Nico52
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Solo con el pretexto de presentaros unos relojitos antiguos, voy a contaros una historia de espías, real y un poco macabra, que transcurre durante la II Guerra Mundial y por tanto, es casi contemporánea de los relojes que os presento. Esta historia la he escuchado contar mil veces desde que era niño.
Iré intercalando fotos en la narración.
Cosas de nuestra España de los 40.
Cuando en el amanecer del viernes 30 de abril de 1943 el pescador José Antonio Rey observo un cuerpo flotando en las aguas de la playa de El Portil poco podía imaginarse la estudiada operación de espionaje que traía detrás.
El hallazgo se comunicó a la Guardia Civil de Punta Umbría y esta a su vez a la Comandancia de Marina de Huelva. Una vez realizado el levantamiento del cadáver por el juez instructor de Marina, se trasladó el cadáver a Punta Umbría a lomo de burro y se entregó al comandante militar del destacamento de Infantería allí existente. Al día siguiente fue trasladado a Huelva en la canoa El Rápido, de la empresa Pascasio.
A su llegada al muelle de Levante de Huelva, y para realizarle la autopsia, el cadáver fue trasladado al Cementerio de la Soledad en un coche fúnebre, de la empresa La Magdalena, conocido popularmente como La Sopera y destinado a los entierros de personas sin recursos.
Operación Mincemeat (Carne picada)
En el año 1943 Ewen Montagu, del servicio de inteligencia británico MI-5, estaba organizando un plan con el fin de engañar a los alemanes sobre el sitio del desembarco de los aliados en Italia para recuperar Europa.
El acuerdo al que llegaron fue utilizar una estratagema empleada ya en otras ocasiones: Dejar en un sitio adecuado el cadáver de un militar de cierta graduación, con importante información, que indujera al engaño. En esta ocasión se decidió que la muerte debía ser por ahogamiento, ya veremos porque.
Si preparar la documentación adecuada podía ser meticuloso pero fácil de realizar, el encontrar un cadáver que se ajustara a las condiciones de muerte por ahogamiento sin levantar sospechas en una posterior autopsia a realizarle una vez encontrado, no parecía tarea tan fácil. Además, debía reunir unas características adecuadas de edad, complexión, estado de conservación del cadáver, etc.
Por este motivo se buscó el cadáver de una persona que hubiera muerto de neumonía ya que sus pulmones estarían encharcados de líquido, al igual que un muerto por ahogamiento. La diferencia del líquido de los pulmones y el agua del mar solo la podía detectar un experto patólogo.
El hombre que nunca existió
Después de muchas búsquedas encontraron el cadáver de un hombre que había muerto de neumonía en un hospital de Londres y rápidamente se trasladó a una cámara frigorífica para su buena conservación hasta que llegara el momento de ser utilizado.
Una vez encontrado el cadáver, había que darle una identidad. Se eligió el nombre de William Martin por ser un apellido muy común en la Marina Real. Se le dio la graduación de Capitán, en funciones de Mayor y especialista en desembarcos. Se le hizo nacer en la ciudad de Cardiff y para reforzar más su identidad, se introdujo en su bolsillo varias cartas: del banco, de su padre, de su novia, que se llamaba Pam, monedas, llaves, etc.
Pero sobre todo, lo importante era la cartera que acompañaba a William Martin y que recogió el juez en el levantamiento del cadáver en la playa de El Portil. En esta carpeta estaba la documentación oficial y secreta de los aliados destinada a engañar a los alemanes sobre el lugar elegido para el desembarco en Italia.
Podría ser que una vez encontrada la documentación se entregara al vicecónsul británico en Huelva, pero dadas las excelentes relaciones entre el régimen español y el eje, esto no parecía probable, como así sucedió. Aunque hubo un primer intento de entrega de la carpeta a las autoridades británicas, estas, hábilmente consiguieron rechazarla y la noticia fue filtrada al agente alemán del Abwehr en Huelva.
Sí, pero…..¿Dónde?
El lugar elegido fue Huelva debido principalmente a la buena actividad de los distintos servicios de inteligencia en la localidad. Desde finales del siglo XIX existía una importante colonia inglesa y alemana en la capital, lo que facilito las labores de inteligencia durante la guerra.
Por parte alemana destacaba Adolf Clauss, nacido en Huelva, perteneciente a Falange y a la Legión Cóndor y jefe del Abwehr en Huelva. Adolf era también el encargado de organizar los comandos para sabotear los buques ingleses atracados en el puesto de Huelva. A su vez, su padre, el cónsul Luis Clauss, mantenía una estrecha amistad con el comandante de marina de Huelva, lo que facilitaba mucho todas las cosas, tanto, que parece ser que mientras se realizaba la autopsia, el agente alemán fotografiaba los documentos con su pequeña cámara Minox de alta precisión.
Por su parte los británicos tenían centrados sus servicios de contraespionaje en el viceconsulado británico en Huelva a través de las empresas de Francis Haselden. Dadas las circunstancias, y como medida de precaución ante un peligro real, todos los barcos ingleses que llegaban al puerto traían una pareja de submarinistas cuya misión era detectar posibles sabotajes.
