roskopf, de la Chaux-de-Fonds, cantón de Neuchâtel en Suiza, que ha tenido un éxito completo desde el punto de vista de la calidad y el precio. Señores, el Comité, apreciando el servicio así prestado a las clases trabajadoras, tiene el honor de proponer que se den las gracias al señor Roskopf por su reloj del pobre y de concederle una medalla de plata".
Eran relojes robustos, bastante exactos, muy cuidados, bien construidos y con buenos materiales; el problema fue que enseguida tuvo muchos imitadores que, como pasa siempre que se trata de imitaciones, no respetaron la calidad original, poniendo en el mercado infinidad de productos mediocres, con la leyenda sistema Roskopf, tipo Roskopf y otras por el estilo, para atraer -y engañar- a los compradores.
<center></center>A quien pueda leer el francés y quiera saber más sobre Roskopf, le recomiendo la novela “Une Histoire de Famille”, escrita por Liliane Roskopf, descendiente suya, aunque vaya por delante que la historia del manuscrito con las memorias del tatarabuelo pertenece totalmente a la ficción.
Autor: relojano, 22/Oct/2004 03:09 GMT+1
Como siempre tu respuesta de lo mas acertada. Solo comentar que, si no recuerdo mal, en la simplificación de los primeros roskopf también incluía la ausencia de mecanismo de puesta en hora, la puesta en hora se hacia de forma manual sobre las agujas que ya eran especialmente robustas para ello.
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Autor: Manolo-Ramon, 22/Oct/2004 08:44 GMT+1:
En efecto, no recuerdas mal, en los primeros Roskopf, aunque incorporaban corona para el remontaje, la puesta en hora se hacía manualmente, y la patente libre de la que hablo no incorporba la puesta en hora, como señalo erroneamente. Este mecanismo lo incorporaría hacia 1870 y no gratuitamente, sino pagando royaltis a Philippe, 25 céntimos por pieza. Hacia esa fecha se introdujo también la plataforma independiente para el conjunto del escape (rueda de áncora, áncora y volante), que la maravilla de tu colección no incorpora, no preciádose tampoco rubís en el volante, con lo que deduzco debió ser de las primeras piezas,si es original, ya que me llama la atención que carezca de marca u otros distintivos.
Parece también que la medalla ganada en la Exposición de Paris de 1867 fue de Bronce, y que la de plata la ganó en la Exposición de Amsterdam en 1869.
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Autor: relojano, 22/Oct/2004 10:47 GMT+1:
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Autor: Manolo-Ramon, 22/Oct/2004 20:05 GMT+1:
Confirmado, se trata de dos piezas originales, el pendiente en forma de copa o cáliz es señal inequívoca de los primeros Roskopf; luego están la tapa de la caja con bisagra, el troquel en la máquina (adivino Roskopf , y no F. Roskpf, que sería preocupante) y en una de las cajas el logo característico de la estrella lobulada dentro de una especie de trébol de cuatro hojas, que a su vez va dentro de un doble círculo, en cuya corona se leen las palabras ROSKOPF PATENT separadas por estrellas de cinco puntas, que después se puso también sobre el movimiento, y cuya presencia en la máquina es casi seguro garantía de originalidad, tratándose de relojes fabricados a partir de 1873, año en que G.F. Roskopf vendió la patente y todos los derechos de fabricación del reloj, fondo industrial y marcas registradas incluidas, a los hermanos Wille. No es tan fiable el apellido Roskopf usado en troqueles distintos, pues hasta se utilizó como testaferro a un carnicero de apellido Roskopf (Louis?), para que prestase su apellido a ciertas refacciones del reloj original. Dejando aparte la utilización del apellido que hizo el único hijo que tuvo Roskopf, Fritz-Edouard, que llegó a patentar un cronógrafo basado en el sistema de su padre, y vivió toda su vida amargado, tratando en vano de recuperar la patente vendida a los hermanos Wille (o al menos participar en el negocio) o de evitar que el carnicero y quienes movían sus hilos usasen el apellido Roskopf en sus engendros (utilizó primero como troquel un tiesto con una flor, dentro de un doble círculo, con la leyenda F.E. Roskopf, y fue condenado por uso indebido de marca, a instancia de los hermanos Wille. Otro logo utilizado por él fue un tiesto en lugar del cardo, y la leyenda Roskopf Fils). Troqueles con las palabras "Roskopf Nieto", "Louis Roskopf & Cie", "Rosopf K. & Cie", "Oter Roskopf", etc, son sospechosos. Suelen aparecer en un círculo, o en un óvalo alrededor de una estrella, yo mismo tengo un falso de la marca Meta, de hacia 1920, cuyo troquel es un doble círculo con la leyenda "Viva España", y en cuyo interior hay una bandurria. Sentido del humor no le faltaba a quien lo ideó, ¿o sería un patriota?
