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Consigliere
Iphigenia en Tracia
La zarzuela barroca Iphigenia en Tracia de José de Nebra, cuyo libreto está firmado por Nicolás González Martínez, fue estrenada en el Teatro de la Cruz de Madrid el 15 de enero de 1747.
En esta nueva versión la soprano María Bayo encabeza un reparto íntegramente femenino que actúa bajo la dirección musical de Francesc Prat, quien está al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro). La escenografía está firmada por Frederic Amat.
Bayo regresa al Teatro de la Zarzuela después de más de una década sin subir a escena en las tablas de este coliseo. Interpreta el papel de Iphigenia, sacerdotisa que por mandato divino a punto está de asesinar a su hermano Orestes sin saber el parentesco que a ambos une.
Esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela no busca únicamente mostrar una historia mítica, sino que plantea una novedosa forma escénica para revelar emociones y sentimientos a través de la belleza de la música de Nebra.
Por su parte, la propuesta escenográfica de Frederic Amat hace que la historia de la joven Iphigenia adquiera una clara dimensión actual que evoca, antes de nada, un mundo poético: primero con una coreografía escultórica en movimiento y luego con gigantescos lienzos que se pintan ante nuestros propios ojos.

Se trata de «una aproximación poética hacia el evocador universo de los mitos griegos, de la interpretación de los sueños y de la compleja naturaleza del amor», en palabras del director del espectáculo Pablo Viar. Y con este reparto femenino se recrean algunos episodios del ciclo de los famosos Átridas, de un mito inmortal que forma parte de la longeva historia del Mediterráneo.
Su marcado espíritu español, con multitud de posibilidades dramáticas, permite su agrupación y enriquecimiento con el fin de aproximarse al público, que este disfrute de la belleza barroca. La propuesta escénica busca la modernidad, la claridad, la belleza, la fineza en los acabados de cada personaje para así definir los principios fundamentales de la obra.
Para esta ocasión, he elegido estos dos Longines aunque no sean demasiado barrocos:

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