Aunque no directamente implicado en esta operación, también se encontraba en Huelva el servicio de inteligencia italiano con su principal agente Alberto Tonelli y con los buceadores del Grupo Gamma con base en el buque italiano Gaeta fondeado en el puerto. Desde este buque se transmitía por morse los movimientos de los buques ingleses para que fueran interceptados a la salida de puerto.
Así que una vez decidido el lugar y estudiadas las corrientes, los vientos dominantes en la zona y las condiciones meteorológicas, se decidió el 19 de abril de 1943 embarcar el cadáver de W. Martin en el submarino Serap para trasladarlo desde la base naval escocesa de Holy Loch a las costas de Huelva.
Y colorín colorado……esta historia se ha acabado!!!
O no.
La documentación llego al mando alemán y le dieron total credibilidad, por lo que Hitler, en contra de la opinión de Mussolini, organizo la defensa en Grecia y en Cerdeña. Esto permitió que cuando el 10 de julio de 1943 los aliados desembarcaron en Sicilia encontraran la isla falta de defensas.
Al final de la guerra, se encontraron las fotografías de los documentos de Huelva en unos archivos navales alemanes en la ciudad de Tambach.
Mucho se ha comentado sobre que actualmente la tumba puede estar vacía ya que, poco después del entierro, el cadáver fue traslado en secreto a Alemania en un submarino para realizarle una nueva autopsia por un patólogo alemán. Y aquí surge otra teoría sobre la personalidad de W. Martin: la autopsia no desvelo ningún dato que reflejara una neumonía, ¿por que?. Pues porque el cadáver que se había utilizado era el de un ahogado en el hundimiento del buque ingles Dasher.
Realmente no se sabe quién fue en vida W. Martin ya que los ingleses mantienen clasificada parte de la documentación y la tumba de Huelva no se ha conseguido abrir. Curiosamente, al menos hasta fechas recientes, siempre se encontraban flores sobre la tumba de W. Martin en el cementerio de La Soledad de Huelva.
Espero haberos entretenido un rato.
Bibliografía
Para quien desee profundizar en el tema le recomiendo estos dos libros, de donde he tomado los datos que menciono en esta historia, y una película.
- Espías y neutrales. Huelva en la II Guerra Mundial, de Jesús Ramírez Copeiro, editada por el mismo
- Las caras ocultas de Huelva en la II Guerra Mundial, de Diego Lopa Garrocho, ediciones Consulcom
- El hombre que nunca existió. Película realizada por una productora inglesa en 1956, rodada en escenarios reales y con guion basado en el libro de Ewen Montagu, el agente del MI-5 que organizo la Operación Carne Picada. Fue estrenada en el Carlton Theatre de Londres.
Iré intercalando fotos en la narración.
Cosas de nuestra España de los 40.
Cuando en el amanecer del viernes 30 de abril de 1943 el pescador José Antonio Rey observo un cuerpo flotando en las aguas de la playa de El Portil poco podía imaginarse la estudiada operación de espionaje que traía detrás.
El hallazgo se comunicó a la Guardia Civil de Punta Umbría y esta a su vez a la Comandancia de Marina de Huelva. Una vez realizado el levantamiento del cadáver por el juez instructor de Marina, se trasladó el cadáver a Punta Umbría a lomo de burro y se entregó al comandante militar del destacamento de Infantería allí existente. Al día siguiente fue trasladado a Huelva en la canoa El Rápido, de la empresa Pascasio.
A su llegada al muelle de Levante de Huelva, y para realizarle la autopsia, el cadáver fue trasladado al Cementerio de la Soledad en un coche fúnebre, de la empresa La Magdalena, conocido popularmente como La Sopera y destinado a los entierros de personas sin recursos.
Operación Mincemeat (Carne picada)
En el año 1943 Ewen Montagu, del servicio de inteligencia británico MI-5, estaba organizando un plan con el fin de engañar a los alemanes sobre el sitio del desembarco de los aliados en Italia para recuperar Europa.
El acuerdo al que llegaron fue utilizar una estratagema empleada ya en otras ocasiones: Dejar en un sitio adecuado el cadáver de un militar de cierta graduación, con importante información, que indujera al engaño. En esta ocasión se decidió que la muerte debía ser por ahogamiento, ya veremos porque.
Si preparar la documentación adecuada podía ser meticuloso pero fácil de realizar, el encontrar un cadáver que se ajustara a las condiciones de muerte por ahogamiento sin levantar sospechas en una posterior autopsia a realizarle una vez encontrado, no parecía tarea tan fácil. Además, debía reunir unas características adecuadas de edad, complexión, estado de conservación del cadáver, etc.
Por este motivo se buscó el cadáver de una persona que hubiera muerto de neumonía ya que sus pulmones estarían encharcados de líquido, al igual que un muerto por ahogamiento. La diferencia del líquido de los pulmones y el agua del mar solo la podía detectar un experto patólogo.
El hombre que nunca existió
Después de muchas búsquedas encontraron el cadáver de un hombre que había muerto de neumonía en un hospital de Londres y rápidamente se trasladó a una cámara frigorífica para su buena conservación hasta que llegara el momento de ser utilizado.