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Autor: relojano, 23/Oct/2004 00:55 GMT+1:
Había leído algo sobre el crono Roskopf registrado por un heredero.
El cronógrafo consistía (corrígeme si me equivoco) en una maquinaria Roskopf a la que le añadió un pulsador que actuaba frenando el volante (paraba toda la máquina) y un segundero central. Como comprenderemos no tuvo demasiado éxito.
Este es uno no original.
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Autor: Manolo-Ramon, 23/Oct/2004 11:26 GMT+1:
El único hijo que tuvo G. F. Roskopf fue Fritz Edouard Roskopf, nacido en 1836, parece ser que su padre no lo consideraba muy capaz y qu esto lo acomplejó durante toda su vida. Fue un hombre atormentado por el éxito del reloj Roskopf, que supuso la fortuna de los hermanos Wille y, sin derecho alguno, también la de otros fabricantes que usaron impunemente el apellido, mientras que él se hundía cada vez más en la ruina, perdiendo varios procesos judiciales. El 2 de enero de 1901 obtuvo la patente suiza número 21559 por un movimiento con mecanismo de cronógrafo, pero ignoro las características. Tuvo un hijo, llamado Frédéric, un poco chiflado, con el que se rompió absolutamente la relación de la familia con la relojería.
Respecto a ese crono quiero decir que no es el que patentó F. E., a juzgar por la marca que aparece en la esfera: La inicial A. no se corresponde con ninguna de las marcas genuinas usadas por los adquirentes de la patente o de los derechos de marca, ni por el hijo de G.F. Roskopf y, sobre todo, las dos eses en el apellido son reveladoras, Roskopf lleva sólo una ese, no dos.
Autor: relojano, 25/Oct/2004 05:18 GMT+1:
He dudado si continuar o no con el tema pero no he podido resistir la tentación de hacer unas reflexiones sobre los relojes Roskopf.
En primer lugar admiro los relojes roskopf porque admiro su sencillez y robustez y fundamentalmente porque fueron la base de la relojería posterior.
Desde que G-F Roskopf comercializara su reloj “proletario” y tras su desaparición los “imitadores” se apropiaran de su nombre con distintas marcas, el mecanismo roskopf ha ido evolucionando y superando con creces a los que intentaron competir con el, fundamentalmente los “Dólar Watch” Americanos y los cilindros suizos.
No estoy de acuerdo con los puristas que solo valoran los “Originales” sino que creo que el éxito de los roskopf se debió fundamentalmente a estos imitadores que si bien en principio usurparon el nombre, en la mayoría de los casos mejoraron los diseños originales y los ebauches “imitación” roskopf fueron la base de muchas de las “grandes” fabricas suizas de aquellos tiempos como Reconvillier Watch co., Oris, Dubois freres, Vittori, etc y de otras muchas que si bien no utilizaron nombres relacionados con él si utilizaban para sus relojes de tipo medio y populares mecanismos basados en roskopf. Quiero destacar a A. Rosskopf &cie que fabricó de los mas elaborados que he visto: cronos, despertadores, maquinas roskopf con rubís en todos los ejes y pletinas trabajadas e incluso he tenido en mis manos una sonería de horas y cuartos sobre maquinaria roskopf y un precioso 8 días de cuerda que usaba un guardagujas francés.
