Claudio
Baneado
¿Alguna vez, alguno de ustedes, se ha planteado la cuestión de "cuánto tiempo perdurará esto"? Es decir, ¿hasta cuándo se podrá recuperar la información que aquí estoy almacenando? Supongo que serán no pocos los que esta cuestión se hayan planteado, aunque solo fuera por unos fugaces momentos y por cuestiones, las más de las veces, sentimentales. A veces pienso, y a personas cercanas se lo he expresado, que quizá estemos cometiendo un gran error fiando la conservación de enormes cantidades de información a soportes cada vez más pequeños y sofisticados, y de dudosa estabilidad "química", sin saber, "a ciencia cierta", cómo soportarán el paso del tiempo. Todas estas divagaciones me vienen a la mente cada vez que veo cosas como la que voy a poner a continuación. Y esto se agudiza cuando se da la circunstancia de que recientemente he leído comentarios acerca de las tintas "indelebles", "perdurables" o "permanentes". Hoy en día, el cúmulo de datos de que disponemos, o podemos disponer, es enorme. Desde cualquier lugar del mundo podemos acceder a la información almacenada a miles de kilómetros. Pero hay que ser conscientes del hecho de que para que esto sea posible, no solo ha sido necesario desarrollar complejísimos sistemas electrónicos de comunicación, sino que también tuvo que conservase toda esa información adecuadamente. Está claro que si hoy podemos leer un periódico que leyeron nuestros bisabuelos, además tal y como lo leyeron en su época, es porque los periódicos que se imprimieron entonces han llegado hasta nuestros días en las debidas condiciones de legibilidad, como para que puedan ser "leídos" por nuestras supermáquinas.
¿Adónde quiero ir a parar con todo esto? Lo diré. Además, es muy fácil de explicar. Es un tema que se debate a menudo: lo de que si una tinta es "permanente" o no. Está claro que de una tinta que se compre ahora con la etiqueta de "permanente", no podremos reclamar si dicha cualidad no la posee, ya que no estaremos aquí para poderlo hacer. Pero sí sabemos la cualidad de una tinta que se hizo hace, pongamos por caso, un siglo.
Pondré un ejemplo. La imagen que sigue es de una página de un diario impreso hace casi 96 años. Dicha página se "escaneó" y se puso en la red. Es tanta la buena calidad de la tinta que en su momento se empleó para imprimirla, que ahora (sí, es cierto, gracias a la tecnología moderna) aún se pueden apreciar los detalles de la información que se quería transmitir. Sin una buena tinta y sin un buen papel, ahora no podríamos ver esta imagen tal como la vemos.
¿Adónde quiero ir a parar con todo esto? Lo diré. Además, es muy fácil de explicar. Es un tema que se debate a menudo: lo de que si una tinta es "permanente" o no. Está claro que de una tinta que se compre ahora con la etiqueta de "permanente", no podremos reclamar si dicha cualidad no la posee, ya que no estaremos aquí para poderlo hacer. Pero sí sabemos la cualidad de una tinta que se hizo hace, pongamos por caso, un siglo.
Pondré un ejemplo. La imagen que sigue es de una página de un diario impreso hace casi 96 años. Dicha página se "escaneó" y se puso en la red. Es tanta la buena calidad de la tinta que en su momento se empleó para imprimirla, que ahora (sí, es cierto, gracias a la tecnología moderna) aún se pueden apreciar los detalles de la información que se quería transmitir. Sin una buena tinta y sin un buen papel, ahora no podríamos ver esta imagen tal como la vemos.