Creo que lo que más afecta a las esferas para que salgan esas motitas, se decoloren, etc, es la humedad y el sol, y ambas con el paso del tiempo hacen su trabajo de deterioro, en distinta proporción si se vive en un sitio más húmedo (Londres) o más soleado (Córdoba); si el sitio es una combinación de las dos cosas, o sea, mucha humedad y mucho sol, peor aún, como en Huelva o Valencia...Y otro factor importante que también se ha mencionado, el uso que se haga del reloj; si te lo pones mucho, lo sudas sin limpiarlo nunca, lo mojas o lo tienes mucho en ambientes húmedos sin precauciones, etc...se irá deteriorando más que si lo cuidas mucho y te lo pones de vez en cuando. Como la mayoría de los relojes vintage que vemos eran de uso diario durante décadas, en cualquier momento y condición, han llegado a nuestros días con todas esas huellas. El Certina que heredé de mi abuelo fue su único reloj, de uso diario, en inviernos de 0 grados y lluviosos y veranos de 40 grados muy secos, en la ciudad y en el campo, durante más de 30 años; ahí ya sufrió mucho más que cualquiera de los que tenemos en nuestras colecciones, que van alternando unos con otros. Pero para rematar al pobre Certina, los últimos 10 años estuvo en un cajón de un mueble antiguo, en un rincón de una habitación llena de humedad de una casa antigua; el mueble tenía directamente gotas de agua en las tablas que estaban pegadas a la pared, de la humedad que había. Tras más de 30 años de uso intensivo, se tragó 10 años de humedad, y tenía la esfera cubierta de unas ramificaciones de humedad verdosas...hubo que restaurarla. Eso sí, el 28-10 seguía brillante e intacto como una roca, nada más girar la corona echó a andar, una joya de calibre :ilove:.
Muchos Dogma de los años 50 y 60 vinieron de españoles que hacían la mili en África en aquella época, y se los traían a la península. Esos se tragaron miles de horas de sol bestial a más de 40 grados, sudores infinitos y corrosivos, y arena para atascar el canal de Panamá, y todo entrando hasta la esfera y el calibre a través de unas cajas de todo menos estancas...Normalmente, ninguno de nuestros relojes va a tener que aguantar tanta paliza. Alternan unos con otros y se suelen usar con más cuidado. Por eso muchos llegarán en mejores condiciones a los 50 o 60 años. A igual uso llegarían igual que aquellos, quizá peor, porque es verdad que en ciertos materiales y en ciertos aspectos de la atención y el cuidado puestos en la elaboración de las cosas hoy día, se ha perdido mucho.
Todo esto es por supuesto comparando relojes de tipo similar: un reloj muy estanco de ahora, tipo diver, con los relojes más estancos de hace 50 años; o uno de caja más ligera con otro similar de la época. Aunque, en general, los relojes de ahora suelen ser más estancos que los de los años 60 para atrás. Cuando veo el agujero por el que pasa la tija de mis Dogma, Certina o Edox antiguos, me imagino todo el polvo y la humedad que han entrado por ahí en 60 años...por eso, los calibres aquellos sí que son maravillosos, trabajando décadas sin parar y con cajas tan poco protectoras, y ahí están.
Muy interesante es ver el paso del tiempo en el lumen de los relojes. Si son relojes sin restaurar, y no se ha tocado el lumen de agujas ni esfera, con veintitantos años ilumina menos, pero estéticamente sigue aparentemente igual (años 90); con unos 30 años se van viendo unos puntitos entre marrones y negros en el lumen de las agujas (le pasa a mi Orient Crystal de principios de los 80 y alguno más que tengo de esa época), aunque los hay que siguen estando limpios, pero ya iluminan muy poco tiempo; con 40 o 45 años, ya no son puntitos, sino que se ve el lumen entero de un color más manchado y sólo ilumina una pizca si le pegas un focazo durante media hora muy de cerca (mi Lanco Naval de finales de los 60); si el reloj es de los años 50, en el caso de que tenga lumen, es ya como una pasta marrón cremosa, como arcilla; una cosa que por cierto miran mucho los coleccionistas de relojes antiguos, y les gusta mucho, un lumen original con 60 o 70 años con marrón "cremoso" le da solera al reloj, hasta el punto de que muchas veces se restaura la esfera, pero se dejan las agujas para conservar ese lumen con pátina. Esto del deterioro y el paso del tiempo, en algunas cosas y en su justa medida, tiene su atractivo.