Finalmente os contaré una anécdota sobre estos relojes. Al principio de esta afición un compañero de trabajo me trajo , el Roskopf Patent de su abuelo. El caso es que el reloj el señor lo había perdido una vez trabajando en el huerto. Años después lo volvió a encontrar y lo dejó en un cajón durante mas de 30 años donde lo encontró mi amigo. Imaginaros el estado del reloj, pero sin embargo la máquina tenia un aspecto menos malo por lo que decidí practicar con el, saque la máquina de su caja y procedí a quitarle los restos de lo que fueron las agujas y en ese momento el reloj comenzó a andar, y anduvo hasta que se le acabó la cuerda. No creo que ningún reloj actual soportase tal prueba.
Autor: Manolo-Ramon , 27/Oct/2004 04:40 GMT+1:
Estoy de acuerdo con Relojano, pero también hubo mucho “estraperlo” con la marca.
G.F. Roskopf obtuvo en vida, hallándose en activo, algunas patentes: Patente belga número 21988 de 3 de agosto de 1867 por el diseño (lo que hoy se conoce como modelo de utilidad), patente USA número 75.463 de 10 de marzo 1868 por un escape adaptable bien al sistema de cilindro bien al de clavijas, patente francesa nº 80611 de 25 de marzo de 1868 por un reloj con plataforma para el escape. Pero nunca logró patentar nada en Suiza, primero porque los modelos o sistemas no eran entonces patentables allí y en cuanto al escape porque le dijeron que el escape de clavijas ya se conocía de tiempo atrás (fue descrito en 1834 por Louis Perron, pero puede que sea algo mas antiguo), por lo que el suyo no era ninguna novedad. Y es que los suizos, y, mucho más sus convecinos de La Chaux-de-Fonds, siempre estuvieron molestos con el inventor por haber trivializado el reloj. Por eso lo que traspasó a los hermanos Wille, asociados con Charles-Léon Schmid, fue sobre todo su fondo de comercio y los derechos sobre la marca; y por eso todo el que quiso pudo fabricar relojes tipo Roskopf, y vaya si se fabricaron (en 1960 llegaron a fabricarse dieciséis millones de piezas, nada parecido hasta la llegada del fenómeno Swatch); en unos casos cuidando la producción y en otros vendiendo chatarra para ganar dinero fácil. En realidad y pese al nombre “reloj obrero”, reloj del pobre”…, los primeros Roskopf no fueron tan asequibles (veinte francos suizos, que podrán equivaler a unas veinte mil pesetas), porque por menos dinero había que bajar la calidad, y G.F. Roskopf, que fue un visionario antes que empresario y que comerciante, nunca quiso pasar por ahí (le habría parecido una estafa). Si lo hicieron los americanos, significativamente Ingersoll, que en 1892 sacó a la venta por correspondencia sus primeros relojes a 12 dólares la docena (“dollar watches”), lo que en 1896 le permitió usar como eslogan “Ingersoll, el Reloj que hizo famoso al dólar”, y tampoco debía ser muy malo, ya que parece que el mahatma Gandhi después de haberse despojado de todo lo material, vistiéndose apenas con un taparabos, conservó siempre su Ingersoll.
Lo de Oris y “la montre Roskopf” merecería capítulo aparte, baste con decir que fue el paradigma de calidad en ese tipo de Relojes, superando incluso a los licenciatarios de la marca; en parte porque no tuvo más remedio si quiso mantenerse en el mundo de la relojería como firma de prestigio, porque en 1934 una ley federal suiza -¿o sería de Ebauches, S.A.?- congeló el estatuto de fabricación de cada factoría de relojes, de manera que en adelante sólo podrían fabricar el tipo de relojes que fabricaban en esa fecha, y Oris sólo fabricaba relojes tipo Roskopf, no derogándose esa ley hasta 1966.