Una vez encontrado el cadáver, había que darle una identidad. Se eligió el nombre de William Martin por ser un apellido muy común en la Marina Real. Se le dio la graduación de Capitán, en funciones de Mayor y especialista en desembarcos. Se le hizo nacer en la ciudad de Cardiff y para reforzar más su identidad, se introdujo en su bolsillo varias cartas: del banco, de su padre, de su novia, que se llamaba Pam, monedas, llaves, etc.
Pero sobre todo, lo importante era la cartera que acompañaba a William Martin y que recogió el juez en el levantamiento del cadáver en la playa de El Portil. En esta carpeta estaba la documentación oficial y secreta de los aliados destinada a engañar a los alemanes sobre el lugar elegido para el desembarco en Italia.
Podría ser que una vez encontrada la documentación se entregara al vicecónsul británico en Huelva, pero dadas las excelentes relaciones entre el régimen español y el eje, esto no parecía probable, como así sucedió. Aunque hubo un primer intento de entrega de la carpeta a las autoridades británicas, estas, hábilmente consiguieron rechazarla y la noticia fue filtrada al agente alemán del Abwehr en Huelva.
Sí, pero…..¿Dónde?
El lugar elegido fue Huelva debido principalmente a la buena actividad de los distintos servicios de inteligencia en la localidad. Desde finales del siglo XIX existía una importante colonia inglesa y alemana en la capital, lo que facilito las labores de inteligencia durante la guerra.
Por parte alemana destacaba Adolf Clauss, nacido en Huelva, perteneciente a Falange y a la Legión Cóndor y jefe del Abwehr en Huelva. Adolf era también el encargado de organizar los comandos para sabotear los buques ingleses atracados en el puesto de Huelva. A su vez, su padre, el cónsul Luis Clauss, mantenía una estrecha amistad con el comandante de marina de Huelva, lo que facilitaba mucho todas las cosas, tanto, que parece ser que mientras se realizaba la autopsia, el agente alemán fotografiaba los documentos con su pequeña cámara Minox de alta precisión.
Por su parte los británicos tenían centrados sus servicios de contraespionaje en el viceconsulado británico en Huelva a través de las empresas de Francis Haselden. Dadas las circunstancias, y como medida de precaución ante un peligro real, todos los barcos ingleses que llegaban al puerto traían una pareja de submarinistas cuya misión era detectar posibles sabotajes.
Aunque no directamente implicado en esta operación, también se encontraba en Huelva el servicio de inteligencia italiano con su principal agente Alberto Tonelli y con los buceadores del Grupo Gamma con base en el buque italiano Gaeta fondeado en el puerto. Desde este buque se transmitía por morse los movimientos de los buques ingleses para que fueran interceptados a la salida de puerto.
Así que una vez decidido el lugar y estudiadas las corrientes, los vientos dominantes en la zona y las condiciones meteorológicas, se decidió el 19 de abril de 1943 embarcar el cadáver de W. Martin en el submarino Serap para trasladarlo desde la base naval escocesa de Holy Loch a las costas de Huelva.
Y colorín colorado……esta historia se ha acabado!!!
O no.
La documentación llego al mando alemán y le dieron total credibilidad, por lo que Hitler, en contra de la opinión de Mussolini, organizo la defensa en Grecia y en Cerdeña. Esto permitió que cuando el 10 de julio de 1943 los aliados desembarcaron en Sicilia encontraran la isla falta de defensas.
Al final de la guerra, se encontraron las fotografías de los documentos de Huelva en unos archivos navales alemanes en la ciudad de Tambach.
Mucho se ha comentado sobre que actualmente la tumba puede estar vacía ya que, poco después del entierro, el cadáver fue traslado en secreto a Alemania en un submarino para realizarle una nueva autopsia por un patólogo alemán. Y aquí surge otra teoría sobre la personalidad de W. Martin: la autopsia no desvelo ningún dato que reflejara una neumonía, ¿por que?. Pues porque el cadáver que se había utilizado era el de un ahogado en el hundimiento del buque ingles Dasher.
Realmente no se sabe quién fue en vida W. Martin ya que los ingleses mantienen clasificada parte de la documentación y la tumba de Huelva no se ha conseguido abrir. Curiosamente, al menos hasta fechas recientes, siempre se encontraban flores sobre la tumba de W. Martin en el cementerio de La Soledad de Huelva.
Espero haberos entretenido un rato.
Bibliografía
Para quien desee profundizar en el tema le recomiendo estos dos libros, de donde he tomado los datos que menciono en esta historia, y una película.
- Espías y neutrales. Huelva en la II Guerra Mundial, de Jesús Ramírez Copeiro, editada por el mismo
- Las caras ocultas de Huelva en la II Guerra Mundial, de Diego Lopa Garrocho, ediciones Consulcom
- El hombre que nunca existió. Película realizada por una productora inglesa en 1956, rodada en escenarios reales y con guion basado en el libro de Ewen Montagu, el agente del MI-5 que organizo la Operación Carne Picada. Fue estrenada en el Carlton Theatre de Londres.