Miguelanxo
Well-known member
Cyma fue una marca que mantuvo una línea estética en sus relojes de pulsera muy contenida y clásica, con muy pocas variantes, siempre sobrias, elegantes y bien equilibradas. Una de las señas de identidad de la casa, muy pocas veces traicionada, fue, por ejemplo, la subesfera segundera a las 6 con una simple cruz de brazos muy finos. Montaba sus propios calibres y patentó el buen sistema antichoque Cymaflex. Su calibre 586K se convirtió en un clásico.
Tengo otros dos Cymas que responden exactamente a las características que vengo de mencionar. Y cuando vi este me llamó la atención el diseño de la esfera: los dos texturados, los rombos de dos facetas y los puntos intermedios de minutos. Dentro llevaba un 586K en buen estado. El bisel tiene un pequeño desconchado que está pendiente de arreglar, pero el salseado de la esfera la hacía sumamente confusa y no era la pátina armónica que, en otros casos, le pueden dar carácter y madurez al reloj.
Después de limpiar los índices decidí que la mejor manera de adecentar la esfera era a pincel. Y ya puestos, me planteé un hacer un leve bitono, con el centro, de textura de barras verticales, con un leve plateado nacarado y el círculo exterior, con textura de ondas, con un leve dorado. Lo explico siempre, el sistema es el mismo que en la restauración de una obra de arte: aplicar sucesivas capas finísimas de pigmento. No hay atajos. Como se puede apreciar, decidí mantener un cierto grado de transparencia para que el salseado original le diese a la esfera una cierta solera y no pareciese recién salida de fábrica (como sucedió en la reconstrucción del Cauny, que no tuvo otra opción que ser destructiva). Podría haber dado las últimas capas menos transparentes y haber cubierto por completo las manchas, pero intento siempre devolverle la buena apariencia al reloj sin robarle la dignidad de la edad.
Limpié las agujas, que quedaron casi como nuevas...
Así quedó montado.
Y así, ya vestido.
Como siempre, espero no haber aburrido.
¡Saludos!
Tengo otros dos Cymas que responden exactamente a las características que vengo de mencionar. Y cuando vi este me llamó la atención el diseño de la esfera: los dos texturados, los rombos de dos facetas y los puntos intermedios de minutos. Dentro llevaba un 586K en buen estado. El bisel tiene un pequeño desconchado que está pendiente de arreglar, pero el salseado de la esfera la hacía sumamente confusa y no era la pátina armónica que, en otros casos, le pueden dar carácter y madurez al reloj.
Después de limpiar los índices decidí que la mejor manera de adecentar la esfera era a pincel. Y ya puestos, me planteé un hacer un leve bitono, con el centro, de textura de barras verticales, con un leve plateado nacarado y el círculo exterior, con textura de ondas, con un leve dorado. Lo explico siempre, el sistema es el mismo que en la restauración de una obra de arte: aplicar sucesivas capas finísimas de pigmento. No hay atajos. Como se puede apreciar, decidí mantener un cierto grado de transparencia para que el salseado original le diese a la esfera una cierta solera y no pareciese recién salida de fábrica (como sucedió en la reconstrucción del Cauny, que no tuvo otra opción que ser destructiva). Podría haber dado las últimas capas menos transparentes y haber cubierto por completo las manchas, pero intento siempre devolverle la buena apariencia al reloj sin robarle la dignidad de la edad.
Limpié las agujas, que quedaron casi como nuevas...
Así quedó montado.
Y así, ya vestido.
Como siempre, espero no haber aburrido.
¡Saludos!