En cuanto a los Roskopf Patent, por los que pregunta NN...: si llevan el troquel al que hago referencia arriba, especie de trébol de cuatro hojas dentro de una estrella lobulada y todo esto dentro de un doble círculo, en cuya corona se le Roskopf Patent, separadas ambas palabras por una estrella de cinco puntos, se trata en todo caso de movimientos fabricados por los adquirentes de los derechos de marca o con licencia de los mismos; de buena calidad todos los que vi hasta ahora.
Autor: Manolo-Ramon, 27/Oct/2004 06:04 GMT+1:
Quisera también rendir un pequeño homenaje a G.F. Roskopf en este recordatorio que le estamos haciendo, para lo que nada mejor que servirme de un artículo aparecido el 12 de febrero de 2002 en el diario L'Express, de Neuchâtel y La Chaux-de-Fonds, firmado por Jean Claude Nicolet, profesor durante 34 años d la Escuela d Relojería de La Chaus-de-Fonds, que dice más o menos así:
Siempre he deplorado la ingratitud de nuestra buena ciudad respecto de sus grandes hombres. Le hace falta mucho tiempo a La Chaux-de-Fonds para reconocer su valor. Piénsese en Le Corbusier o en Blaise Cendrars. En una ciudad igualitaria no se aprecian las cabezas que sobresalen de la masa. Hace más de 20 años escribí una tribuna libre a favor del reconocimiento de Georges-Frédéric Roskopf, aprovechando el momento en que se buscaba un nombre para la plaza llamada « Plaza sin nombre ». Esta plaza se llama ahora plaza de Le Corbusier. Está bien, pero para nuestro gran arquitecto podríamos haber dado el nombre al colegio de l’Abeille y a la calle que lleva a él, por haberla frecuentado…, y dejar la plaza y su torre para Georges-Frédéric Roskopf, ya que se ha derribado su casa para construir la torre.
En cuanto a la placa conmemorativa*, no ha desaparecido, pero espera pacientemente en el Museo de Historia que la ingrata patria de adopción de Roskopf se acuerde por fin de este gran relojero.
¿Cuales era las particularidades del reloj Roskopf? Amen de su precio de venta de 20 francos, extremadamente bajo para la época, el reloj Roskopf se remontaba sin llave, por medio de la corona de remontaje, como los relojes actuales. Este dispositivo, bastante novedoso, no se había generalizado aún y sólo la casa Patek Philippe de Ginebra, cuya reputación es de sobra conocida, utilizaba esta innovación, inventada por su (co)fundador Adrien Philippe. La caja del reloj era de maillechorche (argentan /alpaca), una aleación de cobre, zinc y níquel, con aspecto de plata. Esta aleación, inoxidable, era utilizada para fabricar cubiertos antes de la invención del acero inoxidable y Roskopf fue el primero en utilizarla.
El muelle del reloj no estaba enganchado sino sostenido por fricción, como en los relojes automáticos, lo que evitaba la rotura del mismo, al no poder forzarlo más allá de cierto punto... El escape de clavijas había sido inventado por el bisontino (de Besanzón) Louis Perron en 1834, pero es conocido con el nombre de escape Roskopf pues prácticamente todos los relojes que lo llevan son de tipo Roskopf.
La historia detallada del reloj fue escrita en 1914 por Eugène Buffat, que termina así su obra de 110 páginas: «Nos parece que La Chaux-de-Fonds, que fue la cuna de esta fabricación, se honraría enormemente testimoniando su reconocimiento hacia el creador de esta fuente de recursos, mediante la consagración de un monumento que sólo costaría a sus ediles un pequeño esfuerzo de buena voluntad. Se trataría, según nuestro parecer, de dar el nombre de Roskopf a una de las calles que jalonan la “ruche montagnarde”.
¿Quien pondrá el cascabel?>> ¿Se sabrá, pues, coger la pelota al bote y no habrá que esperar al próximo siglo para honrar la memoria de este gran relojero?
*Se trata de una placa conmemorativa que en su día se había puesto en la fachada de la casa en la que vivió Roskopf, y que se creía había desaparecido al derribarse la casa par construir la torre que se levantó en ese lugar: Tour de Pod 2000. |
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